martes, 11 de diciembre de 2018
Marcelo Pogolotti
(La Habana, 1902-1988)
De madre norteamericana y padre italiano, su infancia transcurre entre Cuba y Europa, principalmente Italia. En 1919 comienza estudios de ingeniería en el Rensselaer Polytechnic Institute de Troy, que abandona para dedicarse por completo al arte y matricula en The Art Students League de Nueva York. Después de un breve viaje por Europa regresa a la Isla y se dedica a diversas actividades, sin abandonar la pintura. Por entonces se afana por “redescubrir Cuba” en una pintura que oscila entre el impresionismo y el fauvismo. Participa en la Exposición de Arte Nuevo. Ansioso de nuevos recursos, reembarca a Europa en 1928 y se establece en París. Primeramente le atrae el surrealismo y después de conocer al pintor Fillia, se incorpora al movimiento futurista; Marinetti lo incluye en uno de sus manifiestos; expone en Turín, Savona, Cuneo y otras ciudades.
En 1932 integra un grupo de pintores futuristas que exponen en la galería Laxer-Normand de París. Por esta época comienza a alejarse del “maquinismo” y a experimentar con formas abstractas, en tanto realiza imultáneamente la serie de dibujos Nuestro Tiempo, que inicia su nueva orientación pictórica, dentro de la que producirá obras antológicas de la pintura social cubana. Entre 1934 y 1935 expone con la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios (AEAR) en París, junto a Léger, Pignon, Lipchitz, Masereel, Jean Lurçat, Ozenfant, Delaunay, Lhote y otros. Colabora en la revista Commune. La galería Carrefour le organiza en 1938 una exposición personal presentada por Jean Cassou. En ese año pierde por completo la visión. De regreso a Cuba participa en importantes exposiciones personales y colectivas. A partir de entonces comienza una importante labor como ensayista y novelista.
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