jueves, 31 de mayo de 2012

Paul Cézanne


Paul Cézanne (19 de enero de 183922 de octubre de 1906) fue un pintor francés postimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna, cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y radicalmente diferente. Sin embargo, mientras vivió, Cézanne fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Fue un «pintor de pintores», que la crítica y el público ignoraban, siendo apreciado sólo por algunos impresionistas y, al final de su vida, por la nueva generación (los nabis o la escuela de Pont-Aven).
Se inscribió en la Academia Suiza (Académie Suisse), una academia privada en la que trabajaba con modelos del natural, y en la que no había exámenes ni lecciones, todo ello para preparar el examen de ingreso en la École des Beaux-Arts. En el Museo del Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velázquez, lo que marcó profundamente su evolución artística. Cuando rechazaron su candidatura a la École des Beaux-Arts, regresó a Aix y aceptó un empleo en el banco de su padre. Sin embargo, en 1862 decidió volver a París para consagrarse definitivamente a la pintura, pasándole su padre una pensión de 125 francos. Reanudó su amistad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde conoció a Guillaumin y a Camille Pissarro, pintor mayor que él aunque poco reconocido, que vivía con su numerosa familia en una zona rural a las afueras de París. Cézanne se sintió de inmediato atraído por los elementos más radicales del mundo artístico parisino. Admiraba sobre todo al pintor romántico Eugène Delacroix y, entre los artistas más jóvenes, a Gustave Courbet y a Édouard Manet, que exponían obras de estilo y temas chocantes para sus contemporáneos. La polémica entre el arte oficial y los nuevos pintores llevó a la creación, en 1863, del Salon des Refusés donde se mostraban obras no aceptadas por el jurado oficial del Salón de París. El Salón oficial, por su parte, rechazó todas las obras que presentó desde 1864 hasta 1869. En 1864 pasó el verano en Aix-en-Provence; es el mismo año en que se celebra una muestra de la obra de Delacroix, lo que permite a Cézanne conocer su pintura en profundidad. 1869 es el año en el que conoce a la modelo Marie-Hortense Fiquet. En 1870 el Salón rechazó su Retrato de Achille Emperaire, por entender que era inaceptable al no respetar la perspectiva ni la corrección anatómica, juzgándolo «en el límite de lo grotesco».
Cuando estalló la Guerra Franco-prusiana en julio de 1870, Cézanne y Hortense dejaron París para ir a L'Estaque, cerca de Marsella, evitando así el alistamiento. Fue declarado prófugo en enero de 1871, pero la guerra acabó en febrero y la pareja volvió a París en verano. En enero del año siguiente, 1872, tuvieron a su hijo Paul en París. Se trasladaron entonces a Auvers-sur-Oise, donde vivió en casa del Dr. Gachet. La madre de Cézanne supo de los acontecimientos familiares, pero no su padre, a quien no se le mencionó la existencia de Hortense por miedo de incurrir en su ira. En Auvers profundiza su amistad con Pissarro, que vivía en Pontoise. Inicialmente, era la relación de un maestro con su alumno, con Pissarro ejerciendo una influencia formativa sobre el artista más joven. Durante mucho tiempo después, Cézanne se describió a sí mismo como el alumno de Pissarro, refiriéndose a él como «Dios Padre» y diciendo «Todos nosotros provenimos de Pissarro». Bajo la tutela de Pissarro, en el corto periodo comprendido entre 1872 y 1873, Cézanne pasó de los tonos oscuros a los colores brillantes y comenzó a concentrarse en escenas de la vida rural. A lo largo de la siguiente década, sus excursiones para pintar paisajes juntos, del natural, en Louveciennes y Pontoise, llevaron a una relación de trabajo en colaboración entre iguales.
Dejando a Hortense en la región de Marsella, Cézanne se movía entre París y Provenza. Gracias a Pissarro, conoció al "tío" Tanguy en París en el año 1873. Se trataba de un comerciante de colores que aceptaba cuadros como pago de los materiales que vendía a los pintores. Aunque parecía tener menos dominio de la técnica que los otros impresionistas, Cézanne fue aceptado dentro del grupo. Expuso en la primera muestra impresionista celebrada en el estudio del fotógrafo Nadar en 1874: se expusieron Una moderna Olimpia, Paisaje de Auvers-sur-Oise y La casa del ahorcado. Estas obras fueron objeto de burlas, pero la tercera llegó a venderse (ahora en el Museo de Orsay de París).
En 1875, llamó la atención del coleccionista Victor Chocquet, cuyos encargos le proporcionaron algo de alivio financiero. Pasó el verano de 1876 en L'Estaque, lo que le dio la oportunidad de pintar dos marinas. No intervino en la segunda muestra impresionista, pero sí en la tercera (1877) celebrada en la calle Pelletier, con dieciséis obras, entre acuarelas, bodegones, paisajes, un cuadro de bañistas y un retrato del coleccionista Chocquet. El éxito comercial de los impresionistas era ya limitado de por sí y, dentro de este grupo, las obras de Cézanne tuvieron la acogida más desfavorable. Sus pinturas provocaban hilaridad, indignación y sarcasmo. El crítico Louis Leroy dijo del retrato de Chocquet: «Esta cabeza que parece tan peculiar, con el color de una bota vieja, impresionaría a [una mujer embarazada] y provocaría la fiebre amarilla en el fruto de su vientre antes de su entrada en el mundo». Cézanne no volvió a exponer con el grupo.
Cézanne pasó el año 1878 en el Mediodía francés, con Hortense y su hijo. En marzo, su padre descubrió el asunto de Hortense y amenazó con romper con él financieramente pero, en septiembre, decidió subirle la asignación a 400 francos. En 1879-80 pasó parte del invierno en Melun, aprovechando para pintar el paisaje cubierto de nieve. Entre las obras maestras de este periodo está la vista del Puente de Maincy. En agosto de 1880 marchó a casa de Zola en Médan, a orillas del Sena donde conoció a Huysmans; aprovechó para pintar al aire libre. Su padre, debido a la vida que llevaba, dejó de enviarle ayuda. En mayo de 1881, conoció a Gauguin en la casa de Pissarro en Pontoise; en octubre regresó a Aix, donde su padre Louis-Auguste le hizo un estudio en Jas de Bouffan. Estaba en la planta superior y se le proporcionó una gran ventana, que permitía la entrada de la luz del norte pero interrumpiendo la línea de los aleros, lo cual aún se aprecia. La familia Cézanne fijó definitivamente su residencia en L'Estaque, y a partir de entonces sólo en raras ocasiones abandonó Provenza. El traslado refleja una nueva independencia respecto a los impresionistas, centrados en París, y la preferencia del pintor por el sur, su tierra natal.
En L'Estaque recibió la visita de Renoir (1882), quien quedó impresionado con la belleza del paisaje. Ese año fue la única vez que pudo exponer en el Salón de París, gracias a la intervención de su amigo y artista Antoine Guillemet, Retrato de Louis-Auguste Cézanne, padre del artista, leyendo 'l'Evénement, 1866 (National Gallery, Washington). Escaso es el reconocimiento que obtiene por la crítica oficial. Por entonces, dejó de trabajar en estrecha relación con Pissarro. Había conocido al pintor Monticelli en Marsella en los años 1860, y entre 1878 y 1884 los dos artistas a menudo pintaron paisajes juntos, recorriendo en una ocasión durante un mes el campo de Aix. En 1883 murió Manet, noticia que afectó a Cézanne. En diciembre se reunieron con él en L'Estaque Monet y Renoir.
El año 1886 fue crucial: se casó con Hortense y, en octubre, murió su padre. Le dejó en herencia la finca que había adquirido en 1859. Cézanne tenía 47 años de edad y por fin consiguió la independencia económica, gracias a la gran herencia que recibió, aunque siguió manteniendo el aislamiento social. Es el año de su ruptura con Émile Zola, después de que este le usara, en gran medida, como modelo para el artista fracasado y trágico Claude Lantier, en La obra. Cézanne sintió que la novela era indecorosa y una traición por parte de su amigo de la infancia, por lo que rompieron su amistad y no volvieron a verse.
Para el año 1888 la familia estaba en la anterior mansión, Jas de Bouffan, un sólido edificio y terrenos con edificaciones anejas. Actualmente es propiedad de la ciudad, aunque con menos terreno, y está abierta al público de manera limitada. En 1889 muestra La casa del ahorcado en la Exposición Universal. Al año siguiente, expone en Bruselas con los XX, un grupo de pintores muy activos. No obstante, su periodo idílico en Jas de Bouffan fue sólo temporal. Desde 1890 hasta su muerte, se sucedieron acontecimientos perturbadores que le hicieron aislarse más, dedicándose en exclusiva a la pintura. Entre 1887 y 1893, sólo recibe la visita de unos pocos iniciados, como los marchantes de arte J. Tanguy y Ambroise Vollard.
Los problemas comenzaron con el comienzo de la diabetes en 1890, desestabilizando su personalidad hasta el punto de que las relaciones con otros quedaron de nuevo afectadas. Viajó a Suiza, con Hortense y su hijo, quizá esperando restaurar su relación. Cézanne, sin embargo, regresó a vivir a Provenza; Hortense y Paul el joven, a París. Las necesidades financieras obligaron a Hortense a volver a Provenza pero en viviendas separadas. Cézanne se trasladó con su madre y su hermana.
 En 1891 volvió al catolicismo, aunque las imágenes religiosas fueron escasas en su obra tardía. Cézanne sostenía que «Cuando juzgo el arte, cojo mi cuadro y lo pongo junto a un objeto obra de Dios como un árbol o una flor. Si desentona, no es arte»

