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Jorge González Camarena (Guadalajara, Jalisco, 24 de marzo de 1908 - Ciudad de México, 1980) fue un pintor, escultor y muralista mexicano.
En 1918 se trasladó a Ciudad de México, donde ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos en 1922. Al finalizar sus estudios tuvo sus primeras incursiones en el mundo artístico por medio de la publicidad.
Sus padres fueron Arturo González y Sara Camarena, ambos originarios de Arandas. Tuvo siete hermanos, entre ellos Guillermo inventor de la televisión a color y con quien frecuentemente se confunde al muralista.
De niño tallaba guijarros, hacía cerámica en un horno construido por él mismo y elaboraba tiras cómicas protagonizadas por personajes de su invención, los Chiquinitos, las cuales vendía a sus compañeros de la escuela. Cuando su familia se mudó a la ciudad de México, el maestro de primaria Francisco Zenteno le recomendó ingresar a la Academia de San Carlos. A los 14 años, González Camarena comenzó a asistir a ésta, donde pronto se convirtió en ayudante de Gerardo Murillo, Dr. Atl.
Participó activamente en el movimiento estudiantil para llevar a Diego Rivera a la dirección de San Carlos e integró el consejo de maestros y alumnos destinado a formar un plan de estudios más avanzado.
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En 1932 se le comisionó para restaurar los frescos del siglo XVI del convento de Huejotzingo, Puebla. A raíz de ello publicó un estudio en la revista Futuro, descubriendo que en aquellos muros trabajó el último pintor azteca Marcos Cipactli, quien, de acuerdo con González Camarena, también pintó el lienzo original de la Virgen de Guadalupe.1 El pintor se integró a un cuarteto de música prehispánica en el pueblo de Huejotzingo, tocando la chirimía.
En 1939, pintó su primer mural, Alegoría de Zimapán, en el hotel Fundición, de Zimapán, Hidalgo.
En defensa de la obra, recuerda Marcel, “Salvador Novo comentó ‘no es si son morales o inmorales, sino si son murales o inmurales’. Finalmente, el temblor de 1957 le causó pequeñas grietas al edificio, pretexto suficiente para que las autoridades decidieran destruir la obra”.
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En la Universidad de Concepción, en Chile, está Presencia de América Latina, obra hecha en 300 metros cuadrados y que se reprodujo en una estampilla postal que conmemoró el 75 aniversario de esa casa de estudios.
En 1978, dos años antes de morir, pinta su último mural: Trilogía de Saltillo, en el cubo de la escalera principal del edificio de la Presidencia Municipal de Saltillo, Coahuila.
Militó por la salvación del fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, cuando, en 1953, pretendían destruirlo para construir en su lugar unas bodegas y un muelle. Para ello fundó el Comité Pro Defensa y Restauración del Castillo de San Juan de Ulúa.
A partir del 23 de junio de 1966, fue miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana.
Gracias a un concurso, realizó la representación pictórica del retrato escultórico de Michelangelo Buonarroti[, obra que se encuentra en la casa natal del artista italiano en Caprese. Por este retrato, el gobierno de Italia le otorgó al pintor mexicano la condecoración al Mérito en Grado de Commendatore della Republica. En 1970 obtuvo el Premio Nacional de Artes
A finales de la década de 1970, el gobierno de México le encargó a González Camarena un obsequio para el pueblo búlgaro, un San Jorge. El maestro fue invitado a Bulgaria a develar el cuadro, y las autoridades de ese país, encantadas con el cuadro, le ofrecieron realizar una exposición itinerante que recorrería varios países durante un año, comenzando por su capital Sofía, y concluyendo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Murió el 24 de mayo de 1980 debido a un derrame cerebral. Fue velado en el Palacio de Bellas Artes, donde se le rindió un homenaje nacional de cuerpo presente. Sus restos reposan en la cripta familiar en el panteón de Dolores.
La mayor parte de sus trabajos de caballete se encuentran en colecciones privadas, tanto nacionales como extranjeras, por ejemplo, el Museo Soumaya, Manuel Suárez y Suárez, o el acervo del empresario estadunidense Henry Ford. Otros de sus cuadros se encuentran en el Museo de Arte Moderno y uno de sus grandes coleccionistas fue el expresidente José López Portillo.
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