Isabelle Planté nació en Pau, sur de Francia. Tuvo su primera exposición en Tahití en 1974. Los colores de sus cuadros tienen mil matices, pasan de la figuración a la fantasía. Su arte entra en una tierra de misterio, como si la artista intentara a través de sus lienzos descubrirnos un mundo desconocido.
Con un perfecto dominio de la composición y la perspectiva, Isabelle hace malabares con la proporción como un mago. Es nuestro mundo, el mundo en que vivimos, pero lo sentimos con una percepción diferente, ella entra en él con la intuición de una pintora que revela las verdades ocultas. Nuestro mundo está tan angustiado que tal vez ha descuidado la comtemplation estética
Isabelle es una artista provocadora que nos desafía. Detrás de cada tela, sus ojos burlones nos miran, se ríe de nuestra reacción, y se pregunta que hemos visto y lo que hemos sentido.
En nuestro mundo pragmático, su obra nos enseña a soñar en una búsqueda incansable, que nos haga sentir al otro lado del escenario, nos impulsa a ver más profundamente a la gente y las cosas. Ella revela las múltiples facetas de la belleza y, en un estallido de color, da a luz a la vida. Como ella dijo: "Cuando el ojo ve sin ver, cuando se convierte en un simple sirviente del pensamiento, cuando todo se vuelve mágico, ¡Oh, el poder fantástico de la pintura".
Con un perfecto dominio de la composición y la perspectiva, Isabelle hace malabares con la proporción como un mago. Es nuestro mundo, el mundo en que vivimos, pero lo sentimos con una percepción diferente, ella entra en él con la intuición de una pintora que revela las verdades ocultas. Nuestro mundo está tan angustiado que tal vez ha descuidado la comtemplation estética
Isabelle es una artista provocadora que nos desafía. Detrás de cada tela, sus ojos burlones nos miran, se ríe de nuestra reacción, y se pregunta que hemos visto y lo que hemos sentido.
En nuestro mundo pragmático, su obra nos enseña a soñar en una búsqueda incansable, que nos haga sentir al otro lado del escenario, nos impulsa a ver más profundamente a la gente y las cosas. Ella revela las múltiples facetas de la belleza y, en un estallido de color, da a luz a la vida. Como ella dijo: "Cuando el ojo ve sin ver, cuando se convierte en un simple sirviente del pensamiento, cuando todo se vuelve mágico, ¡Oh, el poder fantástico de la pintura".
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