Pintora y grabadora. En 1968 inició sus estudios, que
no llegaría a terminar, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San
Fernando, donde tuvo como maestro a Antonio López, quien tanto influyó
en la definición de su estilo y que le transmitiría temáticas como los
paisajes urbanos madrileños. En 1973 conoció al que se convertiría en su
marido, el también pintor Jesús Ibáñez. Una beca del Ministerio de
Asuntos Exteriores le permitió seguir su formación en la Academia de
Bellas Artes de Roma en 1974, tiempo que aprovechó para recorrer Italia y
conocer la pintura veneciana, de la que era una rendida admiradora.
Posteriormente amplió sus conocimientos con becas de la Fundación Juan
March (1977), y del Ministerio de Cultura (1979).
Su obra es de un realismo crudo y aplastante, en el que el objeto
más cotidiano adquiere rasgos inusitados, hasta el punto en que adquiere
un matiz surrealista, pero no como evocación romántica, sino a modo de
análisis frío. Un estilo autobiográfico, desarrollado en torno a su
propia vida: su familia, sus amigos, las ciudades y paisajes en que ha
vivido, por los que ha pasado con el tiempo suficiente para entablar un
diálogo visual fecundo, o a los que le unen vínculos afectivos.
Su primera participación en una exposición fue en el I Concurso
Nacional para Artistas Jóvenes "Blanco y Negro", celebrado en 1970. Un
año después participó en la exposición "Jóvenes realistas" en la Galería
Seiquer de Madrid, movimiento al que siempre ha estado asociada. Sus
exposiciones individuales y las participaciones en colectivas han
permitido que su obra se viera en ciudades como Madrid, Bilbao, San
Sebastián, Milán, Montreal, Glasgow, Berlín,... Además de formar parte
de la colección permanente de importantes pinacotecas como el Museo
Reina Sofía de Madrid, o el Bellas Artes de Bilbao, o de colecciones
como la de UEE, para la que inmortalizó en 1998 un rincón de la planta
de "Galdakao".
La búsqueda de luces y sombras extremas es una constante en su
obra, pero sobre todo en los últimos años, en que va cobrando
importancia el detalle, el matiz en los medios tonos. Se interesa cada
vez más por los conceptos de grandeza y monumentalidad, por lo vertical y
lo amplio, aquello que da sentido al conjunto de elementos que aparecen
en los cuadros.
El también pintor Juan Antonio Tinte dice sobre ella que "...conoce
bien la realidad, su extensión, sabe que a cada paso el horizonte se
dilata del mismo modo que el sabio o el científico está en la certeza de
la imposibilidad de aglutinar todo el saber en un mismo orden
disciplinar. Por eso, en ella la realidad tiene esos dos aspectos que
marcan la trayectoria de una artista comprometida con la pintura:
contención en la disciplina que trabaja por un lado, y por otro,
ilimitada propuesta plástica, dentro de un lenguaje, que nos acerca de
la mejor forma posible al cómo es la realidad que ocupamos vista por
otra persona distinta a nosotros".
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