viernes, 26 de agosto de 2011

MENCHU GAL






Fue la primera mujer en acudir a la Bienal de Venecia, ciudad que le cautivó y de la que dijo que estaba «llena de belleza y de un extraño y penetrante veneno», y no lo hizo una vez, sino tres, en los años 50, 56 y 59, e incluso rechazó la invitación de volver a hacerlo una cuarta vez. También fue la única mujer en formar parte de la Escuela de Vallecas y la primera en ganar en 1959 el primer Premio Nacional de Pintura. Estos son sólo algunos datos sobre la artista irunesa Menchu Gal (1919 -2008) -que definía su pintura como «algo vital, humano, reflejo de mi personalidad: la personalidad es la conciencia, y yo reflejo en mis cuadros el sentimiento subjetivo que me produce la visión de un paisaje o el conocimiento de una persona»-, y sólo por ellos debería tener un capítulo propio en la historia del arte español.


En los últimos años de su vida le llegaron los homenajes. En 1986 el Museo San Telmo organizó su primera exposición antológica, en el 92 la Kutxa le dedicó una retrospectiva y un año después el Museo de Navarra. En 2001 el Koldo Mitxelena expuso 'Los Menchus Gal de Menchu Gal'. En 2005 la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Irun le concedieron sus respectivas medallas de Oro y Eusko Ikaskuntza el Premio Manuel Lekuona en 2007.

Además en enero de 2010, se inauguró en Irun una sala con su nombre donde se expone de forma permanente la obra que compró el Ayuntamiento. Ahora, un grupo de sus seguidores, admiradores y amigos han creado una fundación con el propósito de mostrar la faceta más íntima de la pintora.
«Dar a conocer, extender y difundir la obra de una de las más depuradas y fuertes artistas del siglo XX, Menchu Gal, es el objetivo de la fundación, sin olvidar a su entorno, y a otros artistas que tuvieron relación con ella, o tuvieron incidencia en su obra, o se vieron involucrados en la misma», explica Edorta Kortadi, uno de sus impulsores.

Para ello se ha elaborado un programa para los próximos cinco años. Son tres los campos que se van a cubrir: el expositivo, el académico universitario para que pueda ser estudiada en distintos cursos, -que están realizando Kortadi y Francisco Calvo Soller-, y un museo virtual. El primero de ellos tendrá reflejo en breve ya que mañana se inaugurará en Pamplona, concretamente en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela, la muestra 'Menchu Gal, la alegría del color'. Poco antes de morir la artista definía su obra como «muy vital, colorista, sensitiva y alegre. Mucho más alegre de lo que yo soy, pues tiendo mucho a la depresión. Con mis cuadros creo que consigo transmitir alegría».


El galerista Ernesto Gutiérrez, presidente de la fundación, explica que «cuando falleció dejó la obra que tenía en su casa a su sobrino que la ha depositado en la fundación. Eran unos cien cuadros difíciles de clasificar, bastantes de los años 40 y 50 y que muy pocas veces se han mostrado». Esta obra menos vista está constituida por bodegones y flores, retratos, paisajes de Irun, Hondarribia, Ibiza, Castilla o La Rioja, y dibujos y acuarelas. Pintó muchas veces los paisajes riojanos y castellanos, aunque las orillas del Bidasoa fueron su referente. «Si me sacaran totalmente de las brumas sé que me moriría disecada como una piedra» dijo.


Después de Pamplona la muestra irá a partir del 1 de julio a Tolosa, al Palacio Jauregi, y luego se abrirá un amplio programa que recorrería el ámbito vasco con Bilbao, Vitoria y San Sebastián, a donde podría llegar en el año 2013; concretamente se trabaja en presentarla en la sala Kubo. Otra exposición se inaugurará el 25 de junio en Málaga, que luego visitará Barcelona, Murcia, Girona, Asturias... No faltará Madrid, donde la pintora vivió muchos años. «Nos gustaría que fuera en el Reina Sofía, un centro que visitaba mucho, pero la política de este museo no casa mucho con la obra de Gal. Desde luego será un lugar que tenga trascendencia».


Y después al extranjero, porque otro objetivo es darla a conocer internacionalmente. «Venecia está en nuestro pensamiento y miramos fechas para Nueva York, Londres, París.... En cinco años calculo que realizaremos unas 40 exposiciones». Todas ellas acompañadas por conferencias en las que se analice la obra de la artista.

El programa está pensado para alargarse durante un lustro aunque Gutiérrez se quiere mostrar optimista e ir más allá. «Por ejemplo nos gustaría poder abrir un segundo museo dedicado a ella en San Sebastián o Madrid, siempre en colaboración con el de Irun. No queremos solapar nada, al contrario lo que hay que hacer es sumar. También reconozco que los tiempos no están como para que las instituciones empiecen a invertir en construir nuevas sedes, pero sí que nos podrían ceder algún edificio de su patrimonio que esté en desuso».

Menchu Gal se marchó muy joven de Irun. Con 15 años fue a estudiar arte a París, después se instaló en Madrid. En los años 80 declaró en una entrevista que «ser vasco imprime carácter pictórico como imprime carácter humano y físico. Mi pintura siempre ha tenido una gran vinculación con el País Vasco. No es una pintura social, ni he hecho tipismo; sin embargo, mi pintura es vasca porque me siento profundamente vasca. Aunque una persona esté fuera de su tierra, muchas facetas de su ser son un reflejo de su tierra. Mis raíces están en el País Vasco y mi pintura como fruto de mí misma, como parte de mi vida, indudablemente ha seguido mis pasos».

REFERENCIAS- DIARIO VASCO

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