Henri-Charles Manguin nació en París en 1874. Huérfano de padre a la edad de seis años, el y su hermana se criaron con su madre. A los 15 años, decidió dejar sus estudios para dedicarse a la pintura, así que cuatro años más tarde, salió de su casa, se trasladó a Montmartre y entró en el estudio de Gustave Moreau. Se hace amigo de Puy, Rouault y Valtat.
Se le conoce como el pintor de la alegría porque sus colores brillantes pero no violentos, llenos de armonía sin contrastes, transmiten un sentimiento de felicidad
En 1894 entró en la École des Beaux- Arts, donde se hizo amigo de Camoin, Marquet y Matisse. Se convirtió en uno de los fauves presentes en el famoso Salón de otoño de 1905 que les dio el nombre-
Ocupa un lugar en el fauvismo, justo por debajo de los grandes líderes, pero Manguin aporta a este movimiento una intensidad libre de ansiedad.
Algunos de sus bodegones y desnudos se relacionan con los de Matisse, pero los suyos tienen menos austeridad y severidad. El gran mérito de Manguin es que el nunca intentó superar sus límites. Manguin pertenecía al grupo de pintores que, antes de la Primera Guerra Mundial, dio al Salon d´Autome, en particular, un caracter distintivo, en la lucha contra la austeridad del cubismo con la visión de un mundo con alegría y color
Vivió en Suiza, Bretaña, Burdeos, Saint Paul de Vence, Sanary y Aviñón durante la guerra, regresó definitivamente a Saint-Tropez en 1949 y murió el mismo año.
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