JUAN GENOVÉS

Juan Genovés (1930)
Valencia

El hombre es el centro de la creación del artista valenciano. No importa la técnica o estilo que elija para plasmarlo. Genovés pone en primer término el drama humano mediante el Expresionismo más ortodoxo o un realismo que se acerca a resultados fotográficos. Ese drama varía de matiz dependiendo de la época en la que se sitúe su obra. Los años sesenta y setenta están marcados por la injusticia social y política del Régimen franquista. A partir de los ochenta es la tiranía de la sociedad de consumo la que maneja a las masas a su antojo. Los individuos, anónimos entre la multitud, corren perseguidos por no se sabe muy bien qué. Parecen formar parte de algún experimento científico del que se ofrecen las imágenes a través del punto de vista elevado del microscopio. Gulliver observando a los liliputienses.

La formación de Genovés tiene lugar en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En la década de los cincuenta comienza sus primeras tentativas dentro de formaciones que reivindican nuevos valores plásticos en el panorama artístico español, pero sobre todo, ponen de manifiesto la denuncia de la represión que el franquismo esta llevando a cabo. Es el caso del Grupo Parpalló y el Grupo Hondo posteriormente. La pintura de estos momentos está muy cercana al Expresionismo de corte figurativo. La pincelada y su carácter matérico aproximan al artista al Informalismo que había conocido en el París de 1955. Más adelante llega a incorporar objetos reales sobre el lienzo para aprovechar al máximo sus potencialidades expresivas.

Los años sesenta y setenta su obra se orienta con intensidad a la denuncia socio-política. El estilo se adapta a las nuevas necesidades apartando el Expresionismo puro. Las calidades de su pintura se acercan a la fotografía, al reportaje fotográfico. ‘El Abrazo’ (1976) se convierte en paradigma de la obra de estas dos décadas. Los nuevos aires políticos de los ochenta hacen que Genovés de otro giro a su producción. Aparecen fondos urbanos de una frialdad tal que le llevará a la Abstracción. Sobre ellos, diminutas manchas negras se arraciman, corren, distribuyen como hormigas enloquecidas. Son el reflejo del hombre de la nueva sociedad del consumo y el bienestar. La cultura de masas fomenta contravalores sociales como la competitividad insana y la homogeneización de las formas de pensamiento. El hombre sigue sufriendo en su persona toda clase de injusticias pero de una cualidad más sofisticada.

La obra de Genovés está representada en los museos más prestigiosos a nivel internacional como el Guggenheim y MoMa de Nueva York, el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de París, la Galería Nacional de Roma y el Reina Sofía de Madrid, entre otros. Tampoco son escasos los galardones que se le han concedido tales como la mención de Honor en la Bienal de Venecia (1966), la Medalla de Oro en la Bienal de San Marino (1967) y el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1984.