(1863-1937)
Eero Järnefelt, principal retratista y paisajista del arte finlandés durante su edad de oro, nació en una familia de incalculable importancia para el mundo del arte en Finlandia.
El padre del artista era un fervoroso nacionalista finlandés, mientras que la madre, miembro de la aristocracia báltica, que se había mudado a Finlandia de San Petersburgo a raíz de su matrimonio, era de espíritu más liberal. Esos distintos antecedentes culturales y unas ideas algo diferentes sobre la crianza de niños, ejercieron una influencia fructífera en los hijos de la familia.
De especial importancia demostraron ser las influencias aportadas por la madre de Eero de la literatura rusa, incluidas las obras de Tolstoi.
Eero Järnefelt comenzó sus estudios de arte propiamente en San Petersburgo, que atraía a muy pocos finlandeses. Más importante que la formación en la academia de arte de aquella ciudad entre 1883 y 1886 fue su encuentro con los reformadores del arte ruso y sus gentes. Järnefelt prosiguió sus estudios en París, donde formó parte de la colonia de artistas finlandeses y supo del llamamiento al realismo hecho por el paisajista francés Julien Bastien-Lepage.
Sin embargo, Eero Järnefelt recibió su lección intelectual más importante de su madre, que aconsejó a su hijo mantenerse fiel a su propia visión interior y pintar la atmósfera del momento usando solamente las ayudas que ofrecía
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