viernes, 7 de noviembre de 2014

JAUME CARBONELL

CARBONELL

Hace unos días una persona muy cercana, después una larga conversación, me deslizó al oído una mala noticia. No sé si decírtelo, ¿sabes quién se ha muerto? Jaume Carbonell. Te lo digo porque sé que le habías dedicado un relato. Tiene buena memoria. En el ya lejano 1989 publiqué, dentro del libro de relatos La lanzadora de cuchillos y otros relatos eróticos (Icaria), que Manolo Vázquez Montalbán tuvo la generosidad de prologar, un relato titulado La mujer cíclica que dediqué a quien ahora mismo no sé dónde está y me deja un vacío.
A mí Jaume Carbonell, tipo tranquilo y de apariencia plácida, siempre me pareció, por su físico, un pintor impresionista francés. Quizá fuera una reencarnación de Renoir. Suavemente grueso, con panza de quién disfruta de los placeres del yantar y del buen beber, lucía siempre una enmarañada barba y ocultaba ojos muy vivos tras los cristales de sus gafas. Durante años coincidimos en las páginas delButlletí, la revista mensual de la Asociación de Empleados de la Caixa en la que publico reseñas cinematográficas desde hace veinticinco años. Muchas de las portadas de la revista, en uno de sus periodos, salieron de los pinceles de Jaume. Sus cuadros eran un canto a la vida, llenos de luz mediterránea y coloridos, hermosos, decididamente naifs y fue siempre fiel a su estilo, algo que es poco habitual en un pintor.
Qué mejor homenaje que el relato que aquí ofrezco, La mujer cíclica, una pieza curiosa que bascula entre realidad y ficción, recorrida por erotismo desbordante, en el territorio de la duermevela, con un escritor que encuentra las notas perdidas de un pintor en el cajón de una cómoda de la casa que alquila. Y para paliar la oscuridad del relato lo ilumino con reproducciones de ese amigo que se ha ido y engrosa la cada vez más larga lista de los ausentes en la que acabaré figurando.

PUBLICADO POR José Luis Muñoz en mayo 2010

http://lasoledaddelcorredordefondo.blogspot.com.es/2010/05/el-largo-adios.html




Jaume Carbonell es, en determinados aspectos plásticos, uno de esos herederos actuales menos retóricos de la perenne cultura mediterránea, la cual, en tierras catalanas, no deja nunca de rebrotar y actualizarse, porque constituye un substrato que aglutina formas de expresión que surgen a la superficie con formulaciones a menudo muy diversas. En el caso de este pintor hay, por sentimiento y formación, unas raíces profundas que tienden a poner de manifiesto en los seres humanos y en el paisaje unos elementos de permanencia que podríamos calificar de humanísticos. Esto no quiere decir, sin embargo, que nos encontremos frente a una obra de contenido más o menos neoclásico, pero sí delante de una realización totalmente e imparablemente antinaturalista, de la cual rezuman esencias de fondo subrepticiamente mitológico. Unas vivencias de intemporalidad, en efecto, que huyen de toda representación individualizadora  y se acercan a transposiciones genéricas y categóricas. 

Todo esto sin olvidar la asimilación debida de las aportaciones inescamoteables de nuestro siglo, con el fauvismo y el cubismo en primer lugar, que contribuyen, junto con la intuición y la especulación conducidas por el pintor, a hacer vigente y significativa su visión singular. Tanto en sus figuras femeninas como en sus paisajes, la imposición de la volumetría más estricta, dentro de la libertad de plasmación, y la utilización de un cromatismo exaltado y metafórico son parámetros que transmiten a su obra una configuración de turgencia y robustez. Y, a la vez, remarcan la compenetración con la realidad vital de la tierra y con la interpretación casi mitificada pero sin dejar de ser nunca vitalista del cuerpo de la mujer, que son factores que acercan esta obra, en cierto modo y al margen de cualquier imitación estilística, al espíritu ejemplar e independiente de unos maestros del arte  catalán moderno como Joaquim Sunyer i Manolo Hugué, que integraron en su momento (1910-1913) aquella famosa Escuela de Ceret que tan fundamental fue para el desarrollo de las tendencias puede que más prestigiosas de la creatividad artística contemporánea. 


Jaume Carbonell, valor joven pero provisto de madurez espiritual, ha llegado ya, en su línea llena de resonancias insignes, a unos resultados plausibles y reveladores de la certeza de su autenticidad incuestionable.


Jordi Benet
Historiador y crítico de Arte
http://www.oocities.org/jaumecarbonell/

Página del pintor

2 comentarios:

Enric Batiste dijo...

¡Cultura necesaria como el aire
en páginas escritas en tu blog!

ines dijo...

Hola Enric. Intentamos hacer un mundo mejor? De eso se trata. Un abrazo