jueves, 27 de enero de 2011
Rafael Barradas
Del pintor uruguayo Rafael Barradas (1890 - 1929) aprendemos lo valioso e innovador que puede ser la tradición pictórica. Con un reducido repertorio de temas pero con una intensa cualidad dramática, Rafael Barradas arranca el alma a sus personajes y la prende del espíritu de sus sentidos retratos, que transpiran humanidad, pura y simple dialéctica de la existencia.
Basta ser, estar allí, ver pasar la vida con desconfianza o con decoro. El hombre quizás tras una copa de vino, y la mujer olvidándose de sí misma y entregándose al refugio casi ausente de una labor hogareña que preferiría no terminar.
Un cierto regusto, una amargura, un dolor añejo atraviesa la mirada o se descubre en el gesto. No es necesario enfatizar nada, adornar nada, no hace falta pretender esbozar alguna idea nueva o distinta.
Porque para Barradas, todo es cada vez nuevo y distinto, todo tiene su propio sabor, su dulzor y su ajenjo y por qué no...su humor y su ironía.
Prototípico exponente de una respuesta americana: su redescubrimiento de España. Rafael Pérez Barradas o Barradas, como así más sencillamente se le conoce hoy, era hijo de un humilde pintor que no variaba mucho las motivaciones de sus cuadros, casi reducido al repertorio a naturalezas muertas con naranjas, más jugoso el tema que la pintura.
El hijo del quieto artista tomó la revancha de la libertad. De su progenitor aprendió la manera como se mojan y secan los pinceles y lo demás lo realizó él solo. En cierto modo es un autodidacta que asombró a los críticos europeos por lo proteico de sus aventuras plásticas, todas exitosas. Así lo dijo, Manuel Abril.
Desde su adolescencia, en tren de filial desquite en vuelos y expansión, comenzó por desatender las dimensiones objetivas, distorsionándolas en imágenes humorísticas. Fue caricaturista apuntador del mundo artístico y literario de su ambiente. Compréndase bien esta primera faceta en sentido afirmativo del caricaturista: un hombre inteligente para discernir en la comedia humana y saber expresar esa gran paradoja de todo gran caricaturista como lo fue Barradas, de un humor atrevido con la más fraternal adhesión a su modelo, porque el caricaturista genuino ríe y ama con su personaje. Las caricaturas de Barradas en las que apuntó a tinta la bohemia ciudadana de plásticos, escritores y gente de teatro, así como de tipos humildes del deambular callejero, están reunidas en las hojas de la publicación “El Monigote”, cuya dirección encabeza acompañado de amigos, otras aparecieron en “La Semana”, y otras han permanecido inéditas; son de trazo muy suelto, muy volanda, como dibujaban los españoles de su tiempo, tal el inolvidable Fernando Fresno, pero mientras éste y la mayoría de los caricaturistas identificaban sus modelos por los rasgos físicos de sus rostros, Rafael Barradas a menudo consideraba la figura en su actitud total. Las más bellas caricaturas de Barradas son las de siluetas interpretando de una manera de estar parado o posando en la vida. Manera de mirar del artista que no cambiará cuando más tarde, en vez de personas determinadas (caricatura del escritor Aurelio del Hebrón, pseudónimo de Alberto Zum Felde) fije en pintura sus tipos símbolos (alguno de su serie de “Magníficos”).
Cuando se fue a Europa, al terminar la adolescencia, desde donde debía solo regresar en sus días finales, ya muy quebrantada su salud, dejó totalmente cortada esa labor de caricaturista uruguayo, pero su humorismo lo mantuvo latente en todo el correr de su existencia, aflorando nuevamente en forma decidida en el “clownismo”, percepción de la cómica pirueta circense que advirtiera al ejercitar las visiones simultaneístas de la farragosa vida ciudadana o en la serie de “Estampones montevideanos”, su postrer trabajo que prepara para su retorno a la patria, en adhesión a los festejos del Centenario de 1930 a los que su existencia no alcanzó a hacerlo partícipe.
