domingo, 19 de octubre de 2008
Anthony Penrose: «La única forma que tuve de conocer a mi madre fue a través de sus fotografías»
LEE MILLER
ENTREVISTA AL HIJO DE PENROSE
Dos exposiciones sobre Lee Miller y Roland Penrose protagonizan desde hoy el XXI Octubre Picassiano «Mi padre estuvo a la sombra de amigos suyos que eran más famosos, como Miró o Max Ernst», sostiene
ANTONIO JAVIER LÓPEZ / DAVID ANDREWS
VISITAS HABITUALES. Anthony Penrose acude con frecuencia a España con motivo de las exposiciones que se organizan sobre sus padres. / FERNANDO GONZÁLEZ
Anthony Penrose: «La única forma que tuve de conocer a mi madre fue a través de sus fotografías»
De pequeño mordió a Picasso y el pintor le devolvió el mordisco hasta arrancarle las lágrimas. Años más tarde, ya adulto, busco en su cuerpo la cicatriz. Quería «presumir de tener un 'picasso' en la piel». Pero no había marcas en la carne, se quedaron todas en la memoria de un niño cuya infancia pasó junto a varios de los mayores creadores del siglo XX.
Para él sólo eran amigos de sus padres, la fascinante pareja formada por Lee Miller y Roland Penrose. Ella, corresponsal de guerra, modelo de las mejores revistas, amante de varios artistas y musa de todos ellos. Él, embajador del surrealismo, agitador intelectual, creador insurrecto y biógrafo de fama mundial. Ambos protagonizan desde hoy el XXI Octubre Picassiano con sendas exposiciones organizadas con los fondos cedidos por su hijo Anthony Penrose, que revive para SUR sus recuerdos de aquellos años.
La primera pregunta es casi obligada, ¿cómo recuerda su infancia rodeado de grandes artistas?
Mi infancia fue un poco inusual porque mi familia era muy amiga de muchos artistas muy famosos y los invitaban a su casa, pero como era un niño no me daba cuenta de que eran personas famosas, sólo sabía que eran personas interesantes. No me daba cuenta de que estaba con personas tan importantes como Picasso. Recuerdo de él que olía a colonia y a cigarrillos Gauloise. Era muy bueno jugando con los niños, sobre todo a las corridas de toros; aunque era mayor, porque ya tenía 60 ó 70 años, era una persona muy cálida y cercana. Una de las veces que estábamos jugando juntos le mordí y él me devolvió el mordisco y cuando dejé de llorar, Picasso le dijo a mi madre 'Es el primer inglés al que muerdo'. Fuimos muchas veces a su casa en Cannes y siempre eran visitas muy alegres. Tenía muchos animales, una cabra que bebía al lado de mi habitación, hacía cajas para meter las palomas... Siempre era un sitio muy alegre y Picasso disfrutaba mucho jugando con los niños. La última vez que lo vi, yo tenía 14 años, él ya era un hombre muy mayor, pero mantenía intactos ese calor y esa gran simpatía que yo recordaba de cuando era pequeño.
¿Y qué le parecían los otros amigos de sus padres?
Me caía muy simpático Miró, a lo mejor no era tan divertido como otros, pero era una persona muy atractiva. Max Ernst no era una persona tan fácil, tenía una personalidad más dura, más germana, por eso me parece tan interesante que aquí, en el Museo Picasso Málaga, haya una exposición sobre él, porque me parece una manera estupenda de conocerle mejor. Sin embargo, el que más me gustaba era Man Ray. Era un hombre muy divertido y contaba chistes muy buenos. Se le daba muy bien inventar cosas. Una vez inventó un artilugio para matar moscas y al final mis padres me castigaron porque dejamos la casa llena de moscas muertas.
Su madre dejó al morir un archivo con más de 40.000 documentos que ahora usted administra, ¿le ayudaron esas fotografías a conocerla mejor?
Absolutamente. La única forma que tuve de conocer a mi madre fue a través de sus fotografías, de lo que dejó escrito. Cuando era niño, mi madre estaba muy afectada por sus experiencias en la II Guerra Mundial, durante los primeros 20 años de su vida permaneció en un estado de depresión; aunque se recuperó nunca llegué a conocer bien a mi madre y fue cuando descubrí aquellas fotos cuando pude acercarme a ella.
Precisamente, en esos documentos se confirmó la relación amorosa que su madre mantuvo con Picasso, algo que no molestó demasiado a su padre.
Como niño me daba cuenta de que los tres se tenían mucho cariño. Fue después de la muerte de mis padres cuando encontré pruebas de que Picasso y mi madre habían sido amantes en 1937. Sin embargo, el sentimiento de mi padre era que él y su amigo Picasso lo habían compartido todo, incluso a mi madre. En ese momento y en ese ambiente no era nada raro. Ellos creían que eso hacía la amistad más fuerte... ¿Aunque a mí no me gustaría comprobarlo! La prueba más fehaciente de la relación que mantuvieron Picasso y mi madre son las seis pinturas que hizo, en las que el erotismo es evidente. Además, la última pintura que Picasso hizo de mi madre la empezó cuatro días después de que ella se marchara de la casa en la que estaban todos, lo que demuestra que debió dejarle cierta huella.
La fascinación que causaba su madre procedía de su extraordinaria belleza, pero también de una biografía muy intensa. ¿Por eso tituló su libro sobre ella 'Las vidas de Lee Miller', en plural?
Así es. Al principio era frustrante presentar al público la obra de Lee Miller porque todo el mundo se quedaba únicamente con que era muy guapa y en que tuvo una vida muy espectacular. Eso también hacía más difícil que la gente se interesara por la obra de mi padre, que aunque fue un extraordinario pintor no tenía esa parte extraordinaria en su biografía. Lo que más me gusta es que la gente empieza a interesarse por Lee Miller como artista. Poco a poco están reconocimiento también el trabajo de mi padre, que hasta hace poco se limitaba casi a la biografía que escribió sobre Picasso. Mi padre estuvo a la sombra de amigos suyos que tenían más fama como Max Ernst o Miró. Ahora me aporta mucho que reconozcan internacionalmente la pintura de mi padre y a eso contribuirá la exposición con sus obras que se ha organizado en Málaga.
¿Cree que tanto la obra de su madre como de su padre ha sufrido un olvido injusto?
Es cierto, por eso para mí exposiciones como estas son muy importantes, porque demuestran que los dos eran grandes artistas que tuvieron vidas apasionantes.
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Exposición. Lee Miller y Picasso: evocación y recuerdo
Fecha: 2 octubre 2008 al 15 febrero 2009
Lugar: Sala de Exposiciones de la Casa Natal
La exposición recoge medio centenar de fotos de Picasso realizadas por su amiga la fotógrafa y reportera norteamericana Lee Miller (1907-1977) procedentes de The Lee Miller Archives en las que se recoge la vida cotidiana del artista a través de imágenes tomadas en Francia e Inglaterra. La muestra recoge 36 años de amistad y complicidad entre Lee Miller, su marido Roland Penrose y el artista malagueño. Los años de las vanguardias históricas, la ocupación nazi y la consagración internacional de Picasso recorren esta exposición, con el añadido de cuatro fotografías hechas por Miller en Málaga durante una visita en los años cincuenta del pasado siglo. Esta muestra es la primera dedicada a Lee Miller en nuestra ciudad.
Inauguración: 2 octubre, 20 horas.
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