Manuel Martínez Hugué (1872-1945) fue un pintor y escultor español, destacado representante del novecentismo catalán de principios del siglo XX. Su obra puede resumirse como una síntesis de clasicismo y primitivismo dentro de la modernidad. Es ampliamente citado como Manolo Hugué.
Nacido en Barcelona, su vida bohemia y marginal y sus visitas a Els Quatre Gats en Barcelona le valieron la amistad de Santiago Rusiñol, Joaquín Mir, Isidro Nonell y Pablo Picasso, entre otros artistas. En 1900 se traslada a París, donde residirá por espacio de diez años. Allí conoció a Jean Moréas y Guillaume Apollinaire, además de trabajar en el diseño de joyas y pequeñas piezas de escultura, entre las que destacan La Llobera (1911, Barcelona, Museo de Arte Moderno) y Joven sentada (1913, París, Centre Georges Pompidou).
Impulsado por un marchante, se trasladó en 1910 a Céret, donde reunió a un heterogéneo grupo de artistas entre los que se encontrabanJuan Gris, Joaquín Sunyer y el propio Picasso. En 1917 abandonó Ceret para residir en Caldas de Montbui, donde falleció en 1945. En su última etapa compaginó la pintura con cuadros como: Paisaje de Ceret (1926) o Vendimiadora (1927), con la escultura, donde destaca la obra Bacante (1934, Barcelona, Museo de Arte Moderno), una figura femenina tumbada con diversos puntos de vista según sus diferentes partes corporales sin que se quiebre la unidad de la figura En su obra es esencial la relación con la naturaleza, considerando a la figura humana como un elemento integrado en ella. Se trata de una característica propia del clasicismo noucentista, pero que en manos de Martínez Hugué van más allá de sus limitados orígenes.
Bibliografía
- Pla, Josep (2008). Vida de Manolo contada por él mismo. Libros del Asteroide. ISBN 978-84-936597-3-8.
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