.Annemarie Busschers (NL) nació en 1970, en el católico sur, Hertogenbosch, ciudad natal de Hieronymus Bosch. Se trasladó a la ciudad del norte protestante de Groningen, en los años 90, donde estudió en la Escuela de Bellas Artes Minerva. Su primera influencia y de donde bebió directamente, fue de la herencia de Bosch, pronto encontró su propia tematica y lenguaje. En 2003 pintó Niño I, obra que marca el punto de inflexión en su obra, en 2005, la varicela es seleccionado para el premio de la BP Portrait GalleryNacianal de Londres, para lo cual será su trabajo seleccionado de nuevo en 2006 y 2008. Desde entonces, su trabajo consiste en autorretratos y retratos en los que trabaja sobre base fotografica.
Su trabajo se inscribe en la tradición holandesa de reproducir el objeto con el detalle completo, como si nos podía tocar con la mirada las texturas de las superficies, las telas y la piel. Busschers profundiza en el significado del individualismo contemporáneo mediante el tratamiento de superficies como paisajes con derecho propio. No son retratos psicológicos, a la manera de Lucian Freud, su trabajo es científico, casi microscópico, que investiga las superficies del cuerpo, de las pieles imperfectas e irregulares, ligados a la enfermedad, la decadencia y finalmente la muerte. Son pinturas de seres híbridos, donde el sujeto es construido por diferentes capas de materiales tales como pintura acrílica, lápiz, pastel, epoxi, madera, cera, papel y fieltro.
Su trabajo se inscribe en la tradición holandesa de reproducir el objeto con el detalle completo, como si nos podía tocar con la mirada las texturas de las superficies, las telas y la piel. Busschers profundiza en el significado del individualismo contemporáneo mediante el tratamiento de superficies como paisajes con derecho propio. No son retratos psicológicos, a la manera de Lucian Freud, su trabajo es científico, casi microscópico, que investiga las superficies del cuerpo, de las pieles imperfectas e irregulares, ligados a la enfermedad, la decadencia y finalmente la muerte. Son pinturas de seres híbridos, donde el sujeto es construido por diferentes capas de materiales tales como pintura acrílica, lápiz, pastel, epoxi, madera, cera, papel y fieltro.
Retratos por tanto, no sólo pintados sino también construidos por la adición de estas capas en el lienzo. Estas capas ayudan a documentar el cambio constante que sufren, como si nos estubieran observando con la curiosidad de un adolescente delante de las miradas ante espejos con el resentimiento, la ira y el miedo a las mutaciones del cuerpo a través de los años. De hecho, los individuos retratados parecen estar mirandose a sí mismos en un
espejo
Los grandes pinturas realistas de Busschers están en un estilo aparentemente fotorrealista. Su interés sin embargo no es el fotorrealismo sino el tratamiento gráfico claro, complejo de la materia. Esto hace su trabajo inmediatamente reconocible y contemporáneo. Cada retrato pide su propio tratamiento. Los materiales utilizados pueden ser lino, algodón, fieltro, grafito, acrílico, e incluso madera. Con este método de trabajo en capas, complejo, el resultado parece golpear, da a la obra obra una sensacion tridimensional. La piel de los modelos es lo que fascina a la mayoría de los espectadores: los retratos son sólo un pretexto en la exploración de esta parte del cuerpo humano. Busschers toma fotografías de sus modelos y hace estudios sobre las irregularidades de la piel, líneas, surcos y venas. Estos son enfatizados en el proceso de la pintura; la piel como un paisaje intrigante que se examina sobre manchas e irregularidades (Rutger Brandt)
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COMENTARIO
Annemarie Busschers a través de su obra quiere reflejar que las personas, cada vez más individualistas, autosuficientes no somos conscientes de la degradación del medio ambiente, de la pérdida de libertades con el pretexto de la seguridad y la negación a ver la inexorable destrucción de nuestros cuerpos con el paso del tiempo
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