Pobra do Caramiñal (A Coruña 1947 – Segovia,1989.
Natural de un pequeño pueblo coruñés, con nueve años se trasladó con su familia a Segovia, ciudad en la que desarrolló toda su carrera artística. Inició sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1965, y tres años después ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Academia de San Fernando de Madrid. Su primera exposición individual tuvo lugar en la Galería Fort de Tarragona en 1970. Durante estos primeros años (1970-1975), Baixeras se alejó de las corrientes dominantes (neoabstractos, conceptuales y minimalistas) para hacer una pintura de marcada inclinación figurativa, apoyada en un dibujo de trazo limpio, firme y suelto con el que crea un mundo mágico poblado de signos y seres fantásticos.
En 1976, coincidiendo con el cambio político español, su obra experimenta un cambio notable, produciéndose entonces el verdadero punto de inflexión en su carrera. Recibió la influencia de la corriente abstracta del grupo barcelonés Trama y también de los franceses Support-surface, iniciando una trayectoria que tiene sus hitos más destacados en la XIV Bienal de Sao Paulo de 1977, en la que participó con el pintor Mon Montoya con el montaje Historia de un paisaje convencional, en su integración al grupo Seis y cuatro formado por Mon Montoya, Cruz Hernández y Sánchez Calderón, su participación en la XI Bienal de París de 1980 con el montaje Un paisaje imaginario, y en la exposición itinerante americ ana Spanish Art Tomorrow que entre 1981 y 1984 recorrió Washington, Miami, Corpus Christi, Houston y Nueva York.
Durante estos años Baixeras, construyó su propio lenguaje insistiendo en un discurso artístico caracterizado por la práctica de la libertad formal, la preocupación espacial y la exaltación del color, hasta que a mediados de la década de 1980, coincidiendo con la exposición Paisaje y Memoria en la Galería Kreisler Dos (1987), se reencuentre con el paisaje, esencialmente segoviano, de tonos apagados y colores oscuros y donde la presencia del hombre solo se adivina en la arquitectura que ocasionalmente puebla sus rincones. Esta última etapa se verá pronto truncada con su muerte en Segovia en noviembre de 1989.
real Academia de la Historia
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