ROXELIO PUENTE
(1936 - 1996)
Nació en la Habana, Cuba, pero debido a su ascendencia
gallega, se fue a vivir A Coruña siendo un adolescente. Estudió Derecho en
Santiago y posteriormente Arquitectura y Artes Decorativas en Madrid, entablando
amistad con artistas e intelectuales de la época, como la galerista Juana
Mordó. Viajó por Inglaterra, Francia e Italia, conociendo y estudiando diversos
lugares y gentes, algo que luego reflejó en su obra, llegando a ser uno de los
pintores realistas más reconocidos.
Su pintura se mueve dentro de un claro realismo subjetivo, reflejando fielmente los ambientes decadentes y melancólicos de principios de siglo, pero teñidos de un carácter intimista. Este intimismo es, junto con los efectos de la luz, el brillo y los reflejos, uno de los rasgos principales de su pintura. El artista parte de un mundo ya creado e intenta sacarle la máxima expresión, haciendo hablar a los objetos representados, y creando una historia propia.
Su pintura se mueve dentro de un claro realismo subjetivo, reflejando fielmente los ambientes decadentes y melancólicos de principios de siglo, pero teñidos de un carácter intimista. Este intimismo es, junto con los efectos de la luz, el brillo y los reflejos, uno de los rasgos principales de su pintura. El artista parte de un mundo ya creado e intenta sacarle la máxima expresión, haciendo hablar a los objetos representados, y creando una historia propia.
ALFONSO ABELENDA ESCUDERO[A Coruña, 1931]
XOSÉ MARIA BARREIRO GOMEZ
JOSÉ BARREIRO "JOSÉ BARREIRO GÓMEZ" [Forcarei, Pontevedra 1940]
De formación autodidacta, comenzó a exponer en 1958. Inmediatamente obtiene
galardones en certámenes provinciales en Pontevedra y Vigo. Formó parte del
colectivo de Estampa Galega, que revolucionó la difusión popular del grabado,
fundamentalmente el linóleo. Ha viajado por todo Europa y América, donde ha
dejado amplia obra mural. Participó en las Bienales de Pontevedra. Está
representado en los museos de Pontevedra y Vigo. La pintura de Barreiro es
puramente expresionista, muy identificada con las tendencias francesas que van
de Bracque a Raoul Dufy. Basada en un dibujo seguro y muy libre, el color es
exultante, casi agresivo, y la mancha enérgica. Sus escenas de interiores, sus
bodegones y los motivos folklóricos, los personaliza en ese zizagueo de trazo
directo, efectivo, rotundo, que le hacen inconfundible. Frecuentemente acusa la
influencia de Laxeiro, aunque el joven pontevedrés es siempre mucho más libre, y
cuanto lleva su firma está dotado de una elegancia natural, como desgalichada,
muy atractiva.
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