miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rafael Coronel





Rafael Coronel Arroyo es un artista y pintor mexicano. Nació en la ciudad de Zacatecas, en 1931. Fue yerno de Diego Rivera. Hizo estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura, en la Ciudad de México, y luego pasó a cursar estudios en la academia High American School. A partir de 1956 ha presentado exposiciones de su obra en México, Estados Unidos, Japón, Puerto Rico y Brasil. Ha obtenido el Premio Córdoba en São Paulo, Brasil, (1965) y el Primer Premio en la Bienal de Tokio, Japón (1975).
Sus pinturas tienen una sobriedad melancólica, e incluyen caras de los "últimos grandes amos", flotando a menudo en una calina difusa. Existe obra suya tanto en museos de México como en el extranjero. En lo que fuera el Convento de San Francisco de Almoloyan y de Asis (edificación del siglo XVI), de la ciudad de Zacatecas, se erige un museo que lleva su nombre; en él se exhibe su vasta colección de máscaras donadas por el propio artista.


Hermano menor de Pedro Coronel, Rafael Coronel sintió inclinaciones artísticas desde muy joven Estudió en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda y pronto desarrolló un lenguaje artístico muy singular. Su pintura acude a temas populares, sin embargo no podría decirse de ningún modo que sus tratamientos y soluciones sean producto de lo espontáneo o lo gratuito.
La vocación de pintor fue algo que Rafael traía de familia. Su abuelo decoraba iglesias, dibujaba las guirnaldas que adornaban las paredes. Cuando su padre le platicó que Pedro, su hermano, estaba estudiando pintura en México se le hizo una de las mayores pérdidas de tiempo y una gran tontería que había pasado en su familia. En aquel tiempo los pintores jóvenes no comían de la pintura; ni los viejos, que además de pintar, tenían que dar clases en las academias. De 1947 a 1949 –cursó la educación preparatoria en el Instituto de Ciencias de Zacatecas, conocido actualmente como la preparatoria número uno de la Universidad Autónoma de Zacatecas.


 





 Rafael Coronel ya no era el adolescente que soñaba con ser futbolista, a pesar de que siempre le gustó dibujar. "Creía que el arte no daba para comer, pensaba que la pintura se hacía como complemento de cualquier otra profesión, no tenía ni idea de que existían pintores profesionales". Cuando Rafael fue a la Ciudad de México quería ser futbolista en el equipo América. Pero a su padre le prometió que estudiaría contaduría. Al llegar al Distrito Federal, se entusiasmó por la arquitectura. En 1952 ganó un concurso de pintura que organizó el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana. Era un cuadro que hizo con crayolas de cera sobre cartón (La mujer de Jerez), porque no tenía dinero para comprar óleos y telas. De esa forma ganó una beca anual de 300 pesos al mes, con los cuales podía sobrevivir y dedicarse a pintar. "Traicioné a mi padre, pero le hice un bien a la patria."dijo Rafael. Fue la primera vez que expuso en el Museo del Palacio de Bellas Artes. El requisito para que la beca fuera efectiva tenía que estudiar pintura en alguna escuela, así se inscribió en La Esmeralda, de donde lo expulsaron dos meses después porque no hacía lo que los maestros querían. Un día, el pintor Carlos Mérida le recomendó con Inés Amor, la dueña de la Galería Arte Mexicano (GAM), que entonces era la que manejaba a los grandes artistas como Rufino Tamayo, Gunther Gerzso, Diego Rivera. Antes de entrar con Inés sólo había vendido dos cuadros, a un amigo de su hermano Pedro y otro a un tío que me lo compró en abonos. Desde que llegué a la GAM, agarré ritmo.


La intención del artista zacatecano en aquella época "dominada por el boom del muralismo", era "mostrar el ser humano latinoamericano sin ponerle adornos como Diego Rivera, que le ponía alcatraces, o David Alfaro Siqueiros banderas, y José Clemente Orozco llamas. Cuando se deja la pintura sola es cuando se llega al énfasis humano más alto, a la representación más pura del hombre, como los retratos de Rembrandt, que no tienen más que luz y un poco de sombra", recuerda el creador.
Coronel es un hombre solitario. En 1969 murió su esposa Ruth, hija de Diego Rivera y Lupe Marín, y madre de su único hijo, Juan. Ha tenido "una que otra novia", con la que a veces se va "de vago por el mundo, pues con frecuencia me sucede que me pongo a aullar como hombre lobo por no saber qué pintar. Viajar refresca mi visión acerca de México y renueva el instinto impulsivo que me hace estar frente al lienzo, como en un confesionario, con mi pincelito, dale y dale".