En 1895 se celebró su primera exposición individual, organizada por Vollard, con 100 lienzos. Este marchante promocionó la obra de Cézanne con gran éxito durante los años siguientes, logrando que subiera su cotización, como se comprueba al ver los precios de las ventas Duret y Tanguy (1894) y la venta Chocquet de 1899.
En 1897 murió su madre, lo que le permitió reconciliarse con su mujer. Vendió Jas de Bouffan y alquiló un lugar en Rue Boulegon, donde construyó un estudio. También alquiló una habitación en el Château Noir, cerca de Aix, donde se prepara un pequeño estudio. Pasó una temporada en Le Tholonet, en la ladera de la montaña Sainte-Victoire, haciendo de ella objeto de su pintura, lo mismo que la cantera de Bibémus.
Sus pinturas se hicieron bien conocidas y buscadas y obtuvo el respeto de una nueva generación de pintores. A pesar del creciente reconocimiento público y éxito financiero, Cézanne prefirió trabajar en el aislamiento artístico, normalmente pintando en Provenza. En 1900 tres de sus lienzos se incluyen en la Exposición Universal y trece en una exposición organizada por Paul Cassirer en Berlín, ocasión en la que el poeta Rainer Maria Rilke vio su obra por vez primera. En 1901 expone en el Salón de los Independientes. Ese mismo año, Maurice Denis presenta su Homenaje a Cézanne, cuadro en el que puede verse a un grupo de artistas (Redon, Vuillard, Bonnard y Denis) alrededor de un bodegón pintado por Cézanne y que había sido propiedad de Gauguin.
 La relación entre Cézanne y su mujer siguió siendo tormentosa. Necesitaba un lugar en el que estar él solo. En 1901 compró algo de tierra a lo largo del Chemin des Lauves («Camino de Lauves»), una carretera aislada en la colina de Lauves, y encargó que le hicieran allí un estudio (el atelier, actualmente abierto al público), en donde aún puede verse el atrezzo de sus obras, tal como las dejó. Desde allí se ve la montaña Sainte-Victoire. Allí pintó hasta su muerte. Mientras tanto, en 1902, hizo un borrador de testamento excluyendo a su esposa de su herencia y dejándoselo todo a su hijo. Aparentemente la relación estaba de nuevo rota; se dice que ella quemó los recuerdos de su madre.

