Después de haber trabajado como rotulista, y haber visto a mi madre que pintaba cuadros que colgaba en el salón de su casa y a mi padre que nos ponía los letreros en los libros de texto del colegio, empiezo a pintar en 1989 en mi ciudad natal, Durango, México. La Escuela de Pintura de Durango, existe desde la década de los cincuenta, fundada por Francisco Montoya de la Cruz, pintor del movimiento muralista mexicano, formó Talleres de Pintura, Escultura, Grabado y Artesanías.
Cuando llegué a esta Institución, Montoya estaba por retirarse, la época de oro había acabado hace tiempo, y los talleres estaban prácticamente olvidados; tan sólo tres Maestros mantenían un entusiasmo en sus aulas: Donato Martínez, un anciano encargado del Centro, perteneciente al ex partido comunista, escultor y cofundador con Montoya de la Cruz; ellos llenaron de monumentos a héroes nacionales las calles de mi ciudad natal. Marcos Martínez Velarde, encargado del Taller de Dibujo y Modelado, que nos hacía trabajar incasablemente ante el modelo; y el maestro Guillermo Bravo Morán, quien había estado en el gran equipo de David Alfaro Siqueiros en Cuernavaca, Morelos, uno de los tres pilares del Muralismo Mexicano, único movimiento artístico contemporáneo por el que se conoce México en el mundo.
La enseñanza en los Talleres de esta escuela a la que ingresé, a pesar de tener a auténticos excombatientes con un sin fin de experiencias al lado de personalidades, no se transmitía, puesto que los artistas, no siempre o casi nunca saben enseñar, dejando así a los alumnos, que se desarrollaran prácticamente solos.. Haciendo uso de las instalaciones y algunos modelos que nos proporcionaban, formamos un grupo compacto, mi hermano mayor Oscar Mendoza, mi buen amigo Ricardo Fernández y yo. Empezamos por la Biblioteca de la Escuela, quizás la mejor en Arte de toda la Provincia, un tesoro que estaba olvidado, apolillado y humedecido, pues por esa zona habían muchas inundaciones. Cuando empezamos, las vitrinas no se podían abrir, por la humedad, y así, nos dimos a la tarea de clasificar los libros, y por supuesto leer todo lo que podíamos. Así, comenzamos a descubrir todo un mundo de movimientos artísticos que se incrementaron con el abstraccionismo en el siglo XX. Decidimos enclaustrarnos a trabajar encerrados día y noche en un Taller que nos proporcionaron dentro de la Escuela, con botes de chapopote, rollos de papel estraza, pigmentos y aguarrás.
La realidad siempre estuvo presente en mi inquietud de crear formas desde que ví por primera vez una ilustración de Vermmer, pero con tantos pintores que vi de principios del siglo XX, pronto empezé a enfocar mis trabajos hacia tendencias constructivistas, cubistas, expresionistas, e incluso la abstracción; el resultado fue una exposición que hicimos los tres, Ricardo, Oscar y yo en la Galería duranguense “Tlacuilos”. Tlacuilo significa pintor, en la lengua indígena nahualt. La muestra se denominó “Estratos, Arte Contemporáneo” (1990).
Quedamos instalados junto con los demás que habían sido seleccionados de las otras treinta y una provincias; recibíamos clases de todo tipo, y participamos en la elaboración del Mural mas grande que he visto en mi vida; dicho trabajo se encuentra aún realizándose en la cúpula del mercado de Cuernavaca. Su director es el pintor Silverio Saiz Zorrilla, un personaje vestido de militar con una capacidad de convocatoria capaz de mover cielo, mar y tierra; su equipo de trabajo era gente leal, formada en las calles que nos enseñaron estrategias de cómo sobrevivir de la pintura.
Después de medio año de trabajo en los murales de Cuernavaca, regresé a Durango, y busqué la manera de poder volver a aquella zona, al reencuentro con aquel lugar que sin duda, es de los centros culturales más importantes de América Latina.
Precisamente, en 1996, el Alcalde de Durango, Silerio Esparza, me encarga un retrato que me remunera con unos billetes de avión para España. Fue en este primer viaje a España, cuando conocí al crítico de arte y Catedrático Joan Peiró López, actual Director y Decano del Departamento de Pintura de la Universidad Politécnica de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y Vicerrector de Cultura de dicha Universidad, el cual me brindó una Beca alimenticia que me permitió permanecer durante un año en este país, haciendo una mezcla de pintura abstracta con realismo y teniendo la oportunidad de visitar el Museo del Prado y el Louvre de París. Fue tanto el impacto ver por primera vez todas aquellas pinturas de los libros de mi adolescencia, que la realidad llenó completamente el estilo en el que quería que se expresaran mis imágenes.
La conquista del Imperio Azteca por los españoles trajo sincretismos que produjeron un mestizaje que con el paso de los siglos no se ha modificado; esto ha dado lugar a una manera de sentir y de vivir que puede parecer una fantasía pero es real y que impregna cada parte de la vida….es como si se estuviese soñando…. Estos temas, hasta el momento, me hacen crear historias sin ningún pretencioso propósito mas que mostrar lo que he escuchado, sentido, disfrutado y vivido de los lugares por los que he pasado y de las gentes que me han llegado.
Mi trabajo personal, empieza a mostrar historias que tienden a un realismo mágico, imágenes que me remiten a las escritas por Juan Rulfo. Desde este momento, tanto mis temas como mi técnica, hasta hoy en día, mantienen historias que hablan precisamente de un sincretismo. Nunca pertenecí a un movimiento ni enseñanza concretos, pinto con un lenguaje que creo es el más universal, el figurativo, y trato de crear un mundo con gentes que pertenecen a cualquier lugar. Mis personajes son humanos y también símbolos con disfraz de humanos,, me gustan los cuentos y mentiras que platica la gente, porque se hacen mitos y leyendas que ellos mismos terminan adorando, no me gusta seguir normas que luego me impidan pintar escenas incoherentes, porque lo mismo me dá agarrar imágenes de aquí y de allá y ponerlas pegadas a mis terrenos, así como sucede en los sueños, tratando de no pensar demasiado en el por qué están ahí; aunque en ocasiones, de tanto que se repiten, los símbolos terminan diciéndote algo.
En el 2002, el FONCA, me concede por tercera vez otra Beca, y decidimos venir a vivir a España, donde me presentan con los empresarios, quienes adquieren mi obra más reciente.
"ACTUALMENTE VIVE EN ALICANTE ESPAÑA"
NACE EN DURANGO, MEXICO (1967)
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