martes, 16 de febrero de 2010
LA LEYENDA DE SANTA FRITHA
Erase una vez una princesa llamada Frideswide, o Fritha como así la llamaban su familia y amigos, hija del Rey Didan y su esposa, Sefrida.
Como su madre murió siendo ella muy niña, fue criada por Elgitha, una mujer muy piadosa que le enseñó que más allá de Dios no hay nada. Fritha persuadió a su padre para que construyera una iglesia cerca del castillo y tomó los hábitos junto con otras doce compañeras, pero la fama de su belleza ya se había extendido por todo el reino
Aelfgar, conde de Leicester le envió varios mensajes pindiendole matrimonio. Furioso por el rechazo de Fritha decidió raptarla pero los espías del reino advirtieron al Rey y este decidió enviar a su hija a Oxford junto con dos compañeras.
Bajando por el Tamesis en un pequeño bote se les apareció un angel que las llevó a Abingdon.
SE refugiaron en un bosque durante mucho tiempo, pero Aelfgar continuó buscandola. Envió emisarios por todo el reino, y desesperado amenazó con quemar la ciudad de Oxford si la princesa no era entregada. Didan no quería sacrificar a su hija, pero los habitantes de Oxford temían perder sus casas asi que abrieron las puertas de la ciudad y revelaron el escondite de la princesa.
Aelfgar celebró una gran fiesta y al día siguiente envió unos emisarios al bosque. Frideswide los recibió, los escuchó y respondió los mismo que había dicho anteriormente. Aelfgar, furioso por el segundo rechazo, saltó sobre su caballo dispuesto a enfrentarse con la desafiante mujer y hacerla su esposa, quisiera ella o no
Estaba Fritha en su oratorio cuando le avisaron que se acercaba Aelfgar. Ella permaneció tranquila y, de repente, se acordó de las santas Catalina y Cecilia, quienes habían pagado con sus vidas la defensa de su virtud, y les suplicó ayuda. En ese momento apareció Aelfgar que se cayó al suelo, ciego y dando gritos de dolor.
Suplicó perdón y Fritha sintiendodo pena por él, lo tomó de la mano y lo llevó hasta un pozo. Allí bañó sus ojos recuperando Aelfgar la vista.
La princesa decidió volver a Oxford andando, y en las praderas de North Berkshire, ella y sus compañeras fueron acosadas por un leproso horrible que le pidió a Fritha que lo besara. Ella venciendo su repulsión natural le dio un casto beso en los labios. La piel del leproso se cayó, quedando en el instante totalmente curado
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