OTRO BLOG DE CINE INTERESANTE
http://chainedtothecinematheque.blogspot.com/
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En este momento voy a hacer un inciso. Yo subo "cosas" al blog, pero no os creais que no sufro ni padezco. A veces tengo la sensación esa DE LA LOCURA COLECTIVA, o participas o eres casi UN FUERA DEL CONOCIMIENTO.
Admiro al QUE CREA. ¿Que importa que uno tenga dinero, que posea cosas si no consigue adentrarse en el mundo de la creación?
Pero........ y esto lo digo riendome, siento tambien que nos metemos en el mundo del PAPANATISMO.
A ver, por ejemplo, me corto un dedo y si consigo crear una teoría filosofica sobre el corte, mi sangre y lo que ha cambiado MI EGO debido a la herida HE TRIUNFADO, ja ja.
Hoy he encontrado un blog, EL BLOG DE RANDY
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http://blogderandy.wordpress.com
Cineastas a los que pegar un tiro: Peter Kubelka
Hasta ahora hemos hablado de películas rematadamente malas, de filmes que nadie en su sano juicio quiere ver. Hoy, la racha va a cambiar. Hoy voy a contaros la historia de dos personas: La primera es Peter Kubelka, un director austriaco que es admirado por un nutrido grupo de cinéfilos sin nada mejor que hacer. La segunda soy yo cuando descubrí a Peter Kubelka y supe que algún día me vengaría de él en un lugar como éste. Kubelka pertenece a la segunda vanguardia artística austriaca (¡¡No!! ¡¡No huyais!! ¡¡Dejad que os culturice!!), y se enmarca dentro de un grupo de artistas experimentales que se juntó alrededor de los años 60. Yo me imagino sus reuniones como un lugar donde beber absenta y escaparse de sus mujeres con la excusa de ir a hablar de cine métrico (ya sabeis, típicas excusas: Fútbol, toros, amigotes, cine métrico experimental austriaco), porque si no, no se explica la obra de este señor. No es ya sólo que dure en total cincuenta minutos (cincuenta minutos en cuarenta años. Y luego nos quejamos de que Spielberg trabaja poco), sino que es una tomadura de pelo absoluta. Ahora imaginaos al pobre Randy, sentado en primera fila en la clase de Historia del cine, cuando el profesor, entre lágrimas de emoción (me gustaría estar exagerando) les anuncia que van a ver la que para él es la mayor obra maestra de la historia del cine. Ciudadano Kane es Los tomates asesinos se comen Francia comparado con ésta Arnulf Rainer. Primero vedla. Después discutimos sobre su valor simbólico y los inteligentes juegos de cámara.
No, el video no se ha subido mal. Es así. Rodada en 1960, Arnulf Rainer fue llamada así en agradecimiento a un artista llamado Arnulf Rainer, que tenía demasiado dinero y tiempo libre y decidió darle billetes y billetes a Kubelka para que hiciese sus investigaciones sobre métrica cinematográfica (supongo que esperando filmes llenos de ritmo a lo Silly Simphonies). La verdad, se podía haber metido el dinero por el orto o habérselo gastado en irse de pilinguis. Porque me imagino al pobre hombre, después de haber pagado varios millones, viendo ésta especie de cosa de seis minutos, al lado de Kubelka, intentando parecer inteligente y haciendo como que capta el espíritu de la obra, sintiendo que ha desperdiciado más dinero en una obra cinematográfica que el productor que decidió financiar Grease 2. O sea, ¿cómo hablamos de ésta cosa? ¿Cómo le explicas a tus amigos lo que acabas de ver? Puedes vomitar en un lavabo, pero quizá alguien no pillara el simbolismo.
Años después, el profesor quitó la cinta de video, lamentándose de que no estuviese en una calidad superior. Lo juro, se quejó de la calidad de éstas luces raras, y es que el Kubelka éste, por lo visto, quería que la película se proyectase desenfocada y fuera de los límites de la pantalla. Con dos cojones. Si vas a tomar el pelo, hazlo en condiciones y no te quedes a medias, muy bien, Peter. Y nuestro profesor, insistiendo en que no había mayor obra maestra que ésta: Luz, sombra, sonido, silencio. Los cuatro componentes del cine juntos de la manera más minimalista posible. A uno le dan ganas de comentar que en Jungla de cristal III también hay luz, sombra, sonido y silencio, pero además hay un argumento y John McClane reparte toñas, pero atrévete a abrir la boca por si acaso. El profesor nos miró, sediento de sangre y de que nos durmiéramos aun más (que ahora imaginaos mirar entero Arnulf Rainer a las nueve de la mañana de un viernes, vaya. Sólo sobreviven los valientes), y nos puso otra de sus grandes obras, Adebar.
