martes, 13 de diciembre de 2011

Ronald B. Kitaj


Ronald B. Kitaj (Cleveland, Ohio, 29 de octubre de 1932 - Los Angeles, 21 de octubre de 2007), fue un pintor de estilo pop art, de origen estadounidense y nacionalizado británico. Judío estadounidense, estudió en la universidad Cooper Union en Nueva York en 1950. Trabajó de marino mercante en América del Sur y el Caribe. Pronto recaló en Europa, en la ciudad de Viena, donde continuaría sus estudios, para pasar posteriormente por el Royal College of Art de Londres, y desde ese momento Londres se convertiría en su residencia por antonomasia.
Estuvo en la Ruskin School of Drawing and Fine Arts de Oxford y en el Royal College of Art. Allí conocerá con la corriente del pop art británico, conociendo a artistas como David Hockney, Peter Phillips o Allen Jones. Además de ellos, colaboró con Derek Boshier y Caufield en hacer de Londres el centro del pop art europeo. Pasó largas temporadas en España (San Feliú de Guixols) y otros países, detrás de una iconografía que él creía redescubrir (Julio Romero de Torres, Francis Picabia).
En 1953 se casó con Eli teniendo 2 hijos, uno de ellos el guionista Lem Dobbs. Su mujer se suicidó en 1969. Se volvió a casar, en 1983, con Sandra Fisher; tuvieron un hijo llamado Max que falleció en 1994. Ronald Kitaj sobrevivió a un ataque al corazón padecido en 1990. Falleció días antes de cumplir los setenta y cinco años.
Ronald B. Kitaj se dedicó al dibujo desde muy pequeño y sus primeros trabajos estuvieron ligados al mundo del mar. En 1950 se enroló en un carguero noruego y navegó a Sudamérica, y en 1951, tras obtener su licencia de marinero, se embarcó en varios petroleros en los que viajó a Venezuela y al Caribe. Durante su estancia en Europa, en 1951, visitó París y Viena, donde estudió en la Akademie der Bildenden Künste austriaca y, más tarde, en la Ruskin School of Drawing and Fine Arts de Oxford. En 1960 entró en el Royal College of Art de Londres y conoció a David Hockney, al escultor Eduardo Paolozzi y a Chris Prater, con quien hizo numerosos trabajos de serigrafía. Poco a poco se fue convirtiendo en un importante protagonista de la escena artística londinense. Su relación con el arte pop tiene su reflejo en su pintura de ese momento, en la que introduce collages de imágenes y textos. En 1963, su primera exposición individual, celebrada en la Marlborough Gallery de Londres, le puso en contacto con otros pintores figurativos como Francis Bacon, Lucian Freud, Michael Andrews y Frank Auerbach.
En 1967 trabajó como profesor invitado en la Universidad de California en Berkeley. Allí se hizo amigo del pintor Robert Creeley y del poeta Robert Duncan. En 1969 se trasladó a la Universidad de Los Ángeles y pintó los retratos de numerosos directores de cine de Hollywood, en donde residió hasta 1971, año en que regresó a Londres. En la Hayward Gallery de la capital británica organizó, en 1976, la controvertida exposición dedicada al arte figurativo The Human Clay, con la que el artista pretendía criticar la deshumanización y la esterilidad del arte del momento. En 1994 se celebró una importante retrospectiva suya en la Tate Gallery de Londres que provocó cierto rechazo en la crítica. El pintor achacó a los críticos la prematura muerte de su mujer, la pintora Sandra Fisher, que falleció en esos días por un infarto cerebral. Su pintura se mantuvo dentro de una figuración de contenido literario y siempre se sintió interesado por la obra de Degas, Cézanne y los postimpresionistas. En los últimos años de su vida, la influencia de sus amigos los escritores americanos Philip Roth y Aaron Applefield le llevó a centrarse en temas judíos.

La imaginería de Kitaj gira alrededor de las figuras humanas, de sus atuendos, de los objetos que le pertenecen y de los paisajes civilizados que le rodean. Esto es del hombre y de las elaboraciones culturales que le rodean. Kitaj pertenece al grupo de pintores ingleses que desde Stanley Spencer hasta Lucian Freud, Francis Bacon, David Hockney o John Davies, se han mantenido fiel a la representación figurativa del hombre. De este modo también, debe su fidelidad a la sistemática utilización del retrato.

Las imágenes de Kitaj se reconocen con familiaridad por la trama ideológica que las articula, pero también por el poder pictórico que Kitaj posee. Este poder es el de resolver sus ideas en la pintura con maestría, expresión, e impregnación de color. La inclinación cartelista de sus obras, la síntesis, lo chocante, son algunas de las cartas que juega en sus cuadros.




Observamos en la obra de Kitaj la conjunción de elementos antagónicos para crear debates abstractos a través de escenas intimistas, y reflexionar sobre conflictos colectivos a través de un hombre concreto en un lugar concreto, o de conjuntos insólitos de personajes en actitudes y lugares comunes, componiendo escenas verosímiles cotidianas para revelar su abstrusa meditación.

La pintura de Kitaj pertenece a su tiempo, por su dedicación al arte político y sus preocupaciones morales. La historia descrita por Kitaj sucede en el hombre interior, la historia opera como acontecimiento sobre lo individual, la intimidad adquiere significados amplios hacia concepciones totalizadoras.

