miércoles, 8 de febrero de 2012

MERET OPPENHEIM


meretoppenheim

Meret Oppenheim, Desayuno en piel, 1936, Museo de Arte Moderno (MOMA), Nueva York

(Pincha en este enlace para ver el vídeo)

http://www.swissinfo.ch/spa/multimedia/diaporama/La_reina_del_surrealismo.html?cid=29271132

Meret Oppenheim (1913-1985)

En el ambiente excéntrico y apasionado de los surrealistas parisinos de los años treinta, la aparición de Meret Oppenheim supuso un verdadero terremoto para todos ellos. No fue sólo su inteligencia y su formación, culta y sofisticada, o su indudable belleza, fueron sobre todo su vitalismo, el ímpetu de su juventud y su reputada desinhibición sexual lo que acentuó aún más si cabe aquel entorno ya de por sí extravagante.

Meret nació en Berlín, pero ya a los veinte años marchó a París donde, como hemos dicho, contactó desde el primer momento con el grupo surrealista. No es extraña esta decisión de acudir a la capital del arte llena de ilusiones teniendo en cuenta su herencia cultural y su propia formación. Meret, hija de un cirujano judío alemán, era nieta de pintora y sobrina de Hermann Hesse, lo que la condicionaba ya a una formación culta y artística, que además se vio favorecida por el ambiente liberal que prevalecía en su familia. Por ello no encontró obstáculos en iniciar sus estudios artísticos y en acudir a París a perfeccionarlos.

Desde su llegada entabló rápida amistad con Giacometti, Hans Arp, Man Ray, Max Ernst y el resto de artistas que pululaban por Montparnasse. Posó desnuda para Man Ray y Max Ernst se enamoró perdidamente de ella, aunque al poco tiempo lo abandonaría convencida de que a su lado sufriría demasiado. No estaba hecha desde luego para una relación monógama teniendo en cuenta su promiscuidad, consecuencia a su vez de su curiosidad y su incansable actividad sexual. Además, ella anteponía su plena libertad y su condición de mujer a cualquier otra consideración, y por ello mismo tampoco tuvo reparos en reconocer su bisexualidad.

Meret Oppenheim. Red Head, Blue Body. 1936


Desde el punto de vista artístico fue precisamente esta primera época la más intensa y la más conocida también en el conjunto de su obra, sobre todo porque es entonces cuando realiza uno de sus trabajos que sirven de referencia para conocer a esta artista, su famoso Desayuno en piel. Una obra que se inscribe en el repertorio puramente surrealista, aunque puede rastrearse en ella mucho también de Duchamp y de sus ready made. La idea surgió al parecer en el Café de Flore, cuando estaba en compañía de Picasso y bromearon sobre las pulseras de piel que ella portaba y sobre las texturas diferentes de los objetos y sobre lo curioso que sería que los objetos tuvieran texturas contrarias a las que los caracterizaban. A lo que ella terminó señalando una taza y una cuchara que podrían también forrarse de piel, como sus pulseras, ¿por qué no? Así lo hizo, y Breton puso título a la obra, homenajeando por una parte a Manet y su Desayuno sobre la hierba, y a la Venus en piel de Sacher-Masoch.

A
partir de entonces Meret se convirtió, a los ojos del grupo surrealista, en una artista más y de ahí su participación en la mayoría de las exposiciones colectivas del grupo. Afianzó su estilo y perseveró en el trabajo sobre objetos, que en muchos casos insistían en su contenido sexual y su simbolismo fetichista, como en My nurse.

Pero esta fase tan agitada y exitosa iba a interrumpirse bruscamente. La llegada de los nazis al poder en Alemania, afectó directamente a su padre que perdería su trabajo por su condición de judío, lo que a su vez impidió a Meret conservar su residencia en París que estaba sufragada por su familia. Marchó a Basilea donde se casaría al final de la Guerra con Wolfang La Roche.

Pero su vida artística ya no sería la misma. Comienza entonces una etapa de crisis creativa y personal que la alejará del mundo artístico y afectará a su obra. Una obra irregular por otra parte, y como en la mayoría de los surrealistas, con curiosas aportaciones de originalidad, pero no siempre a la altura de la calidad artística de otras vanguardias y de otros grandes artistas. De hecho, su nombre quedó en el olvido durante décadas, hasta que fuera recuperado al final de su vida.

Referencia-historia del arte creha

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