Ottone Rosai (1895-1957) nació en Florencia, donde asistió a la Academia de Bellas Artes, de la que fue expulsado
Fue fundamental para su formación las reuniones con Giovanni Papini y Soffici. Sobre todo, este último que lo acercó al movimiento futurista y a las ideas de Marinetti. Los dos artistas exponen juntos, en 1914 en la Galería Sprovieri en Roma.
Su ideología futurista lo lleva también a alistarse en el ejército como voluntario y participar en la Primera Guerra Mundial. La integración en la sociedad al final de la guerra es difícil para Rosai, pero encuentra un nuevo estímulo en las ideas anticlericales y anti-burguesas del joven Mussolini.
Los temas preferidos en su pintura, en este momento son los miembros de su familia, naturalezas muertas o retratos de la gente común. Posteriormente, durante el período de su madurez artística, Rosai se dedica a la observación de los humildes y en la descripción de la vida cotidiana, siguiendo la tradición toscana de la pintura.
En 1920 se celebra su primera exposición personal en Florencia en el Palazzo Capponi, momento de felicidad que se rompe de inmediato por el suicidio de su padre, que se arroja al Arno debido a las deudas. Esto empuja a Rosai a llevar el taller de carpintería de su padre con el fin de remediar la difícil situación económica de la familia, lo que conlleva la inevitable reducción de su actividad pictórica. En 1922, para evitar ser denunciado por ser homosexual, se casa con Francesca Fey. Ella conoció su condición pero lo aceptó.
A partir de 1929 trabaja como ilustrador para alguna agrupación fascista pero es silenciado al conocerse su homosexualidad. En la década de 1930 la angustia existencial empuja al artista a vivir aislado, retirado en el campo y el pesimismo se refleja en su pintura. Debido a su depresión y la falta de dinero se separó de su mujer. En 1932, sin embargo, finalmente llega a su consagración como pintor con una exposición individual en el Palazzo Ferroni. Seguido de numerosas exposiciones en otras ciudades de Italia. En 1934 vuelve a la ciudad y abre un nuevo estudio, en via San Leonardo, donde permanece durante 30 años, inmortalizando Florencia y sus alrededores.
Rosai fue tambien escritor.
En 1939 fue nombrado profesor de dibujo y en 1942 se le concedió la cátedra de pintura en la Academia de Florencia.
En 1957, un día antes de una gran exposición en el Centro cultural Olivetti en Ivrea, murió de un ataque cardíaco
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