domingo, 29 de mayo de 2011

Peter Fischli y David Weiss


En 1987, los artistas suizos Peter Fischli y David Weiss construyeron una estructura enorme (de unos 100 pies) con artículos cotidianos. Usando fuego, agua, gravedad, y química, crearon una reacción en cadena (Rube Goldberg) de interacciones físicas y químicas reproduciendo una especie de caos exacto hecho a mano. The Way Things Go



Peter Fischli y David Weiss se conocieron en el año 1977. La primera obra en colaboración de los artistas se remonta al año 1979, la serie de fotografías Wurstserie (Serie de las salchichas) donde ya se presagiaban algunas claves de sus trabajos posteriores. Han empleado medios diversos como el cine, el vídeo, la escultura, las instalaciones y la fotografía. Además de las distintas disciplinas y materiales su trabajo abarca una enorme variedad visual y conceptual. Abunda la utilización de objetos cotidianos e impresiones recogidas en su entorno junto con la alteración y transformación de la realidad.

Las distintas personalidades de los artistas son complementarias. El aspecto más pasivo, melancólico e incluso pesimista de David Weiss se equilibra con el nerviosismo, la energía, y la curiosidad hiperactiva de Peter Fischli. El resultado de esta conjunción de personalidades ha sido un trabajo marcado por la ironía y el escepticismo, pero también la sinceridad.


Su obra, aderezada con inteligentes dosis de ingenio y de sentido del humor, reivindica una normalidad sutilmente traspasada por algo mágico. El uso del humor y de los estereotipos, la mezcla de distintas categorías y sistemas de orden, el cuestionamiento de la realidad y un escepticismo frente a lo establecido, son recurrentes en sus trabajos. Rozando algunas ocasiones el absurdo, lo más anodino y corriente de la vida queda captado en sus obras, en un intento de legitimación donde se cuestiona no sólo lo que ha llegado a ser el arte hoy, sino también, nuestro papel como espectadores al aceptar todo lo que se nos ofrece.


Otro rasgo característico de su obra es su gusto por lo manual, el artesanal bricolaje casero (poco aceptado o consensuado dentro del mundo del arte) y de los materiales pobres. Esto se refleja en muchas de sus obras, por ejemplo en Plötzlich diese Übersicht (De repente, esta visión general) (1981-2006) mediante la que Fischli y Weiss representan una historia del mundo a través de cientos de pequeñas esculturas de arcilla, que ellos mismos realizaron manualmente, así como en la serie fotográfica Stiller Nachmittag (Tarde tranquila, 1985) y en Der Lauf der Dinge (El rumbo de las cosas, 1987).


Durante estos treinta años de trabajo, los artistas han desarrollado distintas series y grupos de obras a los que han dedicado largos periodos de tiempo, surgidas del análisis de lo cotidiano. Siguiendo este método de trabajo han creado por ejemplo: las series fotográfias Bilder, Ansichten (Imágenes, Vistas, 1991), Siedlungen, Agglomeration (Urbanizaciones, Suburbios, 1993), Airports (Aeropuertos, 1990), todas ellas incluídas en su monumental Sichtbare Welt (Mundo Visible, 1987-2000), Flowers and Mushrooms (1997-1998), así como las diferentes obras realizadas que incluyen réplicas de objetos de poliuretano tallados y pintados a mano o la serie Fotografías (2004-2005).



Una buena muestra del uso de objetos cotidianos es la célebre película Der Lauf der Dinge (El rumbo de las cosas)(1987) con la que Fischli y Weiss se dieron a conocer en la octava edición de la Documenta de Kassel. Esta obra, auténtica filigrana del arte cinético, ofrece un interminable encadenamiento de causas y efectos que provocan el movimiento de diversos objetos. Con ella, el espectador rememora los experimentos de la infancia en la escuela, aquellos que tenían que ver con reacciones químicas y leyes de la física: poleas, circuitos, rampas... El tragicómico efecto dominó de Der Lauf der Dinge ha sido visto por algunos críticos como una metáfora en miniatura del funcionamiento de nuestro propio mundo, en el que la energía, lejos de destruirse, reaparece transfigurada en asombrosas manifestaciones.

El trabajo de estos dos artistas, ha suscitado un vivo interés por parte de la crítica especializada y destacados pensadores y comisarios de la altura de Arthur C. Danto, Germano Celant, Daniel Birnbaum o Hans-Ulrich Obrist. Con respecto a sus influencias se les puede relacionar con el espíritu legado del dadaísmo, su obra está emparentada con la de Francis Picabia, Dieter Roth, Jean Tinguely, Sigmar Polke y en general, con la tradición duchampiana.



Su trabajo está presente en las principales colecciones internacionales de arte y ha sido objeto de importantes exposiciones tanto individuales como colectivas en muchos de lo más importantes museos del mundo tales como la Tate Modern, el MoMA, el Guggenheim Museum, el Centro Georges Pompidou, Walker Art Center, etc. Desde su participación en la octava edición de la Documenta de Kassel en el año 1987, es cuando los artistas empiezan a ser conocidos internacionalmente, su presencia no ha cesado de aumentar en los más importantes eventos, centros y museos de arte del mundo. Por citar sólo algunos: han representado a Suiza en la Bienal de Venecia en 1995 y en 2003, cuando obtuvieron el León de Oro a la mejor obra. Y entre 2006 y 2008 su exposición retrospectiva (Peter Fischli / David Weiss: Flores y preguntas. Una retospectiva) ha itinerado por la Tate Modern de Londres, el Musée d’Art moderne de la Ville de Paris, el Kunsthaus de Zurich, la Fondazione Nicola Trussardi de Milán y el Deichtorhallen de Hamburgo.

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
www.museoreinasofia.es

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