En 1903 culmina el reconocimiento de su obra, apareciendo en diversas exposiciones. Así, el Salón de Otoño expone 33 lienzos suyos. También se incluyen obras de Cézanne en la Secesión vienesa y en la de Berlín.
Émile Bernard, que ya en 1892 había dedicado un artículo a Cézanne, estuvo trabajando con él durante todo un mes en 1904. Ese mismo año, el Salón de Otoño le dedicó toda una sala, con 30 cuadros y dos dibujos. En 1905 Vollard presentó las acuarelas de Cézanne. Era ya un pintor de prestigio. Se sucedían exposiciones retrospectivas. Muchos pintores jóvenes viajaron hasta Aix-en-Provence para verle trabajar y pedirle consejo durante los últimos años de su vida. Sin embargo, tanto su estilo como sus teorías continúan siendo misteriosas y crípticas; para unos era un pintor primitivo ingenuo y para otros un complicado maestro en los procedimientos técnicos.

Un día, Cézanne se vio atrapado por una tormenta mientras trabajaba en el campo. Sólo después de haber trabajado durante dos horas bajo el aguacero decidió regresar a casa; pero en el camino se desmayó. Lo llevó a casa un conductor que pasaba. Su ama de llaves le frotó los brazos y las piernas para restaurar la circulación; como resultado, recuperó la consciencia.  Al día siguiente, pretendía seguir trabajando, pero más tarde se desmayó; el modelo pidió ayuda; le metieron en la cama, en Lauves, de donde no volvió a salir. Murió unos pocos días después, el 22 de octubre de 1906. Murió de neumonía y fue enterrado en el antiguo cementerio en su amada ciudad natal de Aix-en-Provence.

Después de su muerte, su estudio en Aix se convirtió en un monumento, Atelier Paul Cézanne, o les Lauves.
Cézanne intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico. Al igual que Zola con el realismo literario, Cézanne manifestó un interés progresivo en la representación de la vida contemporánea, pintando el mundo tal como se presentaba ante sus ojos, sin preocuparse de idealizaciones temáticas o afectación en el estilo. Luchó por desarrollar una observación auténtica del mundo visible a través del método más exacto de representarlo en pintura que podía encontrar. Con este fin, ordenaba estructuralmente todo lo que veía en formas simples y planos de color. Su afirmación «Quiero hacer del impresionismo algo sólido y perdurable como el arte de los museos», subraya su deseo de unir la observación de la naturaleza con la permanencia de la composición clásica. Ello queda en evidencia igualmente con su pretensión de «revivir a Poussin del natural» (Vivifier Poussin sur natureSon muy características y fácilmente reconocibles sus pinceladas, a menudo repetitivas, sensibles y exploratorias. Estas pequeñas pinceladas y planos de color se conjugaban para formar campos complejos, expresando al mismo tiempo las sensaciones del ojo que observa y una abstracción de la naturaleza observada.
Cézanne se esforzó por comprender y reflejar la complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la realidad, y para ello observa los objetos desde distintos puntos de vista, lo que le lleva a representarlos desde perspectivas diferentes simultáneamente. La obra de madurez de Cézanne muestra el desarrollo de un estilo de pintura solificado, casi arquitectónico. La intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indican que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.
Estaba interesado en la simplificación de las formas que ocurrían naturalmente a sus esencia geométrica:

Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo lo que se quiera. Cézanne, 1904.
Por ejemplo, un tronco de árbol puede concebirse como un cilindro, una cabeza humana como una esfera. Además, la atención concentrada con la que había registrado sus observaciones de la naturaleza dieron como resultado una profunda exploración de la visión binocular, que resulta de dos percepciones visuales simultáneas y ligeramente diferentes, y nos proporciona una percepción de la profundidad y un conocimiento complejo de las relaciones espaciales. Vemos dos puntos de vista simultáneamente; Cézanne empleó este aspecto de la percepción visual en su pintura en grados diferentes. La observación de este hecho, junto con el deseo de Cézanne de capturar la verdad de su propia percepción, a menudo le llevó a presentar los perfiles de formas para al mismo tiempo intentar mostrar los puntos de vista distintivamente diferentes de tanto el ojo izquierdo como el derecho.

El periodo oscuro, París, 1861-1870


Se trata de un periodo caracterizado por colores oscuros y un intenso uso del negro, con pigmentos espesos, muy empastado. Su obra difiere grandemente de sus anteriores acuarelas y esbozos de la École Spéciale de dessin de Aix-en-Provence en 1859, o de sus obras posteriores. A menudo se usan para estas obras los términos antisocial o violento, o también eróticas o macabras.15 Su temática es la figura en el paisaje y comprende muchas pinturas de grupos de figuras grandes y pesadas en el paisaje, pintadas imaginativamente.
Cuando Cézanne marchó a L'Estaque en 1870, cambió sus temas para dedicarse principalmente al paisaje. Al instalarse en 1872, en Auvers (Val-d'Oise), comenzó su estrecha relación de trabajo con Pissarro, quien vivía en la cercana Pontoise. Junto con Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir y unos pocos pintores más, Pissarro había desarrollado un estilo para trabajar al aire libre (en plein air) de forma rápida y a escala reducida, que consistía en utilizar pequeños toques de colores puros, sin recurrir a bocetos preliminares ni a dibujos. Pretendían atrapar de ese modo los efectos lumínicos fugaces así como su interpretación visual, también efímera, de la naturaleza. Bajo la influencia de Pissarro, Cézanne comenzó a abandonar las normas académicas y la paleta sombría y fuertemente empastada que le caracterizaba. Sus lienzos se hicieron mucho más brillantes, con colores claros, eligiendo los colores primarios y sus complementarios, además de forzarle a observar atentamente la realidad. Su tema favorito son paisajes. Trabajó a partir de la observación directa y gradualmente desarrolló un estilo de pintura aéreo y ligero.
Cuando Cézanne fijó su residencia definitivamente en Provenza, a principios de los años 1880, se independizó de los impresionistas, centrados en París, y demostró su preferencia por el sur, su país natal y su paisaje. El aislamiento y la concentración, así como la singularidad de su búsqueda, podrían señalarse como los responsables de la increíble evolución que sufrió su estilo durante las décadas de 1880 y 1890. El hermano de Hortense tenía una casa desde la que se veía la montaña Sainte-Victoire en Estaque. Una serie de pinturas de esta montaña de 1880-1883 y otras de Gardanne de 1885-1888, a veces son conocidas como el «Periodo constructivo». De 1888 a 1890 se interesó por la figura humana, pintando una serie de cuadros con personajes de la Comedia del arte, pasando, a partir de 1890, a otra serie sobre Jugadores de cartas, posiblemente inspirado por la obra sobre el mismo tema de Louis Le Nain.
En 1895 hizo una visita germinal a las canteras de Bibémus y ascendió la montaña Sainte-Victoire. El paisaje laberíntico de las canteras debieron impresionarle particularmente, pues alquiló una cabaña allí en 1897. Se cree que estas formas inspiraron el estilo cubista en embrión. Cézanne se concentró en unos pocos géneros, en los que era hábil por igual: bodegones, retratos (y autorretratos), paisajes y estudios de bañistas (desnudos en el paisaje). Respecto al último, Cézanne se vio obligado a dibujar a partir de su imaginación, debido a la falta de modelos desnudos disponibles. Como sus paisajes, sus retratos se pintaban a partir de lo que era familiar, de manera que no sólo su esposa e hijo, sino también campesinos locales, niños, y su marchante, sirvieron de modelos.
 Cézanne consideraba que nunca llegaba a alcanzar plenamente su objetivo, por lo que dejó la mayor parte de sus obras sin acabar y destruyó muchas otras. Se lamentaba de su fracaso a la hora de representar la figura humana y, efectivamente, las grandes obras con figuras humanas de sus últimos años revelan unas distorsiones curiosas que parecen dictadas por el rigor del sistema de modulación cromática que él mismo impuso sobre sus propias representaciones. Ejemplo de ello son toda la serie de pinturas dedicadas al tema de los y las bañistas.

Puede decirse que Cézanne crea el puente entre el impresionismo del siglo XIX y el nuevo estilo de principios del siglo XX, el cubismo.
Durante muchos años la obra de Cézanne sólo fue conocida por sus antiguos colegas impresionistas y por unos cuantos artistas jóvenes radicales de la línea del postimpresionismo, entre los que se incluían Vincent van Gogh y Paul Gauguin. Esta generación posterior aceptó prácticamente todas las rarezas de Cézanne.
La retrospectiva de Cézanne de 1907 en el Salón de Otoño impactó grandemente la dirección que tomó la vanguardia parisina, dando crédito a su posición como uno de los artistas más influyentes del siglo XIX y al advenimiento del Cubismo. Fueron las exploraciones de Cézanne de simplificación geométrica y fenómenos ópticos las que inspiraron a Picasso, Braque, Gris, y otros para experimentar con múltiples visiones aún más complejas del mismo tema, y, con el tiempo, a la fractura de la forma. Hay una frase, atribuida tanto Matisse como a Picasso, según la cual «Cézanne es el padre de todos nosotros». Matisse admiraba su utilización del color y Picasso desarrolló la estructura de la composición plana de Cézanne para crear el estilo cubista.

Uno de los cuadros de su serie Los jugadores de cartas se convirtió en 2012 en la obra de arte vendida públicamente por más dinero, al comprarla la familia real quatarí por más de 250 millones de dólares.


 

miércoles, 30 de mayo de 2012

Armand Guillaumin

 



 París, 1841-1927
Jean-Baptiste-Armand Guillaumin nació en París el 16 de febrero de 1841. A muy corta edad, su familia se trasladó a Moulins, donde Armand cursó sus primeros estudios. Por deseo paterno, fue enviado a París bajo la tutoría de unos tíos para estudiar comercio. En esos años tomó clases de dibujo, con el consentimiento familiar. Trabajó en la Compañía de Orleans, a la vez que empezó a pintar y a frecuentar la Académie Suisse, donde entabló amistad con Cézanne y Pissarro. En 1868, continuó compaginando su trabajo como funcionario en el Ministerio de Obras Públicas con la pintura. En 1874 participó en la primera exposición impresionista con tres paisajes, uno de ellos titulado Puesta de sol en Ivry. Presentó obras vinculadas a la estética impresionista en las muestras que tuvieron lugar entre 1877 y 1886. En 1887 descubrió La Creuse, donde terminó estableciéndose
En. 1891, un premio de 100000. francos en la lotería le permitió dedicarse por completo a la pintura. A partir de ese momento las estancias en enclaves como Saint-Palais-sur-Mer, Agay, Bretaña o Auvergne serán frecuentes. En 1904 visitó Holanda, viaje que dará tema a una serie de cuadros.
Armand Guillaumin ha sido considerado una figura secundaria dentro del Impresionismo. Sin embargo, sus lienzos están constituidos por colores fuertes y vivos, recogiendo escenas donde las chimeneas de las fábricas, los muelles o las vías del ferrocarril constituyen el eje de sus composiciones. Durante sus años en La Creuse, su pintura perdió parte de su fuerza, los colores se transformaron con un predominio de los tonos verdes y violetas. Murió el 26 de junio de 1927, en París


 Museo Thyssen-Bornemisza

martes, 29 de mayo de 2012

Berthe Morisot




Se le negó el ingreso en la Academia de Bellas Artes por el simple hecho de ser mujer. Tan solo le quedaba acudir al Louvre y hacer copias de obras de los grandes maestros. Así lo hizo junto a su hermana Edma. Pero Berthe Morisot (Bourges, 1841-París, 1895) estaba llamada a hacer grandes cosas en el mundo del arte. Y de ello tuvieron gran parte de «culpa» dos pintores. Por un lado, Corot, que en 1860 se convirtió en el nuevo maestro de las hermanas Morisot, y gracias al cual abandonaron el museo y salieron a pintar al aire libre.


Pero, para Berthe, más importante aún que Corot fue Manet, a quien conoce en 1868. Fue Manet quien sacó de ella la gran pintora que llevaba dentro. Pronto se convirtió en su modelo preferida. Posó para él en una decena de cuadros, algunos tan célebres como «El balcón», del Museo d'Orsay. En cierta manera estaba obsesionado con esta bella, culta e inteligente mujer, nacida en 1841 en una familia de la alta burguesía. La obsesión parece mutua, a tenor de las cartas de Berthe a su hermana: «Jamás olvidaré los antiguos días de amistad y de intimidad, cuando posaba para él y el encanto de su espíritu me mantenía muy despierta durante largas horas...» Siempre se rumoreó que hubo una relación sentimental entre ellos, pero nunca se pudo confirmar. Berthe acabó casándose con Eugène Manet, hermano del pintor.

  Fue la primera mujer que entró a formar parte del grupo impresionista. Expuso con Monet, Renoir, Sisley, Pissarro, Degas y compañía en la mítica Primera Exposición Impresionista de 1874, y recibió mejores críticas que algunos de sus compañeros. Fue Degas quien convenció a la madre de Berthe para que la dejase unirse al grupo: «Su nombre y su talento son demasiado importantes para nosotros como para que podamos prescindir de ella». «Yo valgo tanto como ellos», escribía la artista.


