lunes, 5 de agosto de 2013

Marianne von Werefkin

Marianne von Werefkin nació el 29 de agosto de 1860 en Tula. El padre, comandante del regimiento Ekaterinenbourg, pertenecía a una antigua familia aristocrática de Moscú, y su madre  descendiente de una antigua raza cosaca principesca, pintora de iconos y retratos,  inculcó en  su hija,  una educación artística sólida. En 1880, Marianne estudió con Ilya Repin, el más famoso exponente del realismo ruso, en 1883 se matriculó en la Academia moscovita bajo la dirección de Prjanisnikov Mikhailovich. En 1886 el padre de Marianne, que ya era general, fue nombrado comandante de la fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo. Allí conoció, en  1892, a Lexej Jawlensky,  un joven oficial, cuatro años más joven que ella, que seguía las clases nocturnas en la Academia de Repin. Fue el comienzo de una relación extraordinaria por la cual Werefkin renunciaría a su pintura durante diez años para dedicarse por completo a la promoción del arte de Jawlensky. En 1896, se mudó con él a Mónaco de Baviera.


Su salón se convirtió en un punto de encuentro animado por la vanguardia intelectual y artística internacional.  Se reunían en acalorados debates sobre temas de actualidad del arte,   Kandinsky, Gabriele Münter, Franz Marc, Paul Klee, Kubin, Nolde, el compositor y pintor Schönberg, el bailarín Alexander Sacharoff, Diaghilev y muchos otros. Werefkin era el centro de los debates,  pródiga de gran cultura, alimentada por lecturas actualizadas, so solo en temas artísticos y literarios, sino también científicos. Su conocimiento de las nuevas teorías y tendencias artísticas francesas (cloisonnisme, Pont-Aven, Nabis) estaban claramente por delante de los de sus amigos. De que sus ideas se adelantaron  lo demuestra el "Lettres à un inconnu", diario apasionado, escrito desde 1901 hasta 1905, en que el Werefkin confiesa a un interlocutor imaginario su aspiración hacia un nuevo arte que reconcilia al individuo con el mundo, en  resumen, lo visible y lo invisible, lo sensible y lo trascendente.



El texto es una mina de reflexiones filosóficas y estéticas que muestran la profundidad y la modernidad del pensamiento de Werefkin. En 1906, comenzó a pintar de nuevo. En 1909 se  encuentra con el co-fundador de la "Neue Künstlervereinigung München". Participa en exposiciones del Jinete Azul, sobre todo en la famosa galería Der Sturm Herwarth Walden de Berlín. Con el estallido de la Guerra de 1914 ella y  Jawlensky se vieron obligados a abandonar precipitadamente Alemania. Se establecieron primero en Saint Prex, a continuación, en 1917, en Zurich, donde participan en  el ambiente Dada.  Werefkin expuso en la Galería Coray.  Para curar una "gripe" de Jawlensky, se instala con él en Ascona. Estamos en 1918, en 1921 se consuma la ruptura entre los dos. Jawlensky se va a  Wiesbaden, con un fuerte apoyo de Emmy Scheyer que mientras tanto había comenzado a organizar exposiciones de sus obras en Alemania, y se casó con Helene Nesnakomoff.  En 1921 Werefkin participa en la Bienal de Venecia. En 1922 fue co-fundadora del Museo de la Ciudad,  creado con la donación de sus obras y de artistas vinculados a Ascona. En 1924 fundó junto a otros seis artistas extranjeros, el grupo de "Osa Mayor" y en 1928 expuso con algunos de ellos en Berlín, Ginebra, Basilea y Lucerna. Permanecería en Ascona hasta su muerte en  1938

Fundación Marianne Werefkin



Escribió Rosalía Sánchez | corresponsal del MUNDO en Berlín

"¡Volveré a pintar!" fueron las últimas palabras que Marianne Von Werefkin (1860-1938) dijo, despechada, a Jawlensky, del que se separaba definitivamente en 1921 después de casi dos décadas de apasionada y tormentosa relación. Eclipsada por el genio brillante y posesivo del pintor expresionista alemán, von Werefkin había renunciado a su propia obra pictórica para servir únicamente de soporte y aliento del arte de Jawlensky, víctima de la fascinación o de una relación de pareja que hoy en día no dudaríamos en calificar de maltrato psicológico. En cuanto se produjo la separación, ella se quedó en Ascona, Suiza, y él se trasladó a Wiesbaden, en Alemania, la obra de la pintora rusa floreció con un especial énfasis creativo y permaneció fiel al lienzo hasta diez años antes de su muerte, sólo cuando su salud le impidió seguir pintando.


En 1924 fundó, junto con otros artistas, el grupo La Osa Mayor. Siguió relacionándose con los expresionistas alemanes, tanto con los integrantes del Der Blaue Reiter como con los pertenecientes a Die Brüke. Fue precisamente junto a los artistas de este último, Karl Schmidt-Rottluff y Christian Rohlfs con los que celebró su última exposición en la Galería Nierendorf de Berlín.

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