Javier Baldeón

 : Ciudad Real -España
 1960

Aunque en los primeros años de su formación en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, donde ingresa en 1979, su pintura se alinea con las propuestas de la figuración británica, en sus primeras exposiciones se desplaza hacia una estética más expresiva y salvaje, en la que el protagonismo del color oculta las escasas referencias figurativas que aún mantiene en sus cuadros. Esta tendencia se hace más notoria en un grupo de obras en el que la experimentación con el collage habla de corrientes abstractas norteamericanas. No obstante, en la segunda mitad de los 80 inicia un proceso de simplificación formal en el que, indistintamente, gesto y geometría surgen de un tratamiento analítico de superficies monocromas y bícromas, irrumpiendo, de esta manera, en el debate que sobre simulación y realidad de la representación pictórica se abre en la plástica de estos años. Tras su primera individual madrileña, celebrada en Fúcares en 1987, año en que obtiene una beca de la Casa de Velázquez, se traslada a Nueva York, donde intensifica su interés por los procesos. Fruto de su experimentación con nuevos materiales y la introducción del azar como elemento creador, derivado de las reacciones físicas y químicas de aquéllos, son sus obras con resinas sintéticas –esquiagrafías- a las que da el nombre de cuadros de dioramas, y en las que, a través del empleo de juegos de luz y sombra, incide en las incertidumbres sobre la representación. Estas obras constituyen la base de sus exposiciones de los años de tránsito entre las décadas de los 80 y 90, en los que presenta sus primeras individuales en el extranjero -Galería Yvon Lambert (París, 1990); Galería Marc Jancou (Zurich, 1991). Paralelamente aborda la fotografía como instrumento de creación, introduciendo en su obra una vertiente explícitamente crítica sobre los procesos de manipulación colectiva que se derivan del uso de la imagen. Tras participar en algunas de las exposiciones más significativas sobre las tendencias de futuro del arte español a comienzos de los 90, en la segunda mitad de la década retoma con fuerza la esquiagrafía, diversificando temas y motivos representados, y recuperando anteriores estrategias de análisis de la representación que en su producción última -a la que incorpora la serigrafía y la estampación-, enriquece con una nueva vertiente crítica, dirigida hacia los mecanismos de representación del poder.