Sus amigos son pocos, ya no hace esas fiestas semanales a las que, en los años sesenta, asistía "medio México, todos los intelectuales de la ciudad, desde mis amigos pintores como Francisco Corzas, Arnaldo Cohen, y Salvador Elizondo, a Paulina Lavista, o Alejandro Jodorowski, o Emilio El Tigre Azcárraga, que siempre me trató como rey. Eran borracheras de dos o tres días, pero por lo regular, muy interesantes. Las hacíamos en el estudio de Diego Rivera -que para ese entonces ya había muerto-, en la colonia Altavista".


Rafael Coronel trabajó durante veinte años en el taller de su suegro, dice que ahí realizó las mayores producciones plásticas que ha logrado. Desde 1981 vive en la ciudad de Cuernavaca, en una casa rodeada por una barda llena de gráfitis que parece resguardar un terreno abandonado. Con motivo de sus 80 años en septiembre del 2011 se inauguró en Bellas Artes “Retrofutura”, una muestra de 109 obras de las que Rafael creó 18 ese mismo año. Estas obras rompen con trabajos anteriores de Coronel, porque “dentro de la misma figuración, hay unos personajes decrépitos.

 Lo interesante es que pone el foco en el final de la vida de las mujeres y los hombres, en la vejez; es diferente porque nos tenía acostumbrados a ver la vejez redimida; en estos cuadros, la vejez se presenta como la decadencia, nunca había explorado esa parte”, según Juan Coronel Rivera, el hijo del artista. El maestro Rafael Coronel ha decidido en los años recientes de su vida, no hacer apariciones públicas y dedicarse a vivir en los poblados indígenas, principalmente en los municipios, comunidades o aldeas de los estados de Oaxaca y Guerrero, en los cuales va adquiriendo las artesanías propias del lugar, principalmente las máscaras para engrandecer sus colecciones en los museos en los que tiene presente su obra.Su hijo, Juan Coronel, quien también es un extraordinario artista plástico, es el responsable de organizar y coordinar las exposiciones que del maestro Rafael Coronel se realizan en todo el mundo.


Durante este año 2011 se han estado realizando diferentes eventos para conmemorar el aniversario número 80 de su nacimiento del Maestro Rafael Coronel en todo el país. En el Estado de Zacatecas, de donde es originario se han realizado diferentes exposiciones y eventos culturales para festejar al maestro, contando con su valiosa presencia en el mes de septiembre.
Se distinguen dos etapas en su obra: la primera figurativa, hasta 1960, y la segunda (a partir de 1970) abstracta, caracterizada por un estupendo manejo del color y la luz. Su plástica reproduce motivos prehispánicos


Museo "Rafael Coronel"

El convento de San Francisco fue el primero que se fundó en la provincia de Zacatecas en el año de 1567, construyéndose al igual que su Templo. El 7 de diciembre de 1648 se incendió el Templo, y el 5 de marzo de 1949 se inició la reconstrucción.
En sus salas resguarda un acervo de más de 16 mil piezas entre máscaras, dibujos, ollas, terracotas, objetos prehispánicos, títeres, exvotos, cuadros, artesanías, instrumentos musicales y muebles coloniales. Su colección de máscaras es considerada como la más grande del mundo. Posee también una colección de obras de Diego Rivera, entre las que se encuentra el estudio del autorretrato de Diego niño para el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, obra que se exhibe permanentemente en el Museo Mural Diego Rivera, en la ciudad de México.


En el museo se muestra una exposición que contiene máscaras con temas como ; el diablo, la cuaresma, la pascua, semana santa, el viejo de la danza, la danza del venado, animales etc. Estas mascaras son obras del artista. Sin embargo la mayoría de las exposiciones mostradas en el museo muestran las colecciones que él tenía, como lo es la sala de la olla, en donde numerosas figuras prehispánicas son mostradas en una variada exposición. En la sala Las tandas de Rosette se exhiben una colección de títeres del siglo XIX y XX.

 

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