jueves, 12 de junio de 2008
Antonello da Messina
Siciliano de nacimiento, Antonello da Messina fue un caso atípico: era frecuente durante el siglo XV que los artistas flamencos adoptaran las novedades de los renacentistas italianos; lo que no era tan usual es que un pintor del Quattrocento adoptara las novedades flamencas. Esto es lo que Messina hizo, realizando una perfecta síntesis entre lo nórdico y lo mediterráneo, de tal manera que causó hondo impacto en otros pintores del sur italiano, y también de Venecia, puesto que viajó al taller de Bellini en aquella ciudad. Resulta sorprendente la adaptación que Messina hizo de las teorías empíricas del espacio, propias de los flamencos, disponiendo de las mediciones matemáticas de los quattrocentistas. Vasari consideraba que había sido discípulo de Van Eyck y que de ahí le venía la influencia; sin embargo, parece que Messina no viajó por Flandes o los Países Bajos. El secreto de su éxito en Venecia estribó en varios factores. Uno de ellos fue que enseñó en el taller de Bellini el dominio del óleo que aunque era conocido se manejaba torpemente. Por otro lado, impactaron mucho sus retratos de tres cuartos al estilo flamenco, pero con un aire italianizante y moderno diferente a los retratos de Memling que se importaban en aquellos años desde Brujas. Su obra más importante, el Cristo muerto sostenido por los ángeles, se encuentra hoy día en las salas del Museo del Prado de Madrid.
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