martes, 19 de octubre de 2021

Adolfo Guiard




 (Bilbao, 1860 -  Bilbao, 1916)

Nace en Bilbao en 1860. A muy temprana edad inicia sus

estudios artísticos con Antonio María Lecuona continuando su
 formación  en Barcelona con el pintor Ramon Martí Alsina.
En 1878 se traslada a París para completar su aprendizaje en
 la academia Colarossi. Edgar Degas, Émile Zola y Alphonse 
Daudet le introducen en los círculos artísticos franceses,
donde conoce a Édouard Manet, Claude Monet o Puvis de 
Chavannes entre otros.
El espíritu del impresionismo cala profundamente en él
haciendo de la luz, el color y los temas naturalistas los 
verdaderos protagonistas de su pintura.
En 1886 regresa a Bilbao y se convierte en referencia de 
modernidad para los jóvenes artistas.
Imparte clases de pintura en su estudio, colabora con la
 Sociedad Euskalherria y entabla amistad con Ramón de la 
Sota. Al año siguiente la Sociedad Bilbaína le encarga varias
 obras para su sede en la Plaza Nueva.
Terminado este encargo se traslada a vivir a Bakio (Bizkaia)
con la intención de pintar en plena naturaleza. La Comisión de
 Fiestas de Bilbao le propone realizar un transparente, con 
la ría como tema, para decorar la Plaza Nueva. No se
 conserva ninguna imagen de la obra pero, sin duda, causó 
gran admiración dada la singularidad de la técnica que 
permitía el paso de la luz sobre un soporte de papel.
En 1890 se instala en Murueta (Bizkaia) y retoma la producción
 de obras de grandes dimensiones, desde allí continúa 
manteniendo contacto con los pintores vascos a través de
 los viajes que realiza a Bilbao y de las visitas que recibe. 
Nueve años después se traslada a Artea (Bizkaia) para 
compartir estudio con Anselmo Guinea.
Recibe sendos encargos para realizar las vidrieras de las
residencias de Antonio Larrinaga en Bilbao y  Rafael Picabea 
en Oiartzun (Gipuzkoa). También la Casa de Juntas de Gernika
 le encarga un conjunto de vidrieras, para las que Adolfo 
Guiard propone una temática alegórica en la que se hace 
patente la influencia simbolista recibida de Gauguin.
A partir de 1903 traslada, definitivamente, su residencia a
Bilbao, en el barrio de Deusto.
Hasta su muerte, en 1916, participa activamente del ambiente
 cultural de la ciudad, colaborando con la revista satírica 
El Coitao y asistiendo a las exposiciones de la Asociación de
 Artistas Vascos.
Adolfo Guiard puede ser considerado una de las figuras
 capitales de la renovación de la pintura vasca. Siempre atento
 a las novedades se vio atraído por el japonismo y la fotografía
 que supo aplicar magistralmente en sus composiciones. 
Sin su presencia no hubiera sido posible el desarrollo de la
 modernidad en el panorama artístico del País Vasco.


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