Esta importante serie de dibujos acuarelados – “Los novios”, “Los cajetillas”, “El doctorcito” entre otros – es el recuerdo fiel del Montevideo de sus años de juventud, antes de sus peregrinajes por los caminos del mundo; la desenvoltura obtenida en sus cuadros del período que llamará vibracioncita la aplicó aquí para ensamblar a manera de recortados “collages”, sus evocaciones, plenas de participantes nostalgias, de los amoríos al pie del balcón, de los arreglos de las casa cursis de su ciudad natal nunca olvidada, el Montevideo de 1910. En carta del pintor dirigida al poeta Julio J. Casal en 1919, el que durante muchos años con fidelidad cordial y admirativa, ornara su revista “Alfar” con los dibujos de su amigo, refiere el artista que extenuado de andar a pie por los caminos de España en procura de estabilización en los grandes centros de arte de aquella nación, se quedó dormido en una cama del Hospital de Santa Engracia en Zaragoza: “...dormí mucho en mi cama Nª 14 y cuando desperté pude ver un albarán sobre mi cabeza, con un marquito de hoja de lata que decía “Rafael Pérez Barradas; nacionalidad uruguaya (Montevideo), Profesión, pintor vibracionista”.
Personalidad rica y múltiple en sus transcendencias; las diferentes facetas de su labor que consideradas separadamente se instalarían en muy buenos sitiales del arte de la primera mitad del siglo XX, tienden a confundirse y enturbiar valores si se les trata en su obra entera en una consideración lineal o se la exhibe, como fue muy frecuente después de su muerte, en retrospectivas con un muestrario de sus movimientos. Preferible sería desglosar de su obra y acción diversos aspectos lo que hemos de intentar, considerándolos en sus límites, pero aptos para integraciones más extendidas que hasta hoy no se le han reconocido en plenitud. Es difícil que se pueda despertar el interés por las “obras completas” de un autor polifacético, antes de consagrar uno a uno sus aciertos parciales.
1) Hay en Barradas un caricaturista cuyo valor es independiente de los méritos de sus otras obras que no le acrecienta interés extraño – como ocurre con el ejemplo clásico de las malas caricaturas del genial Leonardo da Vinci – ni tampoco le disminuye la categoría.
2) Situación idéntica sucede con el dibujante ilustrador de tanto libro de niños y alta literatura y escenógrafo en la que solo la confrontación con los ejercitantes de esos géneros decorativos pueden dar su dimensión que creemos grande.
3) Corresponde que los guardianes del futurismo permitan el ingreso para confrontación en su historia del “Vibracionismo” de Barradas.
4) Que de una vez por todas se reconozca el importante aporte con que algunos cuadros de la serie de los "Magníficos” y de su “Epoca Mística” enriquece la escuela expresionista de la tercera década de la centuria actual. Estamos obligados los latinoamericanos a preocuparnos por el reconocimiento de la contribución ya olvidada de los compatriotas al arte de occidente, debido al alejamiento de la obra de los artistas, centros europeos donde ellos realizaron sus faenas , proyectores de fama, centros donde se organizan las grandes exposiciones colectivas o se editan densos y sabios libros, sobre determinadas escuelas de pintores.
Así la inserción de Carlos Federico Sáez al “ottocento”; el del mexicano Diego Rivera al cubismo; el caso de Rafael Barradas merece una detención especial respecto a contribuciones y tan útiles reconocimientos internacionales tanto para América como para Europa. Lo haremos finalizando este estudio. Cuantitativamente se percibe la primacía del dibujante en el conjunto de la obra de Barradas. Numerosísimos dibujos a lápices, negros o de color, con leves realces de acuarela algunos de ellos, tomados los unos directamente de lo natural, divagados los más en el taller (o en el café) hacia cuentos donde deleita con la frescura de su gracia que siempre lo acompañó, como croquis para sus bellísimas ilustraciones de numerosos libros infantiles – los dibujos y el color de las escenas de “El hermanito Tim” mantienen su prístina frescura – o para libros de famosos autores que alrededor del año 1919 edita Biblioteca Estrella: Dickens, Rodenbach, Turgueneff, Lope de Vega, etc.
También trazan sus lápices proyectos de escenografía teatral, ya que Barradas fue el escenógrafo favorito de Gregorio Martínez Sierra y Catalina Bárcena, de lo que ha dejado lujosa constancia en el libro Un teatro de arte en España. Con apuntes de interpretaciones de Catalina Bárcena, que ya el artista dibujaba en sueños, realizó en 1921 una exposición en “El Ateneo” de Madrid. Derrochó en los papeles una espiritualidad sugestiva, sí que provocativa de otros ensueños que cabían dentro del siempre amplio contorno de su dibujo. La altitud decorativista de esos dibujos y acuarelas acucia la creatividad fantasiosa de quienes los contemplan.
