Alrededor de 30 cuadros y 20 esculturas testimonian en el IVAM ( Valencia, España ) la última década de trayectoria de este artista aupado al podio de los grandes de la “nueva figuración” española. Una retrospectiva, guiada por el hilo conductor de la reinterpretación, que presenta el avance de Arroyo dentro del campo escultórico.
La década del cambio
Recogiendo el testigo dejado por el Museo Reina Sofía en el año 1998, la presente exposición toma el relevo con esta muestra dedicada a los últimos diez años de trayectoria de Eduardo Arroyo, década marcada por una evolución artística importante. A destacar, por encima de cualquier otra consideración, su producción escultórica, caracterizada por el empleo de temas extraídos del rico universo generado por el imaginario mitológico e icónico.
A contracorriente
Reconocido hoy día como una de las principales figuras de la vanguardia contemporánea en España -lejos queda ya su expulsión en época franquista- Eduardo Arroyo ha logrado que su obra, provocadora como ninguna, cuelgue de las paredes de instituciones públicas de todo el país. Un final de viaje, hasta el momento, para un artista al que la palabra “reaccionario” le ha sido atribuida tantas veces como obras satíricas ha pintado.
Literatura y arte de la mano
Cuentos, leyendas o mitos, literatura al fin y al cabo, conforman el mundo de referencia de la obra de Arroyo, algo especialmente visible en una exposición donde las secuencias narrativas, siempre punto de partida de una metáfora plástica, se plasman en grandes cuadros y esculturas. Un paso más en el camino de este maestro de la reinterpretación del préstamo, no siempre partícipe de aquello que consideramos “real”, a partir del cual consigue narrar su propia historia
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