jueves, 12 de abril de 2018

Jorge Damiani



1931-2017
Nacido en Nervi (Italia) el 6 de noviembre de 1931. Poco después de su nacimiento la familia Damaini se instaló en Uruguay.
Los primeros pasos dentro del mundo del arte los dio en Milán, cuando entre 1951 y 1953 estudio en la Academia Brera, con Pompeo Borra y Enzo Morell. Recibió además la beca Guggenheim por dos períodos en The New School for Social Research, en Estados Unidos (1959-1961).
Tuvo participación en  varias muestras y exposiciones de arte, entre ellas la IV, VII y XX Bienal de San Pablo, la II Bienal de París (1963) y en la XXXII Bienal de Venecia (1964). Estuvo presente en la II Bienal Americana de Arte de Córdoba (Argentina -1964), en la exposición "Arte Latinoamericano 1931-1966", en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en "100 años de pintura uruguaya" y en el Museo Corcoran de Washington (1967).
Su trabajo tuvo diversos reconocimientos en diferentes niveles. Recibió una mención en la Exposición Internacional en la II Bienal de París (1963), alcanzó el Primer Premio de Pintura en el Salón de Bellas Artes de Montevideo (1965) y obtuvo el Gran Premio de Pintura en el Salón de Bellas Artes (1966).
Fue Primera mención en la Primera Bienal de Arte Joven de Bogotá (1970) y desarrolló una retrospectiva de su obra en el Salón Municipal de Exposiciones de Montevideo (1991), al tiempo que en 1995 fue reconocido con el Premio Figari.
Damiani tuvo en el inicio de su carrera una importante influencia del arte italiano, a pesar de vivir las primeras etapas de su vida en Uruguay. Especialistas y críticos de arte ubican su estilo dentro de la pintura metafísica, un movimiento italiano que busca ir más alla de lo físico, creado por Giorgio de Chirico y Carlo Carrá. Esta corriente fue importante en lo que fue el crecimiento del Dadaismo y del Surrealismo.
Incursionó además por el retrato, una opción que aprendió a conocer gracias a la admiración que durante su juventud sentía por las obras del pintor Carlos Federico Sáez.Su etapa en Nueva York fue vital, ya que no solamente marcó el contacto del artista con movimientos tales como el expresionismo abstracto y el arte matérico, sino que la experiencia le acercó también a otros artistas latinoamericanos, entre ellos uruguayos que eran discípulos del Taller de Joaquín Torres García. Esto lo llevó a recorrer el camino del constructivismo, ícono del maestro de la pintura nacional.
En 1962 el artista retornó a Uruguay ya con familia constituida, y se suma al Museo Nacional de Bellas Artes (hoy Museo Nacional de Artes Visuales).
En su trayectoria pintó óleos, dibujos y collages, y entre sus trabajos dedicó tiempo a creaciones dónde los árboles, la luna, cascos de estancias, la naturaleza nativa, la tierra, paisajes y el hombre fueron parte de su creación. De su obra, la serie titulada "Compartimentos" fue de los trabajos más brillates que se le han reconocido.
Muchas de sus obras son exhibidas actualmente en museos de Montevideo, Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Bogotá, Bilbao, Washington y Nueva York. En el mercado local, desde hace años sus obras pueden ser adquiridas cuando las casas de subastas presentan remates de pintura nacional.
fuente-El observador

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