Cabe decir que Barradas, aún en los dibujos sin destino, había adelantado la ilustración e incitaba a que se le agregara el cuento. No es por tanto extraño que gustaran tanto de él los literatos con quienes mantuvo un trato frecuente y fraternal que no debe dejar de señalarse al caracterizar la entera personalidad de este artista. Bajo la denominación de “Vibracionismo” expone Barradas sus nuevas pesquisas del arte en el año 1918 en Barcelona. Vibracionismo es: la titulación que da a su aprehensión interpretativa del futurismo italiano, ansioso y apresurado testigo del dinamismo de la vida moderna. Son sus visiones, movedizas, fragmentadas y simultaneístas en procura de la vibración perenne de la imagen del motivo.
Se hallan los cuadros de Barradas alejados de la vertiente más dramática del futurismo que era la de Umberto Boccioni y atraído por las pulcras organizaciones de Gino Severini, cuyos cuadros de los “bal-musette” parisinos inspiran telas del pintor uruguayo.
Fuente-latinartmuseum
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
13 comentarios:
Ines, muy bonita la idea y el acompañamiento musical, el título empero deja lugar a alguna duda, ya que las imágenes son de variados artistas, muchos futuristas, cubistas, Torres García entre otros.
De Rafael Barradas hay un 30 porciento, no mas. Están en consonancia aunque repito, creo que el título no condice del todo.
Saludos y adelante.
Gracias por decirmelo. Mañana sin falta veo cuadro por cuadro y corrijo porque supongo que colé cuadros en el vídeo tambien.
Un saludo
El Tano, me pongo a revisar esta entrada, tu como experto en este pintor, te pido que me digas si vuelvo a meter la pata
Un abrazo
Bueno, una vez revisada la anterior entrada, yo misma aluciné. No bebo, así que mi única disculpa es que estaba dormida. Menudo batiburrillo!
Ines, veo que has cambiado todo...! La filmación donde ha quedado? En preparación?
Las obras ahora son de Barradas, de las 11, la 1- 1913 Paris, 2- 1920 ca. Retrato de Pilar, 3- 1917 Violinista, 4- 1920 ca. Retrato de Antonio (estas 3 vibracionistas) 5- 1922 Hombre en la Taberna (serie de los Magnificos) 6- Retrato de Manolita (esposa de J Torres-Garcia) 7- 1913 Paris, 8- 1922 ca. Bodegón vibracionista 9- 1923 ca. Retrato de Eugenio D'Ors , 10- 1921 Retrato de Carmen (vibracionista) 11- 1913 Paris probablemente.
Gracias por esa respuesta tan rápida. El vídeo ya está hecho, solo falta que acabe de subir y lo pongo.
Un beso por tu ayuda
Gracias a ti por dedicarle a Rafael Barradas.
El video ahora tiene imágenes de el, y le has cambiado la musica.
Te consulto por las obras que aparecen en el 1'25" y en 2'05", nunca las habia visto antes, conoces algo de ellas?.
gracias y
Saludos
Que dificil me lo pones. ¿Me puedes decribir las imágenes?
Ines, te describo las imagenes que te hacia mensión:
La primera es una escena de café probablemente en un parque, hay 2 personajes vestidos de azul claro con sombreros negros, la mesa rosada y sillas amarillas, fondo ascuro, quizás fuera de noche.
La siguente es la de uno de la serie de los magnificos, un hombre de camisa blanca en la taberna sentado a una mesa blanca, con las manos en las rodillas, hay un vaso en un platillo, una copa y una botella
No me olvido eh! en un momento que tenga libre, con calma, veo esto
Un biquiño
He cargado un nuevo vídeo con más cuadros y los títulos correspondientes. ¿Te sirve?
Bueno, en parte si, me sirve, aunque las imagenes son de la ciudad de la pintura.Hay algunas que has retirado, pero venga, todo bien.
Si, son de la ciudad de la pintura. Ya me fui directamente alli y conservé otras. Me cuesta el orden y el control, no solo con los cuadros, CON TODO, así que el "revisar me agota"...por eso es normal que de vez en cuando "meta la pata"...menos mal que me encuentro con gente comprensiva como tu. Ah el otro vídeo sigue estando en youtube.
Un bico
Publicar un comentario