jueves, 6 de julio de 2017

Anselm Kiefer



Kiefer, uno de los creadores fundamentales de nuestro tiempo, nació en 1945 poco antes del fin de la II Guerra Mundial y creció siendo testigo de la destrucción de la guerra moderna, de la desmembración de su país, de la reconstrucción de una nación dividida y de la lucha por su renovación. Desde el convencimiento de que no existe una verdad sino interpretaciones diferentes, Kiefer constantemente cuestiona en sus obras el lugar que ocupa el ser humano dentro del cosmos y analiza las interrelaciones entre la historia, la mitología, la literatura, la identidad y la arquitectura alemanas. Como resultado, sus obras presentan superficies con múltiples capas, tan complejas y fragmentadas como los temas que tratan. Estas obras monumentales, repletas de referencias a la tradición romántica alemana y al acervo político y filosófico de su país, fusionan la pintura, el collage y la escultura, y combinan una paleta casi monocroma con materiales poco ortodoxos como plomo, alambre, paja, yeso, barro, semillas, girasoles, ceniza y polvo. De esta forma, Kiefer nos brinda un corpus de obra prolífico cuya escala monumental y particular textura subrayan la solemnidad y la naturaleza trascendente de su contenido.

 

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