Aunque se le incluye dentro del Simbolismo, el trabajo del belga Félicien Rops (1833-1898) es bastante singular e inclasificable. Ante todo, fue un gran dibujante que estéticamente se movió a gusto en la línea decadente de la segunda mitad del siglo XIX, con grandes influencias literarias sobre todo de Charles Baudelaire, con quien llegó a tener una importante amistad.
Practicó la ilustración y diseño de libros y, sobre todo, el grabado, en el que llegó a ser un consumado maestro y una de las grandes figuras europeas del momento. Ninguna técnica quedó al margen de su trabajo: aguatinta, aguafuerte, litografía...
Sus temas parecen apuntar a lo banal y puramente decorativo, sin embargo pronto se hace evidente una acidez crítica muy fuerte en alguna de sus obras, hasta alcanzar lo irreverente e incluso lo pornográfico.
Ref- artecreha.com-El_Arte_y_su_mundo
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