PAULA REGO: "NO CONSIGO LA OBRA QUE QUIERO"
Leo esta entrevista en la hemeroteca del PAIS (18 febrero 2012) y no me resisto a ponerla aqui en el blog. Para mi es mi MUJER ARTISTA del siglo XX-PAULA REGO
Como en los cuentos infantiles, en los
cuadros de Paula Rego (Lisboa, 1935) los
animales tienen cualidades humanas.
Forman parte esencial del relato porque
encarnan, a menudo, a personas clave en la
biografía de la artista o, incluso, a ella
misma. En su obra Coneja embarazada
contándoselo a sus padres, de 1982,
Rego recrea un episodio muy anterior, el
momento en el que la artista anunció a su
padre su propio embarazo, resultado de
una relación con un hombre casado, el
artista británico Victor Willing, con el que
contraería finalmente matrimonio en 1959.
Willing falleció en 1988, tras luchar casi dos
décadas contra los estragos progresivos de
la esclerosis múltiple. Cuidarle, alimentarle,
darle las medicinas, era un proceso duro
que la artista plasmaría en una serie de
cuadros, Niña y perro, en los que Willing
está representado como un perro y ella, como una niña empeñada en rasurarle, o en abrirle las
mandíbulas para hacerle tragar una medicina.
Con 76 años cumplidos, Paula Rego es hoy una de las grandes artistas figurativas del panorama internacional, y una de las más poderosas voces femeninas de la pintura contemporánea.
PREGUNTA- Usted es una artista figurativa ¿Que opina de la obra de Antoni Tapies, que acaba de morir?
RESPUESTA. Sí, me enteré por los periódicos. Era un artista grandísimo. Vi una exposición suya hará unos tres años, en Barcelona, magnífica. Siento mucho su pérdida.
P- ¿Nunca el ha tentado la pintura abstracta?
R. No, no he hecho arte abstracto. Hace tiempo hice muchos collages que pueden parecer abstractos, pero no lo son, eran collages que contaban historias. Luego lo dejé, y empecé a hacer grandes cuadros figurativos. Siempre me ha gustado contar historias.
P- Los relatos que escuchaba en su infancia, en Portugal
R. Sí, tenía una tía que me contaba historias continuamente. Empezaba por la mañana, a mediodía, y terminaba por la noche. Me pedía qué quería escuchar y se pasaba todo el día así, contándome cuentos hasta la hora de la cena. Mis obras son relatos, siempre estoy contando algo.
Rego, hija única, nació en una familia acomodada en Lisboa. Su padre, ingeniero electrónico, dejó el país para trabajar en el Reino Unido cuando ella tenía apenas 18 meses. La madre le acompañó y la niña quedó al cuidado de la abuela hasta que regresaron, cuando había cumplido los tres años. Paula estudiaría en un colegio británico en Portugal y terminaría sus estudios en Londres, adonde llegó con apenas 16 años, cuando todavía funcionaban las cartillas de racionamiento. Allí terminó el bachillerato y consiguió ser admitida en un prestigioso centro de arte, la Slade School of Art. En la Slade, Rego aprendió a dibujar y a pintar al óleo, un material que usó durante un tiempo, pero al que ha renunciado completamente seducida por el pastel.“Creo que fue en 1993 cuando empecé a usar pastel. Hasta entonces utilicé óleo también acrílico, pero el pastel es maravilloso porque es casi igual que dibujar, uno ataca el papel o la tela o lo que sea, como con el lápiz, y hace una línea y es verdaderamente muy satisfactorio. Es como dibujar, agresivo y tierno al mismo tiempo”.
P- Creo que ahora le interesa la belleza de lo grotesco
R. Sí. No conozco a muchos artistas contemporáneos que recurran a lo grotesco, pero todos los grandes maestros del pasado lo han hecho. Fíjese en Goya, siempre hay algo grotesco en su obra, y hay miedo. El miedo es algo muy presente para mí. Pero tiene que tratarse de una historia verdadera, si no es un aburrimiento. Las historias antiguas eran maravillosas. Además, son las historias con las que me he criado.
P-Y sobre ellas se puede trabajar con imaginación
R. Por supuesto. A veces uno no sabe qué hacer, y lee un poco de un libro, y de repente surgen las ideas, y uno empieza a ilustrarlo. Y se mezclan con otras ideas, de forma que va cambiando constantemente.
Cambiar una historia, transformar incluso a los personajes, es lo que más le gusta a Paula Rego. Desde hace años utiliza como modelo a Lila Nunes, la enfermera que cuidó a su esposo durante su larga enfermedad. También Tony, el actual compañero de la artista, le sirve de modelo. Una y otro aparecen bajo apariencia femenina en sus cuadros. Por ejemplo, en el titulado Olga, Tony es el personaje central, una mujer vestida de negro, con melena rubia, que sostiene una especie de guitarra mientras una niña está inclinada sobre ella, con la cabeza hundida entre sus piernas, en una posición inequívocamente sexual.
