jueves, 27 de agosto de 2009

FLORENCIO AGUILERA








Ayamonte. 1947

Ayamonte, de actividad pesquera, situado en la desembocadura del Guadiana, frontera con Portugal, es elemento fundamental en la obra de un pintor que ha convertido su paisaje y sobre todo su luz, en principal objeto pictórico. El hecho de que Joaquín Sorolla se encontrara en esta localidad en el año 1919, realizando su obra "Hombres alijando atunes en el muelle", hizo que el padre de Florencio entablara amistad con el pintor valenciano, e incluso trabajara como su ayudante.

Florencio pasa su infancia impregnado de las sensaciones de aquel lugar y motivado por la afición de su padre a la pintura. Su primer cuadro, un bodegón, data de 1961, periodo en el que tenía que compaginar sus labores en el mundo del comercio con sus escapadas a la playa de San Bruno, donde pintaba con avidez. Desde 1966, se va dedicando cada vez más de lleno a la pintura, y en 1971 ya había realizado cinco exposiciones individuales.

En la década de los setenta, descubre el que va a ser su otro principal objeto de interés temático: La Tauromaquia, y en los ochenta, comienza su despegue internacional, con estancias por toda Europa y el norte de África, que culmina en Estados Unidos, durante los años noventa.

En la actualidad continua su labor creadora y su obra se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.

ref. ciudad de la pintura

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