Polonia, 1929–2005
Más que sueños, pesadillas es lo que representaba este fascinante artista polaco cuya vida acabó de forma trágica y probablemente tan terrorífica como una de sus obras. Fue representante de lo que se dio en llamar Realismo fantástico.
Autodidacta, Beksínski estudió arquitectura en Cracovia, pero antes del arte se dedicó a otros oficios con los que no fue del todo feliz. Empezó con la fotografía y se fue introduciendo en la pintura abstracta que poco a poco se volvió figurativa.En los años 60 y tras una exitosa exposición, de un día para otro el artista se convirtió en la figura líder del arte contemporáneo polaco. Sus imágenes perturbadoras eran hipnóticas, terroríficas, aterradoras. Un universo de pesadilla entre lo fantástico y lo post-apocalíptico, pero con un tono real, verosímil si queremos llamarlo así.Tocando como tema principal el de la muerte, el detallismo que ponía el autor convertían a la pintura en una especie de realismo delirante y terrorífico, con atmósferas opresivas y enfermizas, un arte no muy lejano de HR Giger. Además el significado de sus cuadros era aún más indescifrable al no ponerle nunca títulos a sus pinturas y dibujos.Beksínski es perfecto para ilustrar cualquier portada de disco de trash metal, aunque al parecer esa no era su música preferida. Como influencia principal para su arte, el propio artista decía que tenía a la música. Al parecer, Beksínski escuchaba música clásica mientras pintaba, ya que el silencio le molestaba.
Su vida personal fue pesadillesca al final. Tras la muerte trágica de su esposa, su hijo se suicidó (el propio Beksínski descubrió el cuerpo) y al cabo de unos años fue hallado muerto en su apartamento tras ser asesinado por un vecino por no prestarle dinero.