Fernando Leal Audirac

FERNANDO LEAL AUDIRAC

(Ciudad de México, México, 1958)
Nacido en el seno de una familia de pintores, su padre, Fernando Leal, fue fundador del movimiento muralista mexicano en los años 20. Estudia las técnicas de la pintura medieval y renacentista bajo la dirección del maestro Guillermo Sánchez Lemus. Realiza también grabado y litografía en el taller de Gráfica Popular bajo la dirección del maestro José Sánchez, perfeccionándose luego con el maestro Leo Acosta. Es miembro fundador del taller Restauro y de la Comisión Consultiva del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. En 1996 ejecuta un mural en el museo Paolo Pini de Milán. Ha expuesto en el Palacio de Bellas Artes individualmente y en el Museo José Luis Cuevas de la Ciudad de México; así como en Francia, Italia, Alemania y, recientemente, en la galería M-13 de Nueva York. En 1994 fue seleccionado para representar a México en la celebración de los 600 años de Seúl como capital de Corea y, en 1995, para el Centenario de la Bienal de Venecia. Su obra forma parte de la colección permanente de los museos Forum Artis, Parco de Portofino y Paolo Pini en Italia.

Su obra se nos presenta principalmente como conceptual.

A pesar de la multiplicidad de temas, mantiene férreamente un solo espíritu, como si sus cuadros fuesen puntas de un mismo iceberg. Altamente influido por las visiones de la era actual, como las de la música e imágenes audiovisuales, su trabajo tiende a buscar un planteamiento que va más allá de los significados temáticos.

El lenguaje maduro de Leal Audirac se caracteriza por el trazo nervioso, la pincelada de contenida tensión y la anormalidad en las dimensiones de los elementos que coexisten en su espacio. En su obra reciente se enfatizan tanto la parquedad de presencias figurativas en grandes superficies suntuosamente plenas, cuanto la convivencia de imágenes inconciliables, sea dimensional que conceptualmente. No obstante, a pesar de este aparente desorden visual, el gran estilo de Leal Audirac es el arte de la frescura y serenidad del intelecto, de la reflexión acrisolada y, por consecuencia, del estilo como realización y reflexión.

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Enrico Mascelloni. En el catálogo de la galería M13, Nueva York, 1997