viernes, 8 de septiembre de 2017

Maria Lassnig



 "Busqué una realidad que yo poseyera más que el mundo exterior, y la encontré en la carcasa corporal en la que me alojaba, la realidad más real y clara de todas», escribió Lassnig, para quien el cuerpo constituía un «estorbo» y una obstrucción para el espíritu.


 Esta pintora austríaca nació en 1919 y murió en 2014. 

lo largo de una notable carrera, que se extendió durante más de siete décadas (desde finales de la década de 1940 en la Academia de Bellas Artes de Viena, una ciudad en la que enseñó en la década de 1980, hasta la escena del arte de París de las décadas de 1950 y 1960, y la de Nueva York de la década de 1970), continuó creando obras de arte que exploran su propio cuerpo de una manera a la vez sensible y vulnerable.
Su trabajo se relaciona plenamente con las enseñanzas históricas del canon occidental, así como con sus contemporáneos Philip Guston, Francis Bacon y los modernistas de posguerra.


 Lassnig dedicó su vida a lo que ella denominó "pintura de la conciencia del cuerpo": retratar no cómo el cuerpo se ve, sino cómo se siente estar dentro de uno. En su esfuerzo por capturar la experiencia corporal, sus defectos, funciones, gestos y estados de ánimo, a veces trabajaba acostada junto al lienzo, o apoyada contra él, incluso sentada en él.  Nunca trabajó a partir de fotografías,  se basó únicamente en las sensaciones internas, incluso cerrando los ojos mientras pintaba. "Lo más difícil es realmente concentrarse en el sentimiento mientras dibuja. No dibujar una parte trasera pensando  en su apariencia,  sino dibujando la sensación  ".



 No todas las figuras  de Lassnig son patéticas. La mujer mayor desnuda sentada  en una motocicleta tiene cierta bravuconería narcisista.


 Maria Lassning  es una de las artistas contemporáneas más importantes, considerada como pionera en muchas áreas del arte actual. La mayoría de su obra la basa sobre el autorretrato y la exploración corporal de sus relaciones con el animal y la máquina. La principal preocupación de Lassnig fue el auto-cuestionamiento implacable al que ella misma se sometió a lo largo de su vida; ella pintó, escribió, dibujó y grabó.

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