 Independiente y rebelde, fue, además de una gran pintora, una activa animadora cultural. Mantuvo una estrecha amistad con intelectuales como Mallarmé y Valéry. Este último, casado con una sobrina de Morisot, decía que ella «vivía su pintura y pintaba su vida»; consideraba su pintura como «el diario de una mujer expresado a través del color y el dibujo». Y es que, mientras sus compañeros impresionistas pintaban en calles, bares y teatros, Berthe Morisot hacía lo propio en interiores domésticos: mujeres en casa leyendo, cosiendo, meditando... o paseando en parques.

En la mayoría de las ocasiones pinta su propia intimidad. Muchas de sus pinturas tienen como escenario su casa, con sus muebles y sus objetos personales. Es el caso de «El espejo psiqué», de la colección Thyssen. Son su casa, su dormitorio y su espejo los que aparecen en el cuadro. También sus modelos suelen ser familiares y amigos: su marido, su hermana Edma, sus sobrinas y, muy especialmente, su hija Julie, que desde que nace, en 1874, se convierte en casi protagonista absoluta de su producción.

Berthe visita a Monet en Giverny y pinta flores. También trabaja en el Bois de Boulogne, cercano a su casa, y en una casa de campo en Mézy donde veraneaba. Allí retrata, vestida y desnuda —como las Majas de Goya—, a una pastora. Sus compañeros impresionistas adoraban y admiraban a Berthe Morisot. Tras su muerte, en 1895, escribe Pissarro a su hijo: «Fue un honor para el grupo impresionista».

Ref. ABC cultura

lunes, 28 de mayo de 2012

Alfred Sisley

 



 París, 1839 -Moret-sur-Loing, 1899
De padres británicos (William Sisley y Felicia Sell), nació en París el 30 de octubre de 1839. Su familia, dedicada al comercio, quiso que su hijo continuara la tradición, enviándole en 1857 a Londres para completar su formación en esta materia. De los tres años que pasó en la capital británica se tienen pocos datos, aunque sí se sabe que se interesó por la pintura de Turner y Constable. A su regreso a Francia, en 1860, decidió dedicarse a la pintura, ingresando en el estudio del pintor suizo Marc Charles-Gabriel Gleyre, donde conoció a Monet, Renoir y Bazille. Participó en los Salons de 1866, 1868 y 1870. Su situación económica fue holgada hasta 1871, fecha del inicio de la Guerra Franco-Prusiana y que supuso la quiebra del negocio familiar. Hasta entonces Sisley había recibido una pensión. En 1874, junto con otros miembros del que sería el grupo impresionista, participó en la primera exposición del movimiento. En ese verano se desplazó a Londres donde pintó una serie de lienzos de los alrededores de la ciudad y de Hampton Court. Durante el invierno se estableció con su familia en Marly-le-Roi. En 1877 residió en Sèvres, en 1880 en Veneux-Nadon y en 1882 en Moret-sur-Loing. De esta población, a la que regresó en 1897, realizó numerosos óleos de sus calles, rincones y cercanías. Con una absoluta dedicación al paisaje, se le ha considerado, junto con Monet, uno de los impresionistas más puros. En sus primeras obras se perciben los rasgos de la Escuela de Barbizon con notas de Corot y Courbet, que después desaparecen, en la medida en que su paleta se hace más luminosa y adquieren mayor importancia los efectos atmosféricos en sus paisajes. Murió en Moret-sur-Loing el 29 de enero de 1899


 Museo Thyssen-Bornemisza

Henri de Toulouse-Lautrec



Albí 1864 - Malromé 1901


Alrededor de la vida de Henri de Toulouse-Lautrec existen muchos tópicos, ciertos en la mayor parte de los casos. Los mitos de Lautrec, especialmente su incapacidad para mantener una relación estable con las mujeres debido a su inseguridad, son conocidos por una amplia parte del público, incluso a través del cine. Estas inseguridades y frustraciones llevarán a Henri a desarrollar en la pintura una vía de escape, una forma de evasión de la misma manera que harán Gauguin o su buen amigo Van Gogh. Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa nació el 24 de noviembre de 1864 en el Hôtel du Bosc, en el centro de Albi. Sus padres eran primos hermanos y ostentaban el título de condes de Toulouse; eran bastante ricos e influyentes en la ciudad pero carecían de poder a escala nacional. Henri era el primogénito, naciendo cuatro años más tarde su hermano Richard-Constantine, que falleció a la edad de un año. La situación familiar no era muy estable debido a la incompatibilidad de caracteres de ambos cónyuges lo que motivó su separación en el mes de agosto de 1868 quedando Henri al cuidado de una institutriz. A los ocho años, el pequeño Henri se traslada a París con su madre, iniciando sus estudios en el Lycée Fontanes. Ya en estos años inicia su relación con la pintura al elaborar dibujos y caricaturas, recibiendo sus primeras lecciones de René Princeteau, pintor de animales y amigo del conde. En 1874 se empiezan a manifestar las primeras dificultades motrices, lo que obligó su retirada del colegio para ser sometido a tratamiento médico, trasladándose a Albi. La madre del pintor recorrerá todos los especialistas para curar la dolencia del pequeño, sin encontrar una solución. La enfermedad que padecía Henri era totalmente desconocida en el siglo XIX, denominándose actualmente picnodisostosis, desorden genético provocado por la consanguinidad de los padres que afecta al desarrollo de los huesos. 
 
