jueves, 17 de abril de 2008
ANTONIO QUIRÓS
ANTONIO QUIRÓS
(Santander, 1912 - Londres, 1984)
Representante del expresionismo figurativo contemporáneo español, comienza su formación artística asistiendo a las clases del pintor academicista Camollano. En una primera etapa, cabe destacar la influencia, a veces ausencia, de su tía la pintura cubista María Blanchard. Se trata de las primeras obras de los años treinta donde Antonio Quirós emula las fórmulas del cubismo: la descomposición de los cuerpos en formas geométricas.
Su verdadera relación con la vanguardia artística se inicia de la mano de grandes escritores como Gerardo Diego y Federico García Lorca aunque el estallido de la guerra civil viene a cerrar ese episodio. Tras luchar en el bando republicano se exilia como tantos otros a Francia. Su actividad artística no se iniciara de nuevo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. En París y tras asistir a las clases de la Academia Julian y de la Grande Chaumére consigue realizar las primeras exposiciones individuales y colectivas que, poco a poco, le abren camino hacia Cannes, Ámsterdam, Estocolmo y muchas otras ciudades. Su pintura ha cambiado notablemente y se centra, en esos momentos, en la vía de la abstracción europea donde cabe destacar el aumento de la materia.
Bodegón
Muy pronto regresa a su cuidad natal donde cambia de nuevo de registro pictórico ahora centrado en la renovación figurativa de la pintura española. En 1951 se instala en Madrid y, cinco años más tarde, consigue realizar su primera exposición individual en el Ateneo que le sirve de trampolín para comenzar a ser conocido. En 1953 participa en la Exposición Internacional de Arte Abstracto celebrada en el Museo de Bellas Artes de Santander y en 1960 en la de El Retrato Español Actual que organiza el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Sus obras como en estos Personajes se pueblan de seres extraños que habitan atmósferas y ambientes tenebrosos. Personajes inertes, enigmáticos, misteriosos, esotéricos sumergidos en el mundo de la enajenación y resueltos con gruesas pinceladas de colores fríos que arañan el lienzo y se completan con una capa de esmaltado final aumentado esa sensación de delirio y desequilibrio típico del expresionismo figurativo. Antonio Quirós dio forma a un mundo personal compuesto por personajes deformados, máquinas y otros artilugios que deforman la realidad constantemente y la despojan de todo sentimiento.
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