AQUI DEBERIA METER ADEBAR, PERO YA NO ESTA EN YOUTUBE
Esta cosa fue lamada Adebar porque se la financió el bar Ade en 1957 (los tres, cuatro duros que haya costado). En serio, ésto de la promoción es bastante patético. Kubelka me parece el típico tío que haría una felación a cambio de que le regalaran una camiseta de promoción de Nocilla. Me llamó siempre la atención lo del bar. ¿Por qué demonios iba a querer un bar una cosa como ésta? Sombras bailando con música repetitivamente odiosa (ríete de Superman 64), en un blanco y negro chungo, cual anuncio de iPod primitivo. ¿Qué hacían, lo ponían los sábados por la noche en pantalla gigante? El Bar Ade tenía que ser la envidia de Austria. Videos experimentales de artistas modernos, wow, no hay cosa que le guste más a la muchachada.
Randy, mientras, se pegaba cabezazos contra la mesa, esperando que la tortura acabara pronto. Y el profesor erre que erre con que las obras maestras no tienen por qué tener historia. Y que ésta lo era porque –atención, comprobadlo vosotros mismos- la música repetida tiene una duración de un segundo (26 fotogramas), y los ocho planos repetidos una y otra vez duran o bien 13, o 26 o 52 fotogramas. Y el último de cada plano, se quedaba congelado. Además, la imagen cambia de positivo a negativo y de negativo a positivo. O sea. ¿Sabeis cuando empezais a trastear con el Windows Movie Maker? Esas primeras cosas que todos hemos hecho alguna vez para ver como va lo de los tiempos y como hacer títulos de crédito, que tiramos a la papelera de reciclaje y ni siquiera subimos a Youtube antes. Pues ESO es arte, amigos, y no lo sabiais hasta ahora. Es como el tipo que expone cinco lienzos en blanco y dice que tratan de la descontextualización del mundo del arte como perspectiva simbólica. Simplemente no hay huevos para decirle que se calle un rato. Lo mismo con Kubelka, si hubiese tenido a alguien que le dijese “Eh, tío, dejalo ya, pesao”, o si hubiese follado un poco más de lo que lo hizo, igual no nos hubiéramos tenido que tragar sus cincuenta minutos uno detrás de otro.
Y es que después de Adebar y Arnulf Rainer vino Afrikareise (un compendio de trece minutos de un viaje que hizo a Africa. Imaginaos una mezcla entre los videos de las vacaciones de tía Carlota y los dos videos de hoy, y dareis con la definición de infierno), Schwechater y Pause, otro video del estilo. No os los pondré, tranquilos. Tirad de eMule si os sentís, por alguna razón, altamente interesados en ellos. Personalmente, se me quitaron las ganas de volver a ver cine experimental. Como para que ahora me vengan cuatro listillos diciendo que Matrix y Blade runner son cine experimental. Al próximo que me diga que Blade runner es cine experimental, le voy a hacer una sesión continua de Arnulf Rainer. Dos horas viéndola, pam, pam, pam. Dime ahora lo que es cine experimental, capullo. En fin, lo peor siempre es el aftermath, quien se ha quedado picueto y, tras el shock, confía en Kubelka como su nuevo dios, e intent imitarle, dedicando sus fabulosísimas creaciones al maestro. Se podían dedicar a hacer calceta, pero no cuela, no.
Y es que, obviamente, no llegan al estupendo nivel de abstracción y magnetismo que las obras de Peter Kubelka sí logran. Ése fundido entre blanco y negro, ese sonido, ése sentimiento a tomadura de pelo continua, sólo comparable con el tipo que metió un váter a un museo…Kubelka se ha hecho un nombre en la historia del cine por méritos propios (y el pobre Arnulf Rainer también, que debe estar arrepentido de haberle dejado dinero al muchacho). Nunca antes habría creído que una película me iba a dejar sin palabras para expresar mis sentimientos hacia ella durante tanto tiempo. Después, eso sí, empecé a soltar y no he parado hasta el día de hoy. Y es que, si cualquiera de nosotros presentara un corto como éste a clase, estaría automaticamente suspendido. Y Kubelka no. No lo entiendo.
Por cierto. Si estáis interesados. Siete meses después, Kubelka nos cayó en el examen en vez de Orson Welles o Billy Wilder. Desde entonces, estoy ahorrando para ir a Austria a escupirle en un ojo y luego quemar su casa, o viceversa. Y eso que aprobé el examen con nota.
PD: Perdón por haceros partícipes de mi venganza personal. Si alguien ha quedado dañado por las imágenes de hoy, que llame a mi abogado. La semana que viene volvemos con pelis malas pero divertidas. Lo juro.
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