Ésta es la razón por la que Toulouse-Lautrec apenas creció en la adolescencia. A esta dolencia debemos añadir dos fracturas en los fémures de ambas piernas entre mayo de 1878 y agosto de 1879. Desde este momento sus piernas dejarán de crecer, alcanzando una altura de 1,52 metros. Durante aproximadamente dos años Henri estuvo casi inválido, desarrollándose en el joven un acentuado interés por el arte y la pintura, continuando con su faceta de dibujante. La lectura será su otra gran afición en estos dos largos años de convalecencia. En 1881 Toulouse-Lautrec se traslada a París donde se decide a ser pintor apoyado por su tío Charles y por el maestro Princeteau. Su madre cede, recibiendo las primeras clases en el taller de Princeteau en el invierno de 1882 donde conoce a Jean-Louis Forain. En abril es aceptado en el estudio de Léon Bonnat, retratista de moda en aquellos momentos, donde Lautrec perfeccionó su dibujo. Pero Bonnat cerró su taller en septiembre de ese movido año 1882, lo que motivó que todos sus alumnos tuvieran que buscar un nuevo maestro

El elegido es Ferdinand Cormon, en cuyo taller Henri conocerá a Émile Bernard y a Vincent van Gogh. El joven Lautrec desea continuar por los canales oficiales para obtener el máximo éxito artístico; quiere ser un pintor convencional continuando el Realismo de sus maestros, como se aprecia en las obras de esas fechas: El joven Routy o Una carretada. El joven Toulouse-Lautrec participa en la división que afectará a los impresionistas en aquellos momentos, alineándose con la pintura de Degas y su temática más urbana para alejarse de los paisajes que interpretaban Monet, Pissarro o Renoir. El arte de vanguardia también le atrae de manera puntual, probando con el Puntillismo, que no llega a convencerle. Sentirá una especial atracción hacia la pintura de Forain y sus escenas de camerinos, prostitutas, cafés o artistas. De manera definitiva, Lautrec se convertirá en el pintor de la modernidad, abandonando su estilo convencional para formar parte del neo-impresionismo. Las escenas del mundo nocturno y los retratos casi caricaturescos de los personajes de la noche serán sus temáticas favoritas. Las influencias más notorias son la pintura de Degas, Whistler, la estampa japonesa y Paolo Ucello, creando un estilo personal y fácilmente identificable. Cuando se habla de Toulouse-Lautrec se debe hacer una referencia especial a Montmartre, lugar con cierta reputación de criminalidad y bohemia que acabaría convirtiéndose en el centro de ocio.