Rego se ha reconocido siempre como una artista feminista que da testimonio del mundo femenino. En sus cuadros, las mujeres son omnipresentes. Y no suelen ser frágiles. Más bien sólidas damas, musculosas, con rostros que denotan dureza y determinación. Es como si quisiera reescribir la historia, cambiar el mundo en sus pasteles, siempre un poco ácidos. “Cuando era niña, en Portugal, las mujeres llevaban una vida tan difícil, tan dura, tan dolorosa en aquella etapa del fascismo. El aborto no era legal, pero se producían abortos continuamente, y era injusto, y me indignaba mucho. Hice una pintura sobre un ángel vengador en la ilustración sobre el padre Amaro, [la novela de Eça de Queiroz El crimen del padre Amaro]. El ángel final venía a vengar a Amelia, a la que el cura deja embarazada y muere. Es algo muy triste. Mucha gente abortaba y moría.
P- En sus ultimos grabados hay una denuncia de la ablación tambien. Es usted una artista batalladora ¿Cree que el arte puede cambiar el mundo?
R. Claro, es el arma de los artistas. Uno no tiene que ir por ahí disparando contra nadie. Podemos atacar al sistema a través de la pintura. Si se tiene algo que decir, se dice a través de la pintura, aunque no siempre se entiende. Por ejemplo, cuando hice la serie sobre los abortos en Portugal [una serie de cuadros de protesta cuando se retiró la ley que permitía el aborto a las diez semanas de embarazo] nadie se dio cuenta de lo que significaban. Y los críticos se limitaron a decir que tenían colores muy bonitos. Ahora que el aborto está legalizado, empiezan a entenderlo.
P. Sus esposo era un artista consagrado ¿ No era dificil convivir con otro pintor?
R. No, porque él era muchísimo mejor que yo, era un verdadero artista. Era ocho años mayor y un buen pintor,
mientras yo cortaba pedacitos de papel, contando historias y jugando. No estaba haciendo arte. Y me gusta mucho hacer arte, pero también me gusta contar historias.
mientras yo cortaba pedacitos de papel, contando historias y jugando. No estaba haciendo arte. Y me gusta mucho hacer arte, pero también me gusta contar historias.
P-Pero usted tambien hace arte
R. No sé…
Rego, que ha vivido a caballo entre Portugal y Reino Unido, es una artista con doble identidad. “Tengo la nacionalidad británica porque me casé con un británico. Me gusta Londres y llevo viviendo aquí desde hace muchísimo tiempo. Tengo mi estudio. En Portugal, la verdad, no me queda mucho. Londres me gusta, aunque la ciudad que me gusta más es Madrid, me gustaría vivir ahí, pero es difícil porque no hablo español”.
P-Portugal es su fuente de inspiración, pero ¿De que manera ha marcado el Reino Unido su trabajo artistico?
R. Venir a vivir aquí fue fundamental para mí. En aquellos tiempos, Portugal era un país de mentalidad estrecha, donde imperaba el fascismo, era muy difícil vivir allí.
Había una atmósfera de miedo y mi padre decía que me tenía que ir, que no era un país para mujeres, y tenía razón. Me envió a Londres a terminar mis estudios y luego a la Slade School of Art. Donde aprendí a dibujar.
Había una atmósfera de miedo y mi padre decía que me tenía que ir, que no era un país para mujeres, y tenía razón. Me envió a Londres a terminar mis estudios y luego a la Slade School of Art. Donde aprendí a dibujar.
P. Por tanto, se siente una artista británica.
R. Eso da lo mismo. Lo que soy es una artista que relata, que cuenta historias con sus cuadros, historias que en realidad son más portuguesas que británicas. Además me traje aquí muchas cosas: la ropa de mi madre y de mi abuela, y la utilizo para mis cuadros. En Portugal no puedo pintar. Tengo que alejar de allí todas esas cosas, traérmelas, ponerlas aquí juntas en mi estudio, y la diferencia es enorme. Allí no puedo.
Es como si en Portugal la artista sufriera algún bloqueo. Desde la década de los sesenta, poco después del fallecimiento de su padre y de que a su marido le fuera diagnosticada su enfermedad, Paula Rego sufre episodios depresivos. Algo similar a lo que le ocurría a su padre, que guardaba un silencio profundo en las sobremesas, sumido en un dolor incomunicable.
Rego recurrió a un analista jungiano y el análisis, según confesión propia, ha dado nuevo impulso a su trabajo. “Ha sido muy importante para mí porque libera la imaginación, porque no tienes tanta conciencia de ti misma, y te permite perder el miedo y sentirte libre”.
P.-Es cierto que le interesa cada vez más la pintura a medida que envejece?
R. Sí, es cierto, pero el trabajo es más difícil cada vez. Ya no es tan fácil sentir esa espontaneidad inicial. Pero cuando consigo algo es verdaderamente maravilloso. Y me da mucha satisfacción.
P- supongo que siente tambien la satisfacción de ser una artista de éxito
R. No me siento en absoluto una triunfadora. Quiero decir que me encanta poder exponer mi obra en diferentes países, pero no consigo hacer la obra que quiero hacer. No consigo hacer cosas verdaderamente buenas. Pero sigo intentándolo y tal vez, en algún momento, consiga hacerlo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario