PELAYO ORTEGA
Pelayo Ortega: «La pintura es un sismógrafo del ánimo del artista»
De una crítica de AMALIA GARCÍA RUBÍ, en infoenpunto.com:
“En líneas generales, el lenguaje neofigurativo de Pelayo
Ortega, un
artista cuya carrera se ha hecho fuerte en España en las últimas
décadas, ha evolucionado hacia una considerable simplificación de las
formas y un lenguaje más directo que sin abandonar el sentido metafórico
y poético de sus imágenes, reduce éstas a una concreción semántica sin
precedentes. Al mismo tiempo, el empleo de colores puros, la concepción
matérica del pigmento y el sentido plástico del cuadro dan a la obra de
Pelayo Ortega sus principales signos de identidad.
El sentido emotivo de la pintura está en la doble lectura que el
artista hace de los objetos que representa. Frente a la obviedad de la
cosa, del icono, la expresión de sentimientos y recuerdos a través de la
intensidad cromática y de un fauvismo que en Pelayo Ortega ha adquirido
desde hace décadas su propia personalidad. En las imágenes vibrantes y
sencillas de este gran pintor, subyacen breves versos entrecortados de
donde asoman sensaciones y recuerdos casi siempre vinculados al lugar, a
la tierra.
Nacido en Mieres y residente en Madrid desde 1975 hasta 1990, momento
en el que entraría en contacto con otros pintores de la nueva
generación y nueva figuración madrileña, Pelayo Ortega retornó a su
Asturias natal, afincándose en Gijón, la ciudad de su infancia y
adolescencia donde actualmente reside.
Tanto en su obra escultórica como en su pintura, lo explícito y lo
simbólico abren caminos distintos de pensamiento y reflexión, siendo su
expresionismo moderado el marco de desenvolvimiento de estos signos que
van desde la cruz hasta la silla en el taller, el sombrero o el paraguas
magrittianos, todo atemperado por un gesto controlado y una especial
clarividencia en el manejo de los campos cromáticos. Pelayo Ortega, en
plena madurez, se manifiesta en esta exposición más joven y vital que
nunca”.
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