 En este barrio ya vivía Lautrec desde 1884 cuando compartía vivienda con los Grenier, ubicándose allí los templos de la noche: "Moulin de la Galette", el "Mirliton", "Le Chat Noir", "Moulin Rouge", "Folies Bergère", el circo "Fernando", el "Salon de la rue des Molins"... La relación del pintor con el "Moulin Rouge" será especial al convertirse en uno de sus mejores clientes e interpretar con suma precisión la "fauna nocturna" que se daba cita en el local con todo su elenco de estrellas: La Goulue, Jane Avril, Valentin le Desossé, Cha-U-Kao o Yvette Guilbert. El local adquirió el lienzo En el circo Fernando para decorar el hall de entrada y fue Lautrec quien diseñó el cartel publicitario del cabaret, sirviendo el vestíbulo del Moulin en numerosas ocasiones como sala de exposiciones para el artista. Como artista de vanguardia, Toulouse-Lautrec no será admitido en el Salón de París al considerar inaceptables sus obras, lo que llevará al maestro a buscar todas las vías alternativas posibles para que el público conociera su obra, incluso mediante ilustraciones en los periódicos. Sus trabajos serán expuestos en solitario, con los grupos de vanguardia o con sus amigos, como en el caso de Van Gogh. Pero posiblemente sean sus carteles y litografías el vehículo que más publicidad dio a su obra, enlazando con el deseo de anunciarse existente en la ciudad en aquellos momentos, surgiendo una amplia serie de estampas de gran belleza en las que parece anticiparse al modernismo. La relación de Toulouse-Lautrec con las mujeres será una de las facetas más interesantes de su vida. La primera relación conocida es de 1883, cuando contacta con una modelo de 17 años llamada Marie Charlet
Lily Grenier se baraja como un de sus amantes hasta que conoció a Suzanne Valadon, conviviendo por un periodo de dos años hasta que Suzanne intenta suicidarse al no querer Henri tener un hijo con ella. Varias amantes se suceden hasta que elige el anonimato de las prostitutas para establecer relaciones con ellas, llegando a habitar durante una temporada en el Salon de la rue des Molins. El mundo de la prostitución será uno de los favoritos para el artista, siempre visto con cariño y respeto, mostrando tanto su aspecto más íntimo como el conocido. El lesbianismo también será tratado por Henri de la misma manera, resultando obras colosales como Las dos amigas o L´Abandon. Su posición económica desahogada le permitió viajar en numerosas ocasiones, visitando Bruselas, Londres, Madrid o diversos puntos de la geografía francesa. A partir de 1893 se relaciona con los hermanos Natanson y el círculo de La Revue Blanche, contactando con la vanguardia literaria y trabajando como decorador para el mundo del teatro, retratando a los miembros más interesantes de este círculo artístico. La vida noctámbula y de crápula que llevaba Henri desde los 25 años motivaría su alcoholismo, sugiriéndose incluso que podría haber contraído la sífilis. En 1897 tiene lugar el primer ataque de "delirium tremens" que le llevará a disparar con un revólver a imaginarias arañas. Al año siguiente alquila una vivienda en el mismo edificio de su madre, preocupada por la salud de su hijo. En 1898 sufrirá un ataque de manía persecutoria al creerse perseguido por la policía, refugiándose en casa de un amigo. Cada vez bebe más y pinta menos. La crisis más grave se produce en 1899 al sucederse las manías, depresiones y neurosis, acentuadas por el traslado de su madre a Albi. Henri decide suicidarse con metileno en el prostíbulo de la rue des Molins siendo ingresado en un sanatorio durante una temporada. Su estado de salud será noticia y motiva la subida en el precio de sus obras. La familia de Lautrec duda de su recuperación y critica sus excesivos gastos por lo que se sugiere que alguien se haga cargo de él. El objetivo será alejarle del alcohol, admitiendo la presencia de un tutor al que burlará continuamente, modificando incluso su bastón de paseo al introducir un vaso y una botella de aguardiente que contravenía la prohibición. En octubre de 1900 se traslada a Burdeos, donde sufre un nuevo ataque en el mes de marzo del año siguiente, una hemorragia cerebral que le afecta las dos piernas. En abril decide ir a París para organizar sus papeles. El 15 de agosto, en Arcachon, sufre un derrame cerebral que le deja medio cuerpo paralizado. Su madre decide llevarle al castillo de Malromé, cerca de Burdeos, donde ella habita, falleciendo Toulouse-Lautrec en ese lugar el 9 de septiembre de 1901 a las dos y cuarto de la madrugada.

Ref- Arte Historia

domingo, 27 de mayo de 2012

Édouard Manet






 París, 1832-1883
Enmarcado dentro de la corriente realista, Édouard Manet fue una figura central dentro de la renovación de la pintura francesa y occidental de finales del siglo XIX. A pesar de no haber pertenecido al movimiento impresionista, la técnica y la temática de sus obras se convirtieron en referentes imprescindibles para la generación de pintores jóvenes que se decantaron por esta corriente, entre los que se encontraron Claude Monet, Paul Cézanne y Camille Pissarro. Hijo de un alto funcionario del Ministerio de Justicia, decidió hacerse pintor tras dos intentos fallidos de entrar en la Escuela Naval. De 1850 a 1856 asistió al taller de Thomas Couture, donde coincidió con su amigo de la infancia Antonin Proust, que más tarde sería ministro de Cultura. Guiado por su admiración por los grandes maestros de la pintura, copió en el Musée du Louvre las obras de los pintores renacentistas italianos y viajó por Bélgica, Holanda y Alemania. Más tarde, su veneración por la obra de Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo y Francisco de Zurbarán le llevó a pintar temas inspirados en España, a donde viajó en 1865.
La pintura de Manet evolucionó desde su inicial estilo tenebrista, de inspiración española, a una más luminosa, centrada por primera vez en la vida urbana moderna. Esta temática, desarrollada sin duda bajo la influencia de su amigo Charles Baudelaire, y su atrevida técnica ligera y brillante, provocaron su rechazo sistemático de los Salones oficiales, al tiempo que se acrecentó su fama entre los jóvenes pintores impresionistas, quienes intentaron sin éxito que se les unieraen sus exposiciones
Su. Almuerzo en la hierba (ParísMusée, d’Orsay), incluido en el primer Salon des Refusés de 1863, causó un importante revuelo, tanto por el tema como por la técnica empleada, sólo comparable al escándalo provocado poco después por su Olympia (París, Musée d’Orsay), en el Salon de 1865. El mayor éxito de su carrera lo alcanzó con Un bar en el Folies-Bergère (Londres, Courtauld Institute), expuesto en el Salon de 1882
Hacia. el final de su vida pintó numerosos retratos de mujeres, tanto al óleo como en pastel, así como un gran número de bodegones y jardines. Su técnica, que se volvió todavía más suelta y espontánea, abrió un nuevo camino a la pintura moderna. Como escribió Henri Matisse varios años después de su muerte, Manet, al ser «el primer pintor en lograr la traducción inmediata de las sensaciones, liberó el instinto del pintor».

Ref- Museo Thyssen-Bornemisza