jueves, 12 de julio de 2012

Milton Resnick





Milton Resnick, pintor de Nueva York conocido por sus lienzos austeros, densamente empastados y casi monocromos, murió el 12 de marzo de 2004  en su casa del Este de Manhattan. Tenía 87 años Su esposa, la pintora Pat Passlof, informó de que Resnick se había suicidado.

Cambiante, sarcástico, indefectiblemente directo, muy leído y extraordinariamente fiel al ideal de la vida dura y solitaria del pintor, Resnick encajaba de muchas maneras en el estereotipo popular del artista bohemio acosado por la angustia.


En la introducción de su colección de entrevistas y conferencias, Fuera del cuadro: Milton Resnick y la Escuela de Nueva York (2002), el crítico y artista Geoffrey Dorfman cuenta cómo un joven que reconoció a Resnick en la calle le preguntó si podía acompañarle en su paseo. "¿Es usted pintor?", preguntó Resnick. "No", contestó el joven. "Entonces no puede", dijo Resnick.
Desde el punto de vista de la longevidad y dedicación a los primeros principios, Resnick podría ser considerado el último pintor expresionista abstracto. En cuanto a la cronología, podría reivindicar hallarse entre los primeros.


Nacido en Ucrania en 1917, emigró a Nueva York con su familia en 1922 y se crió en Brooklyn. Se fue de casa siendo adolescente, cuando su padre le prohibió que se convirtiera en artista.
Mantuvo relaciones amistosas con pintores de la talla de Ad Reinhardt, Willem de Kooning, Elaine Fried e Ibram Lassaw. 

Trabajó brevemente en el proyecto artístico WPA y empezó a pintar abstracto a principios de la década de los cuarenta; fue miembro fundador del Club, el foro Expresionista Abstracto. Sin embargo, Resnick estaba, según sus propias palabras, fuera del cuadro. Como había pasado buena parte de la década de 1940 en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y estudiando en París gracias a la ley de los soldados alistados, se consideraba generalmente que había trabajado a la sombra de de Kooning y, por tanto, se le relegaba a la segunda generación del expresionismo abstracto, cosa que le ofendía amargamente.

 Con el paso de la década de los cincuenta, sus contemporáneos empezaron a destacar y asomaron el arte pop y el minimalismo; él llegó a sentirse excluido del pasado del mundo artístico de Nueva York así como de su presente.


La obra madura de Resnick llegó a finales de los años cincuenta, cuando cuajaron su obsesión por la pintura y su admiración por Cezanne y Monet y empezó a permitir que sus amplias y rápidas pinceladas impresionistas construyeran superficies incrustadas dominadas por un solo color. Inflexible en su rechazo al dibujo, la composición y el contenido, estas obras presentaban espacios envolventes que eran líricos e inquietos al mismo tiempo.
Resnick enseñó en escuelas de arte de todo el país, entre ellas en la escuela Studio de Nueva York.Hizo 25 exposiciones en solitario, comenzando en la Poindexter Gallery en 1955, las diez últimas en la Robert Miller Gallery, siendo la más reciente la de 2002. -

Archivo EL PAIS

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