En la población de Les Useres, comarca de l´Alcalatén y a la sombra del Penyagolosa nació Enrique Bernad el 13 de junio de 1922, hijo de Vicente Bernad y Vicenta Escrig, segundo de seis hermanos, Vicenta, José, Georgina, Pasiano y Eliseo. Todos aprendieron las primeras letras en el colegio del pueblo. Y todos vivieron siempre inmersos en la seducción por la fiesta de Els Pelegrins de Les Useres y su comitiva a Sant Joan el último fin de semana de abril, en la que desde tiempo inmemorial se sigue en la población un riguroso turno de participantes, que son doce y un guía, como es sabido, todos vestidos con el hábito negro con esclavina, sombrero burdo y rosarios y amuletos colgados del cuello. Su peregrinación y sus letanías son un espectáculo notable.
Cuando la familia fue trasladándose a Castellón, sin disgregarse nunca, cada cual fue buscando acomodo y Enrique inició hermosas relaciones personales con Rosario Rincón Monfort. Se casaron el 29 de mayo de 1952 y desde el año siguiente fueron llegando los hijos: Enrique, Charo, Olga y Berta que, a su vez, fueron ocupando su espacio entre los castellonenses.
En la provincia el turismo nos envolvió con nuevas actitudes y costumbres, y con su indudable apertura hacia el mundo del arte por la que penetraron nuevas corrientes. Enrique se subió al carrusel y ya he dicho que comenzó por ser protector o marchante de artistas, para iniciarse después como un artista más desde su personal estilo en el que aceptó como un valor la levedad. Lo decía Rodríguez Culebras: "Fue un pintor tardío. El hacer de la pintura su forma de expresión fue un hallazgo, ante todo para él mismo, que encontró el lenguaje válido para decir en forma directa y con la espontaneidad y el recato de quien escribe un diario íntimo".
Se apoyó en el arquitecto Juan Rallo Segarra para la realización de su obra soñada, el Torreón. Aquella noche hermosa de mayo en que se inauguró, nos dejó emotivas imágenes con la presencia de Enrique y Rosario, y con la asistencia de aquellos chicos que llenaron el ambiente de una música cálida y de incitación, Alejandro García, Abel Portolés, Manolo Babiloni, Pedro Villanueva.
Enrique Bernad se mostró en público por primera vez en 1974, con motivo de un certamen provincial en Castellón. Y de allí a Londres y México, Brasil y Nueva York. Y Chicago y Madrid, Valencia y Barcelona. Su culminación la tuvo en el Casino Antiguo de Castellón con su magna exposición en la que reunió 230 obras, en los primeros días de 1992. Falleció el 1 de enero de 1998
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