En el verano de 1889 Jacob Meyer de Haan se unió con Gauguin y Sérusier en Le Pouldu para organizar un grupo simbolista. Eligieron Le Pouldu porque Pont-Aven se había popularizado y llenado de turistas. El pintor belga aparece en primer plano, con su rostro caricaturizado como un demonio, con ojos rasgados, mirada fija y orejas puntiagudas, creando la sensación de una máscara. Tras él encontramos a dos mujeres desnudas, similares a Ondine. El título se escribe en la composición, aludiendo al estado psíquico del pintor con ese término budista. Tanto las mujeres como la serpiente que Jacob porta en su mano derecha son una alusión al vicio, simbología muy empleada por Gauguin en sus obras. Curiosamente la serpiente forma la G de la firma que se aprecia en la palma de la mano de Jacob. La planitud de las figuras y del fondo está inspirada en la estampa japonesa. El simbolismo se ha adueñado de la pintura de Paul, resultando una creación personal, alejada del Impresionismo de sus primeros momentos. El empleo de la acuarela recuerda a Degas, uno de sus maestros más estimados. Meyer de Haan también protagonizará otras obras como Cuentos primitivos.
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Este pintor, un hombre sombrío, que subre constantes depresiones, quizas motivado por la exposición de pintores simbolistas y sinteticistas celebrada en el Cafe Volpini, se va a París. Descubre maravillado las obras de Gauguin, Bernard y Schiffenecker. Viaja a Bretaña decidido a aprender de Gauguin.
Gauguin ya no soporta el ambiente de Pont- Aven pueblo pintoresco pero ya invadido de pintores y De Haan se va con él a El Pouldu, una aldea a orillas del mar
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En el Pouldu no hay muchas distraciones asi que De Haan se dedica a su trabajo por completo. Mantiene a Gaugin durante algun tiempo a cambio de clases de pintura. En 1889 se trasladan a una posada regentada por Marie Henry, con quien De Haan mantiene una relación amorosa durante algún tiempo. Los dos pintores redecoran las paredes del comedor de la posada. De Haan pinta una maternidad donde podemos ver a Marie Henry, sentada amamantando a su hija.
Pero en octubre, De Haan deja bruscamente El Pouldu. Poco antes de irse, había escrito a Theo van Gogh una carta optimista y emocionante, uno de los escasos documentos que nos informan de la manera como percibía su trabajo y su evolución : "Cuando echo la vista atrás hacia el pasado, cuando pienso en ese entorno sombrío, parco, en el que arrastré mi juventud – en ese círculo artístico cicatero y corto de luces, me siento hoy colmado de alegría gracias a mis ideas liberales, a un presente joven y vigoroso y a una profunda confianza en el futuro".
Deja todos sus bienes en la posada, lo que hizo pensar que su ausencia iba a ser de corta duración. Pero De Haan no volvería nunca más a Bretaña, no volverá a ver a Marie Henry. Ésta se encontraba entonces embarazada de él, tal vez él no lo llegaría a saber nunca.
Se sabe muy poco de la vida de De Haan a partir de su huída del Pouldu. La muerte de Theo van Gogh, en enero de 1891, le afectó mucho pero en el 23 de marzo de 1891 aún se encontraba en París porque asiste al banquete de despedida a Gauguin en el Café Voltaire.
Se conoce un rastro en una población del municipio de Hattem en los Países Bajos. En una carta dirigida a la viuda de Theo van Gogh escribe. "Estoy muy enfermo y no creo que me quede mucho de vida". Desaparece el 23 de octubre de 1895 con solo 43 años de edad
Los pocos lienzos que quedaron fueron malvendidos por su familia. Las obras que quedaron en Le Pouldu fueron conservados por Marie Henry. La hija de ambos, nacida en 1891 intentó en vano interesar al museo de Amsterdam por la obra de su padre. Finalmente su herencia fue vendida y dispersada por varios museos franceses y colecciones privadas
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Información-Museo De Orsay
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