sábado, 28 de febrero de 2015

LUCIO FONTANA




Lucio Fontana nace en Rosario de Santa Fe (Argentina) en 1899. Italiano y argentino, su vida estuvo marcada por esta doble nacionalidad, y sus raíces están tanto en la Pampa argentina como en los lagos de Lombardía. Será en Milán donde finalmente se acabará estableciendo después de muchas idas y venidas. Artista contradictorio, alterna entre la abstracción y la figuración, lo barroco y lo clásico, la materia y el espacio. Experimenta con esculturas, pinturas, dibujos, cerámicas, ambientes y realizaciones decorativas. Hijo y nieto de escultores, se inicia en el oficio a los once años en el estudio de su padre, Luigi Fontana, con la escultura monumental y decorativa. Continúa sus estudios artísticos en Italia, en la prestigiosa Academia de Brera, bajo las enseñanzas del simbolista Adolf Wildt. En los años treinta rompe con la tradición académica y se adscribe al primer grupo de arte abstracto italiano, los llamados «abstractistas milaneses», un movimiento que surge como continuación de las preocupaciones futuristas. Entre 1934 y 1939 reside en París, donde conoce a Miró, Brancusi y se une al grupo Abstraction-Création. Inicia su actividad como ceramista en Albisola y en 1937 en Sèvres. Durante toda esta época alterna abstracción y figuración, y experimenta con relieves en terracota, lápidas grabadas en cemento coloreado y esculturas cerámicas. Cuando Fontana regresa a Italia después de la Segunda Guerra Mundial, tras un breve paréntesis argentino, se convierte en punta de lanza de todos los movimientos de vanguardia en Italia. Instalado de nuevo en Milán, crea el Movimiento Espacialista y presenta sus ideas en varios manifiestos que se suceden entre 1947 y 1952. En ellos defiende la superación de los límites entre pintura y escultura y la desmaterialización de la obra de arte. Mantiene la necesidad de integrar todos los elementos físicos (color, sonido, movimiento y espacio) en una unidad ideal y material. En esos años, Fontana produce esculturas «espaciales» e inicia un Informalismo matérico. Intenta alcanzar un equilibrio formal entre el espacio real y el espacio ilusorio, incorporando a la tela piedras, vidrios y lentejuelas. En 1949 inicia la serie Buchi (lienzos agujereados) y Concetii Spaziali. Durante los años cincuenta y sesenta, las series se van sucediendo, desde las Galassie –que reflejan su fascinación por la conquista del espacio-, losTeatrini- guiñoles de papeles-, o los Fine di Dio, en forma de elipses. Sus planteamientos artísticos e investigaciones en torno a los materiales influyeron en muchos artistas jóvenes después de su muerte en 1968

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