jueves, 9 de septiembre de 2010
Dash Snow
Dash Snow (Nueva York, 27 de julio de 1981 - Nueva York, 13 de julio de 2009) fue un artista estadounidense.
Con 13 años abandona su hogar y se sumerge en el mundo de las drogas. Su obra gira en torno al submundo neoyorquino, que queda retratado con Polaroids. En 2006, el periódico financiero The Wall Street Journal, lo califica como uno de los diez mejores artistas emergentes de los Estados Unidos, con lo que logra que sus obras sean expuestas en museos de todo el mundo como el Nicole Kragsbrun o The Royal Academy de Londres.
Conocido por sus collages, fotografías y esculturas.
Falleció en su ciudad natal a causa de una sobredosis de heroína el 13 de julio de 2009.
Pasando páginas llegué a la imágen de una cara familiar. Me alegró verla. Era Dash, Dash Snow, artista a quien mucha gente cuestionaba su talento. Alguna vez nos habíamos topado, y la verdad, no caía del todo bien. Pero eso no era un problema, lo suficientemente rebelde para hacer lo que le entrara en ganas sin importarle ni un ápice lo que los demás pensaran o dijeran de él. Sonreí cuando vi su foto, una vista aérea disparada por Dave Schubert, desnudo y dentro de una bañera cubierto por cientos de polaroids. Sabíamos todos que era su principal herramienta. El título me ensombreció y la sonrisa desapareció en un instante: “Muere joven y cotizarás mejor”. Dios santo... dije antes de devorar aquel artículo de la corresponsal afincada en la gran manzana Bárbara Celis, quien narraba el fallecimiento de Dash gracias a una maldita sobredosis.
Teníamos casi la misma edad, pertenecíamos ambos a la misma triste generacion 2.0. Muerto. Idéntico a Jim Morrison, Kurt Cobain o Jean-Michel Basquiat. La misma historia a esta misma edad maldita. “la ciudad, la ciudad te mató, fue ella” pensé en silencio sin despegar la vista de su fotografía. Tras un duro invierno internado en una clínica de rehabilitación y después de acabar el tratamiento, la reincidencia con su vieja y maldita amiga heroína se lo llevó. A otro más. Sin compasión. Lo asesinó.
Dash se había convertido en una estrella en Nueva York porque era un tipo brillante y porque tampoco era cualquier tipo. Basta mencionar que era sobrino de Uma Thurman y nieto del nada pobre mecenas del arte Christophe de Menil. Supongo que se entiende, porque ese mismo curriculum familiar no era un problema para que estuviese encerrado en un correccional de los trece a los quince años y no regresara nunca más al acristalado nido familiar. Dash. Fue mas allá.
Transformó su propia depresión y su pasión por el sexo y las drogas en obra de arte, y lo hizo de una forma igual de brillante. Ilustró su vida a violentos disparos de Polaroids, graffitis en la vía pública bajo el pseudónimo de “Sace”, al mismo tiempo que obsesionado por la autoridad y el abuso de poder, a mi juicio, quizás para relegar aquel círculo de influencia en el que había crecido enjaulado, recortaba artículos de periódicos sobre agentes y policías corruptos, se masturbaba sobre ellos y luego los enmarcaba y metía en los fondos de colecciones de Saatchi. Voilá, Mr. Snow.
Documentó junto a Dan Colen su famoso “Hamster’ s Nest”, proyecto donde se encerraban en la habitación de un hotel, despedazaban desnudos las páginas amarillas y metían en sus cuerpos por vía bucal o intravenosa estupefacientes hasta llegar al estado de locura de sentirse como ratas. La soberana experiencia de vivir como un roedor en sitios de paso que serían desinfectados al día siguiente; en una sensación efímera, transgresora y apocalíptica de total devastación. Dash no se iba con bromas, tampoco con pseudo-discursos. A Dash nadie le discutía. Era Dash.
Fuente: FASHION COOLHUNTING BY ALEX CEBALL
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4 comentarios:
En contra de este orden y este miedo,
para vivirse: sexo, droga, arte, muerte...
Aperta
Muchas veces me pregunto si en la creatividad hay algo de locura...ESTOY CONVENCIDA QUE SI ¿y esta gente que se mata tan joven?, pintores, musicos, poetas - MUCHAS VECES BUENISIMOS- ¿Que les lleva a la autodestrucción?
Me he preguntado si es la insoportable
sensación de mirar esa mirada
que no puede apartar los ojos rojos
de mirar tanto y tanto la belleza.
A mí también se me ha... se me ha muerto
como el rayo, algún querido amigo
sin poser soportar el grave peso
de senbililidad en carne viva.
Una lágrima y un bico
Por algo es y no es siempre "vicio" como dicen, pero mejor que no nos toque
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