Eduardo Abela fue el creador de un personaje de caricatura que resultó identificado como “El Bobo”, con el cual denunció los males existentes durante la etapa de la seudorrepública en Cuba. Acerca de este personaje, su creador afirmó en una oportunidad que el propio público lo orientaba con sus reacciones ante las caricaturas.
Eduardo Abela nació el 3 de enero de 1889 en San Antonio, fue tabaquero desde los 12 años, y a los veinte años de edad ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro por una beca que le concedió el ayuntamiento de San Antonio de los Baños debido a su ostensible vocación pictórica.
Tras graduarse en La Habana, colaborando con los periódicos de la época, comenzó a publicar dibujos humorísticos y viñetas costumbristas que pronto se hicieron muy populares. Viajó luego a España en 1921 donde permaneció hasta que regresó a Cuba en 1924.
En el año 1925 vio la luz su célebre personaje de El Bobo quien se convirtió en instrumento de lucha contra la dictadura Machadista, pues era un simpático representante de la opinión ciudadana.
Por entonces se incorporó a la labor que desarrollaba un grupo de pintores, los vanguardistas, que, en torno a la Revista Avance, rompieron con la pintura académica e introdujeron lenguajes artísticos más actualizados. Expuso su creación en la muestra de Arte Nuevo.
Se iniciaron así sus éxitos, residió dos años en París, estudió en La Grande Chaumière, pintó con un éxito que le permitió exponer de manera personal en las galerías Zak y Bertrand sus obras con temas cubanos.
En 1929 se incorporó a la campaña política contra el dictador Gerardo Machado mediante sus irónicas caricaturas humorísticas hasta la caída del dictador en el año 1933, cuando abandonó definitivamente su labor en el periodismo y la caricatura.
Tras su regreso de Milán, donde estuvo como cónsul, pintó algunas de sus obras más notables de entonces: Guajiros que fuera premiada en la II Exposición Nacional de Pintura y Escultura de 1938 y Los novios.
En esa etapa fundó el importantísimo Estudio Libre para Pintores y Escultores, para una enseñanza anticonvencional y verdaderamente incentivadora de la creación artística. Este proyecto solamente duró unos pocos meses porque no tuvo la ayuda oficial requerida, aunque dejó una importante simiente.
En la década de 1942 a 1952 fue diplomático en México y Guatemala; en esta última recibió el Primer Premio Nacional de Pintura en 1947.
En 1950 realizó El Caos obra que marca una transformación en su lenguaje expresivo: del mediano formato a piezas de gran escala; del sólido de figuras a una atmósfera idílica, detallística, minuciosa, con referencias al mundo de Klee y Chagall rompió así con toda su obra anterior e inició su última expresión pictórica, que estuvo en constante ascenso hasta su muerte. En 1952 volvió a París; donde pintó y estudió febrilmente además de acercarse a la obra de Kandinsky, Mondrian y Picasso.
En 1954 regresó a la Isla y aquí creó pequeñas joyas pictóricas exhibidas en numerosas exposiciones; entre ellas una retrospectiva en la Galería de La Habana, en el año 1964.
El 9 de noviembre de 1965 falleció en La Habana este destacado pintor y caricaturista cubano, quién fuera una figura representativa de la nueva pintura en Cuba y el primer caricaturista político de su tiempo.
El Bobo de Abela está inscrito en la historia del humorismo en Cuba.
En la actualidad, en la antigua finca Amparucha, un sitio de recreo, que fuera propiedad de un acaudalado en la región natal de Abela, funciona la Academia de Artes Plásticas Eduardo Abela de la provincia de La Habana.
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