martes, 21 de abril de 2015

Alfonso Albacete





Nació en Antequera, Málaga, España, en 1950
Desde su Antequera natal se trasladó con su familia a Murcia, donde fue discípulo del pintor Juan Bonafé. Mas tarde asistió a las clases del Círculo de Bellas Artes de Valencia. Ya en Madrid, ternimó los estudios de arquitectura en  1977. Dedicandose de lleno a la pintura, su exposición individual en la galería Egam de Madrid (1979), que tituló como a su serie, En el Estudio, le dio a conocer en el panorama artístico del cambio de década, siendo entonces incluido por Juan Manuel Bonet en la ininerancia de la muestra "1980", que había sido presentada al mismo tiempo en la galería Juana Mordó. Albacete había realizado  una  primera obra de ámbito conceptual, ideológicamente comprometido, pero en esa exposición presentó lo que habría de ser su obra posterior; una pintura influida por Cezanne y por la abstaccion amaricana (Jasper Johns, Diebenkor). De cromatismo vital, su pintura se desarrolla principalmente en series. Ademas de las imágenes de los rincones de su taller de pintor, desarrolla Albacete la luminosidad del paisaje murciano en Levante  (1980), a la que siguen Cuadros andaluces (1981), Dos Continentes (1982), Los Vientos (1984) y Hamlet y Absalón en 1985. En sus series posteriores destacan, ademas de las visiones urbanas de Madrid, las series de los cazadores  en la nieve y el Estudiante de Praga, en la que plasma escenas de sus viajes por centro Europa: paisajes urbanos meláncólicos, de luces enfriadas y doradas, de Graz.  Viena y Praga, los más literarios de su producción. Su exposición en 1988 en el Museo de Arte Contemporáneo Español de Madrid fue fundamental para contemplar su trayectoria hasta la fecha. En su obra desde los primeros noventa, los parámetros estéticos y temáticos siguen siendo recurrentes: la figura humana, el bodegón y el paisaje, junto con la luz y los lugares del artista, referentes de paisajes reales y de la memoria. Aunque siempre desde una  óptica formalmente figurativa, en los noventa se ha mostrado abierto a planteamientos más netamente abstractos, especialmente la construcción de obras de trasunto geométrico, que se han relacionado con plasmaciones pictóricas de resonancias musicales. Albacete se mantiene fiel al género  pictórico en su acepción más pura y clásica, con una honestidad y una coherencia que le han marcado a lo largo de toda su trayectoria

Información. PATIO HERRERIANO- Museo de Arte Contemporáneo Español

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