Republic of the Southern Cross
R.B Kitaj dio comienzo a su fascinación por las tierras lejanas y las culturas extranjeras que condicionarían su pintura, cuando en 1949 zarpó como mercante marino. No sólo sus viajes se convirtieron en influencias formativas, el hábito sistemático que adquirió a bordo de ese barco sería lo que tantos elementos aportaría después a su obra.

Siendo estudiante de la Royal collage of Art de Londres (1959-1961) se encontró con el nacimiento del pop británico. Kitaj nunca se sintió bien dentro de esta corriente, ya que su pintura estaba arraigada a la historia y no a la cultura contemporánea que caracterizó al pop. Ya entonces sus obras empezaban a caracterizarse con las obras que se darían en su madurez. Obras con múltiples capas de significado, complejas, cifradas, y llenas de referencias iconográficas, literarias e intelectuales que a menudo pasaban de la esfera personal a la esotérica.

Glue-Words

Su visita a España, con veinte años, fue uno de los pilares que le ayudaron a desarrollar esa concepción de la pintura. Antes de su visita Kitaj ya había escuchado sobre La Guerra Civil Española gracias a su madre y sus amistades. “España significaba mucho para mí; su guerra civil contra el fascismo me parecía un hecho tremendamente romántico. […] Me sentía muy emocionado al viajar por esa tierra vencida. El valle del Jarama, Brunete, el Ebro, aquellos lugares que sólo conocía por las fábulas y las canciones de la izquierda, por Woody Guthrie y por Hemingway.”

En 1962 comenzaría a visitar España durantes largas temporadas, sobre todo Cataluña y más concretamente el pueblo de Sant Feliu dónde en 1972 compró una casa, de manera que viajaría de forma intermitente a lo largo de la década siguiente. La hispanista ( Nissa Torrents) [The hispanist (Nissa Torrents)], 1977-78, representa el compromiso de Kitaj con España. Este retrato perteneciente a una serie de retratos de una sola figura, todos realizados sobre lienzos de las mismas dimensiones alargadas, que muestra a personajes tanto reales como imaginarios, que para Kitaj encarnaban una idea de exilio o desplazamiento. Este retrato se puede considerar como el fin de los temas españoles dentro de la pintura de Kitaj. Ya que a partir de 1980, tras su primera visita a Israel, decidió buscar su propia identidad dentro del judaísmo y no a través de otras culturas.




Las primeras obras de Kitaj relacionadas con España, surgieron por el interés del matemático catalán del siglo XIII Ramón Pull, Reflexiones escogidas de un demócrata y Sacerdote, ambas de 1961. En 1962, tras alquilar una casa en Sant Feliu, comenzó hacer referencias directas a la historia de España (reciente, Guerra Civil y posterior), y a los lugares y personas, especialmente referidas a Sant Feliu.


En 1974 comenzó a usar el pastel, técnica utilizada por última vez con fines expresivos por Edgar Degas. La combinación del dibujo y pintura que le proporcionaba la técnica, desembocó en un periodo de dibujo intenso. Como resultado encontramos dibujos intimistas, realizados a amigos y familiares en su casa de Sant Feliu.

La influencia española se encuentra también en obras como La manta verde, donde aparece retratado junto a su esposa, fielmente basado en el cuadro de Goya Autorretrato con el doctor Arrieta (1820). Encontramos este apropiacionismo en cuadros como Amerika (Bésibol) (1983-84) inspirado en el cuadro de Velásquez Caza real del jabalí.






En 1982 tras un año de estancia en París junto a su pareja por aquel entonces Sandra Fisher, regresó a Londres habiendo tomado las decisiones de vender su casa de Sant Feliu, que apenas visitaba, y casarse, un año después nació el primer hijo de la pareja, Max. Así comenzó una nueva etapa como pintor en Londres para Kitaj, donde su temática se volvió más íntima y profunda, muchas veces volcada en temas judíos y caracterizada por un trazo más pictórico, con una técnica más espontánea y expresión en el gesto. Una década después, la gran retrospectiva en la Tate Gallery de Londres lo cambió todo.



Kitaj fue admirado por la llamada escuela de LondresFrancis Bacon, Lucian Freud, Frank Auerbach, Leon Kossoff y Michael Andrews- y con otros grandes autores como Davis Hockney, Peter Blake y Richard Hamilton. A pesar de ello, la crítica estaba dividida desde su primera exposición individual en 1963. Su franqueza respecto al arte y otros temas provocaron malestares y crearon enemigos dentro de la crítica para Kitaj, los cuales lanzaban ataques contra el artista.



La retrospectiva celebrada en la Tate Gallery, debía de ser la consagración del pintor, pero un pequeño grupo de críticos londinenses atacó desmesuradamente a Kitaj, haciéndolo en lo personal con el propósito de poner fin a su reputación. “Quienes desde antiguo admirábamos el arte de Kitaj sabíamos que tenía viejos enemigos en el mundo del arte británico y suponíamos que iba a sufrir algún ataque, pero ni siquiera los más pesimistas de nosotros podíamos haber anticipado ese desdén absoluto hacia el talento de un artista tan extraordinario



Tras las críticas su reputación sobrevivió, y ganó el León de Oro en la categoría de pintura en la Bienal de Venecia, y vendió muchas obras a museos y recibió doctorados honoríficos. Aún así Kitaj perdió a su esposa, Sandra Fisher, dos semanas después de las malintencionadas críticas de manos de los críticos ingleses. Tras los sucesos acontecidos abandonó Londres para volver a Los Ángeles. Desde entonces el tema pictórico de Kitaj, fue su mujer, la cual prevaleció junto a él en sus obras.




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