Relatos Brebérrimos
Escrito por Israel Gajete
1.- En su desmedido afán por aparentar riquezas, la hermosa reina Crepúsculo alineaba
estrellas, las más brillantes. Engalanada en su vergel celeste envidiaba, no obstante, al marinero. A él dirigió su noble voz aristocrática:
-Marinero, ¿por qué eres feliz? Tú no tienes estrellas.
-Pero puedo cantar, mi voz me hace libre.
2. -¿Qué es miedo? –inquirió Akah-.
-Una palabra que usan los humanos para excusarse -repuso Uzze-.
-Excusarse. ¿De qué?
-De su incapacidad para ejercer su libertad.
-¿Qué es libertad?
-Libertad es no encontrar excusas para tener miedo. Los humanos no pueden ser libres,
porque viven bajo el yugo del temor -resolvió-.
3.- Me pregunto cuándo emigró el pájaro cantor, dónde fueron sus arias lisonjeras, dónde su alma de trovador errante, qué atardeceres recorre en su vuelo de golondrina... Cómo una mañana ajena a tu voz, cómo el niño, cómo la primavera, cómo un horizonte...
Dónde la esperanza, si se ausentó para siempre.
4.- Extranjero. Palabra que arrebata al hombre su dignidad, su palabra, su libertad, sus sueños. Lánguida frontera que separa miradas cuyas pupilas iguales trocan en llanto y lamentos. Estúpida insignia que discrimina tu aliento, que excusa guerras y fratricidas. Ignominia de banderas. Voz opaca y violenta. Yo no quiero llamarte Extranjero.
5.- Divertida y ausente, miraba el mar.
En el transcurso de las olas un objeto se deslizó en la orilla. Resultó ser un diario
estuchado en cuero, que rezaba así: “Podrá el mar arrebatarnos la vida, mas quedarán
incólumes la palabra y el sueño, como viso y testigos de nuestra libertad...”
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