El nuevo centro comercial ‘A Laxe’ tiene divididos a los vigueses, principalmente aquellos que viven, trabajan o pasean habitualmente por el puerto. “Nos parece una aberración urbanística, es similar a una cárcel y encima nos impide ver la ría desde nuestra oficina”, explicó Luis Cabrera, trabajador de una agencia de viajes próxima. Aseguró que con la “operación Malaya a la gallega”, como definió a las construcciones que se están llevando a cabo desde el Concello de la ciudad, “vamos a poder llegar a Moaña andando”. Además, apuntó, “no entiendo por qué tiene que haber tanto centro comercial en Vigo, ya hay suficientes”.
Pero el nuevo edificio, de tres plantas de altura, no sólo afecta a las vistas de los edificios de enfrente. El mirador situado sobre los comercios de A Pedra también ha visto mermada su visión desde que comenzaran la construcción del inmueble. Mientras que hace unos meses el objetivo del telescopio divisaba la ría casi al completo, ahora el ojo del turista sólo disfruta de una gran pared negra. Vicente Alba es un vigués de 78 años aficionado a disfrutar del paisaje desde que era un niño. “Antes podíamos ver cómo llegaban los trasatlánticos hasta el muelle, cómo navegaban los barcos y en qué estado se encontraba el mar, ahora sólo una cosa negra que echa para atrás. Cuando me enteré de lo que iban a hacer no me pareció nada bien, confío en que el alcalde cumpla su palabra de llevar este mirador al otro lado de ‘A Laxe’ para que no se pierda. Sería una lástima acabar con un lugar tan bonito y tan turístico como este”, comentó Alba sin quitar la vista del andamiaje que aún permanece en la fachada del edificio.
Hubo más opiniones en este mismo sentido. “Si hubiera pedido permiso para hacer mi casa seguro que me lo hubieran denegado, está claro que hay intereses detrás. Luego dicen que quieren abrir Vigo al mar... no se entienden ni ellos”, aseveró Juana Méndez, propietaria de uno de los establecimientos de A Pedra.
El presidente de la asociación de vecinos Casco Vello, Henrique Macías, lucha desde que supo la intención del Ayuntamiento vigués de ‘dar vida’ a ‘A Laxe’. “Me puse en contacto con los responsables, incluso pensamos en tomar medidas judiciales para impedirlo, pero nos dimos cuenta que no podíamos hacer nada. Lo tienen todo muy bien atado. Por lo menos conseguimos que no tuviera tantos pisos como se esperaba porque querían hacerlo mucho más alto”, indicó.
El sector servicios
No todos se muestran en contra de ‘A Laxe’ como Luis Antonio Ferreira. Trabaja en una de las cafeterías situadas justo enfrente del centro comercial y tiene la esperanza de que “favorezca el negocio por que según tengo entendido en el interior no va a haber ningún restaurante.
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