domingo, 8 de junio de 2008
John Constable
El campo de trigo
La catedral de Salisbury vista des del río, con la casa del archidiácono Fisher, rasguño
Paseo marítimo y puente colgante de Brighton
Bahía de Weymouth
Playa de Brighton con barcos de vela
Mar con nubes de llúvia
Esclusa y molino en Dedham (Dedham Mill)
Malvern Hall
Retrato de Maria Bicknell
La casa del almirante en Hampstead
(East Bergholt, Suffolk, 1776 – Londres 1837)
John Constable, pintor británico. Su infancia transcurrió en el ambiente rural de los molinos de Dedham y Flatford, que pertenecían a su padre, un rico molinero y miembro relevante en su comunidad. En esa época asistió a algunas clases, pero básicamente fue autodidacta. A partir de 1795, realizó frecuentes viajes a Londres, donde trabajaba como dibujante topográfico. En 1799, entró como alumno en la Academia Real, en cuyo Salón expuso en 1802.
Fue ese mismo año cuando rechazó ser profesor de dibujo en la universidad militar de Marlon. Constable había decido hacerse pintor paisajista profesional. Acuarela, tiza y lápiz siempre le acompañaban para realizar sus dibujos de senderos, cabañas y puentes de las cercanías de su entorno.
Fue aconsejado y estimulado por Benjamin West, cuya influencia queda patente en el retablo de la iglesia de Brathem (1804). Sin embargo, fueron especialmente Gainsborough, los maestros neerlandeses y Girtin quienes influyeron en la obra del gran paisajista, cuya huella será profunda en los pintores, de Fontainebleau, de Barbizon y en el movimiento romántico en general. Su Carreta de heno (1821, Galería Nacional, Londres), decidió su triunfo en el Salón de París.
Constable fue uno de los primeros en pintar paisajes al aire libre. En 1810 pintó el primero. En 1819 viajó a Venecia y Roma, ciudades en las que conoce los paisajes clasicistas de Claudio de Lorena y de Nicolas Poussin. Frecuentaba también Hampstead, donde, entre 1821 y 1822, hizo una serie de estudios de nubes anotando la hora y la fecha exacta de la realización, incluso a veces el tiempo que hacía.
Incomparable maestro de los verdes y de los reflejos de la lluvia sobre los árboles, Constable se muestra al mismo tiempo realista minucioso y romántico exaltado, y cuando estas tendencias se equilibran nacen sus obras maestras: La catedral de Salisbury vista desde el jardín del obispado (1823, Museo Victoria y Alberto), El campo de trigo (1826, Galería Nacional, Londres), Castillo de Hadleigh (1829). Nadie ha sabido captar como él el aspecto húmedo de la campiña inglesa y su cielo plomizo.
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