José Estruch (Sant Joan de l'Énova, 1835-La Pobla Llarga, 1907) tuvo una vida novelesca. De esas que habrían dado para una novela histórica o una biografía concienzuda con tintes míticos. Porque Estruch, artista polifacético que practicó todos los géneros artísticos, viajó a París en su juventud, conoció a Vincent van Gogh y Toulouse-Lautrec, dejó plantado a su mecenas madrileño cuando este le había proporcionado trabajo en la corte e incluso llegó a pintar, en un ataque de rabia, un mural con 12 figuras en el Parque del Retiro que, cuando se descubrió, llegó a ser comparado, en los círculos artísticos, con la obra de Goya.
José Estruch es conocido, al menos en los ambientes locales, como artista religioso. Sus reproducciones de cuadros de Ribera, Leonardo o Juan de Juanes le han procurado un hueco en los libros de arte. Pero su trascendencia es "mucho mayor", como indica Ramos: "Fue el precursor de la pintura gráfica e incluso de podría decir que inventó el cómic, ya que, en muchos de sus cuadros, introduce textos, a modo de bocadillos, en los que escribe mensajes subliminales con ironía sobre el entorno en el que vivía".
Cuando Sorolla quedó huérfano, Estruch lo acogió como maestro de dibujo. "Joaquinet, que no sabes pintar", le decía el veterano profesor a aquel joven que intentaba abrirse paso en la pintura.
De personalidad huraña, "misógino y misántropo", como lo define Ramos, Estruch era capaz de ponerse a dibujar en cualquier sitio. En casas particulares de Xàtiva o Manuel, en cafés de Valencia, el pintor de La Costera dejaba su huella en creaciones que, en la mayoría de los casos, son irrecuperables.
La propia casa familiar, situada en Manuel, que se conserva intacta, todavía contiene algunas de sus pinturas en paredes o rincones en los que él plasmaba su furia artística. De hecho, en muchos pueblos de la provincia de Valencia se pueden encontrar obras suyas, en iglesias o casas particulares.
Cuando Sorolla quedó huérfano, Estruch lo acogió como maestro de dibujo. "Joaquinet, que no sabes pintar", le decía el veterano profesor a aquel joven que intentaba abrirse paso en la pintura.
El País (archivo)
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